Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Un estudio más humano en busca de otra banca pública

Hubo algo de bronca de por medio, pero el Gobierno navarro recapacitó y ahora ha adjudicado una nueva licitación para estudiar no solo la opción, sino también la necesidad de crear una nueva banca pública en Nafarroa, todo después de que la CAN primero torciera sus objetivos y luego acabara absorbida como una parte más de otro banco. La licitación es más modesta que la de hace un año, pero más interesante y sin la estrechez propia del sector bancario.

El actual esquema financiero público de Nafarroa, tras el agujero negro de la desaparición de CAN, resulta un tanto caótico. El Gobierno cuenta con sociedades públicas que utilizan sus fondos para revitalizar los distintos sectores económicos, en muchas ocasiones adquiriendo participaciones de esas empresas, y por supuesto también interviene directamente con subvenciones y deducciones fiscales. De hecho, incluso juega a la bolsa con las acciones que le quedan de Caixabank para revertir los beneficios en obra social, si bien no puede hacerlo directamente y necesita usar una fundación bancaria creada ad hoc como intermediaria.

Herramientas financieras hay muchas, lo que sigue faltando es lo que era la CAN en su origen: un lugar donde se prestaba dinero a quienes tenían pocos recursos para combatir la usura. Ese fue el gran fallo de la licitación que hizo el vicepresidente Manu Ayerdi el año pasado y que motivó un airado rechazo por parte de sus socios. Aquel estudio, mucho mejor dotado económicamente (unos 50.000 euros), buscaba inspiración para reordenar las actuales herramientas financieras para empresas dándoles forma de banca pública para ellas según modelos de otros países europeos, pero no planteaba un estudio sobre la necesidad de una banca directa para personas.

Lo que se ha planteado esta semana es distinto, ya que se centrará en consultar con varios de los principales agentes económicos (públicos y privados) «con el fin de perfilar en qué ámbitos económicos y espacios sociales de la sociedad navarra crearía valor una entidad financiera de carácter público».

Será la empresa Bizilan la que sondeará qué necesidades existen en el área de la financiación familiar preguntando al banco con más cuota de mercado, que es Caixabank tras quedarse con la CAN, y a Caja Rural. Pero también –y ahí reside la diferencia– a Eroski, a las entidades sociales y a asociaciones de comerciantes, que son quienes de verdad saben si la población llega a fin de mes o a qué tiene que renunciar para hacerlo.

También tendrán su voz dentro de este proceso los sindicatos UGT, CCOO, ELA y LAB, aunque quizá lo más rompedor sea la participación de la red de Banca Ética Fiare y Attac. A fin de cuentas, desde que se crearan las cajas y montepíos hace más de un siglo, los modelos de banca alternativa han evolucionado.

El estudio que se realizará próximamente supone un pasito muy corto, pues el Gobierno apenas se gastará 15.000 euros en él. Y además llega tardísimo si lo que se pretendía era levantar un nuevo banco público esta legislatura. Pero al menos, no supone una renuncia de facto. Habrá que esperar al resultado del estudio para ver cómo se debe articular un sistema financiero para que la gente viva mejor. Probablemente harán falta otros trabajos para ver qué posibilidades hay de echarlo a andar.

Mientras tanto, sí que se han producido importantes cambios en esos otros instrumentos financieros de los que dispone Nafarroa. El más relevante ha sido la renovación en la Fundación CAN, que deja de estar controlada por Joaquín Giráldez, que provenía de la Facultad de Farmacia de la Universidad del Opus. Justamente, eran las empresas de investigación cercanas a ese centro unas de las que más fondos recibían a través de dicha Fundación. Ahora, esta entidad está dirigida por Javier Miranda (ligado a la discapacidad), lo que apunta a un giro en el destino de esos fondos hacia la obra social que realizaba CAN antes de su decadencia.