No son muchas las vidas artísticas que han atravesado cuatro décadas y siguen paso a paso socavando rocas como el agua que nunca se acaba. Las tendencias le construyeron a Doctor Deseo más de una presa, barreras que atravesaron tanto vestidos con heridas profundas como con una tirita. Hubo gotas de sangre que se fueron y lluvia que trajo otros nombres. Los que partieron y los que llegaron, sobrios y elegantes. Pocos imaginaron la fuerza y la resistencia de Francis Díez, quizá la perdurabilidad de su infinito talento, apoyado aún por un escudero que supera cualquier otro apoyo posible, Josi Giménez, ha podido con todo. Verles unidos, disfrutando en el escenario como si 2017 fuese 1987 no solo es conmovedor, sino una lección de amistad, talento indivisible y fortuna, aunque sea la nuestra. Y, además, sin un gramo de grasa extra, ¡serán canallas!

El escalador de rocas y trabas lleva escritas cientos de letras. Utiliza un lenguaje de diccionario de urgencia, pero combina las palabras de tal manera que cada párrafo describe situaciones conocidas de una manera diferente. Diferencia que le singulariza y lo convierte en un escritor arañado cada noche por el silencio del talento. “Igual y diferente. Una mirada distinta” incluye una de las tandas más lúcidas que el autor haya escrito y la banda interpretado. Lo escribe en el papel, son las palabras, y lo reescribe con extrañas notas, es la música. O a la inversa, que poco importa el orden cuando la suma termina con el mismo resultado: la belleza como sentimiento incluso sobre escenas dolientes, significados amargos.

“Igual y diferente. Una mirada distinta” es el disco más expresivo y emocional que Doctor Deseo ha escrito, por mucho que necesite más de una escucha. Y lo es desde la afortunada portada hasta el último segundo, sea de palabra o sobre una corchea. «Louise Brooks no solo fue la musa de Guido Crepax (su Valentina), sino una mujer excepcional actriz de cine mudo en los años 20 y 30 con un nivel intelectual poderosísimo y una sexualidad a la altura. Ella marcó las pautas estéticas de toda una época, –ese corte de pelo que nadie se atrevía a llevar–.. Hacia finales de los años 20, harta de la paquetería de Hollywood se vino a trabajar a Europa e hizo películas tan poderosas como la ‘Caja de Pandora’».

El cine y sus pasiones no concluyen en la gráfica de la portada, en incitar a conocer a “Louise Brooks”, se prolonga página a página a través de fondos de fotograma, textos superpuestos y todas esas ideas musicales que convierten el disco en una de las películas mejor narradas por DD. Todo colocado y ajustado por el buen ojo de Lur Merino: «El trabajo de diseño del libro disco corre a cargo de Lur Merino –una persona de las que mejor nos comprende– y con esta portada también queremos significar que una mirada distinta en los tiempos que corren, debe ser una mirada de lo llamado femenino. Elementos que están en las canciones. La ternura es la base de todo, yo te cuido tú me cuidas, colaborar es mucho más interesante que competir, gestión de las emociones y los vínculos entre las personas quizá sea lo más importante que tenemos».

Cada canción está acompañada de los fotogramas difuminados de una película: ‘Un tranvía llamado deseo’, ‘Blade runner’, ‘Sin city’, ‘Rebeldes sin causa’, ‘Cabaret’, ‘Arrebato’… Historias especiales y narrativas con severa fuerza interior. «Además, este disco tiene algo de película desde su inicio, la canción ‘Una mirada distinta’, a base de piano y cuerdas, podría ser parte de una banda sonora, el momento en el que los créditos de una película caen. ‘Como lágrimas en la lluvia’ evidentemente nos llevan a ‘Blade runner’».

Insolencia y veteranía

Apuntamos con limpia sinceridad que es el disco que más veces hemos escuchado en la larga historia del grupo y con el que más relación emocional se ha compartido. El grupo ha arriesgado en su sonido, arreglos y propuestas. Puede que para el público la voz de Francis lo homogenice. Pero cabe imaginar la batalla de dudas, los síes de afirmación ante las primeras dudas. Una especie de mezcla de insolencia juvenil junto a la sabiduría del veterano. «Quiero pensar que es así. Te agradezco mucho este comentario porque desde luego no ha sido fácil. Ha habido que quemar viejos mapas, dejarse arrastrar por la curiosidad; ha habido que intentar buscar algo en el territorio de lo cierto y que a veces duele. Sobre todo currar como cabrones. Tenemos que agradecer la implicación de Cesar Ibarretxe en la producción y que ha ayudado a que la música de Doctor Deseo transite otros territorios».

Romántico sin contexto es una palabra peligrosa y desgastada, pero la sugiere la épica vivencial de sus canciones, la vaporización de sentimientos con cada letra, arreglo, intervención vocal, la guitarra, el piano, las teclas, el saxo, la percusión, los coros…

«Con la palabra romántico tengo serios problemas. De hecho es un saco en el que lo mismo meten a Lord Byron o Mary Shelly que a Julio Iglesias. Por otra parte, pienso que el romanticismo fue una contestación quizá excesiva al movimiento más racionalista que le precedía. No soy muy dado a los amores imposibles ni a las hemorragias emocionales por la cara. Pienso que en estas letras lo que hay es más madurez, una visión más amplia de los temas que habíamos tratado hasta ahora y una conciencia de lo importante que es aprender a mirar lo de siempre si lo queremos transformar. Intentando escapar de idealizaciones y otros excesos. Y siempre buscando. En realidad cuando hablamos de la sexualidad estamos también hablando de lo simbólico y de lo real; y de las cosas que solo en el territorio de lo simbólico, como en un juego, se podrían vivir siendo de esta manera liberadoras».

“Igual y diferente. Una mirada distinta” palpita por sí mismo, pero las colaboraciones, como es habitual, no colorean, intervienen. Maite García es profesora de conservatorio en Galicia , muy buena amiga y seguidora del grupo. «Me enseñó un video grabado con el móvil donde me mostraba una composición suya. Me pareció muy emocionante, que tenía algo especial en su sencillez, algo de película. Me la imaginaba como el prólogo del disco [‘Una mirada distinta]. A partir de aquí todo fue surgiendo, transformar la estructura, buscarle una línea vocal, añadirle líneas de cuerda, guitarras, bajo, coros, campanas… Carlos Gimenez nos ayudó con los software y la interpretación y el saxo de Joe añadió sentimiento a la versión instrumental.

«A Maider Legarreta nos la presentó Cesar Ibarretxe, le estaba grabando y mezclando su primer disco ‘The Road’». El resultado es magnífico, un inesperado hallazgo que sugiere tanto en disco como en directo. «Realmente es una crac, dará muchísimo que hablar».

«Karlos Gimenez –hermano de Josi–  nos ha ayudado, como lo ha hecho otras tantas veces [Ya estaba en le primer disco de DD], con las maquinitas, distintos programas, con sus conocimientos de orquestación y su inmensa sensibilidad».

«En ‘Gustatzen zaigulako’ partíamos de una letra de Marta Ortiz, nuestra escritora de cabecera y antigua bertsolari, que hizo un trabajo sobre una idea que le pasé. Es una gozada lo suave que esta escrita y lo sensual del texto».