La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, que visitó ayer en Eibar el Centro de Fabricación Avanzada Windbox, valoró la decisión de Aernnova de invertir 18 millones de euros en Toledo y crear allí 145 puestos de trabajo mientras deja sin empleo 130 trabajadores de su planta alavesa de Berantevilla.

La consejera opinó que la actuación de la compañía no ha sido «la adecuada» ni con las instituciones ni con los propios trabajadores y desveló que la dirección comunicó oficialmente en la mañana de ayer al Gobierno autonómico el ERE de la planta alavesa bajo el argumento de falta de trabajo, ante lo cual dijo que «nos han dado con la puerta en las narices».

«Es una situación que no admitimos, que en tres días se presente un ERE para 133 personas aduciendo falta de carga de trabajo y a los tres días firme un compromiso para hacer una inversión de 18 millones y 145 puestos de trabajo». Según señaló, eso significa que en el grupo «hay carga de trabajo y esos 18 millones se podrían haber invertido aquí para mantener el trabajo de esos 133 trabajadores».

La consejera llegó a acusar a la firma dirigida por Juan Ignacio López Gandásegui de pretender también «chantajear» al Gobierno autonómico pidiendo unas ayudas que en otros territorios sí les concederían y donde los costes laborales son menores.

Explicó que a la empresa se le habían denegado algunas ayudas a la investigación por no cumplir con los requisitos, e insistió en que el Gobierno «no acepta que la compañía ponga como excusa para irse a otro lugar que en Euskadi no existen ayudas».

Tapia añadió que en este momento, con Aernnova, «se han roto» los conceptos de «colaboración público privada basada en la sinceridad, en el trabajo conjunto, en la transparencia y en la confianza».

Una vez cerrada la vía con el Departamento de Competitividad y Desarrollo Económico al presentarse el ERE, Tapia indicó que ahora será el Departamento de Empleo el que analizará «con todo el rigor» el expediente y deberá emitir un informe a favor o en contra.

Exigir responsabilidades

El presidente del comité de empresa, Juan Carlos Gómez, que se reunió por la tarde con representantes del Gobierno de Gasteiz, pidio mayor implicación. «Más que las buenas palabras, queremos hechos, porque han dado millones de euros de dinero público en subvenciones, han dado cobertura a esta empresa para que haga lo que quiera, incluso le han puesto como ejemplo de empresa vasca, y hoy tienen que exigirles responsabilidades», remarcó.

En el encuentro, los representantes de Industria y Empleo se ofrecieron a hacer una «labor de intermediación», propuesta que van a estudiar.

Los trabajadores de la compañía, que cuenta con una plantilla de 580 personas, llevaron a cabo una asamblea al mediodía para valorar la situación y acordaron convocar paros parciales para la semana que viene y una manifestación el sábado día 21 en Gasteiz. En concreto, el miércoles 18 harán un paro de tres horas y una concentración ante la patronal SEA, y el viernes día 20 otro paro de dos horas y caravanas de coches en Berantevilla y Mendizorrotza, que darán paso a la manifestación del sábado.

 

Los trabajadores de Candy piden a Lakua que mantenga su palabra

Los trabajadores de Candy han asegurado que siguen apoyando el proyecto Urbanext al considerar que «nadie nos ha comunicado que el proyecto no es viable» y reclamaron al Gobierno de Gasteiz que mantenga su palabra «y entre todos creemos una alternativa de empleo para Candy».

En una nota de prensa hecha pública tras la asamblea del miércoles, los empleados de la antigua fábrica de lavadoras de Bergara reiteran que en las reuniones mantenidas con Lakua, este les trasladó su apoyo al proyecto, por lo que no entienden que los fondos de garantía Elkargi y Oinarri hayan decidido no avalar el proyecto presentado junto a la firma francesa Urbanext.

Califican de «muy doloroso» el hecho de que se destinen millones de euros a la industria mientras a ellos se les niega dicho apoyo, sobre todo cuando se les están agotando las prestaciones por desempleo. No obstante, subrayan que «todavía estamos a tiempo» GARA