Joseba VIVANCO
Athletic El partido ante el Sevilla será una muy dura reválida

El dedo y la luna

La victoria en Almería ha insuflado oxígeno a la plantilla, pero no ha despejado las dudas de la afición sobre la necesaria reacción.

«Habrá un tiro libre en el vértice del área rival. Alguien lanzará un centro, ciertos jugadores irán al destino natural de la pelota, otros al error del rival y un tercero al error del compañero, porque un disparo equivocado no quiere decir que no pueda terminar en gol». Cambiemos lo de tiro libre por saque de esquina y la reflexión de Marcelo Bielsa habría descrito a la perfección el rocambolesco gol de Etxeita en Almería. El Athletic ganó, por fin, diez partidos después, y en el vestuario seguro que las cosas se ven de otra forma pero, a riesgo de convertirse uno en abogado del diablo, el aficionado de la calle no las tiene todas consigo ni de largo, máxime cuando este domingo, a la hora del vermouth y las gildas, llega un Sevilla colíder, el equipo que más ha mejorado en cuanto a puntación respecto a la pasada temporada en lo que llevamos de campeonato.

Patxo Unzueta, en ``A mí el pelotón'', contaba aquella anécdota -a posteriori matizada mucho por el protagonista- cuando el teólogo Jon Sobrino, oculto en el campanario de su iglesia ante los disparos del Ejército salvadoreño, escuchó de su transistor un importante gol de Txema Noriega que les daba la victoria y exclamó a sus compañeros: «Ya te lo decía yo, Dios no abandona nunca del todo a sus criaturas». Pues habrá que colegir que en Almería sucedió algo parecido, que si es verdad que Dios creó un solo equipo perfecto y ese es el Athletic, apareció desde lo más alto para encarnarse en la piel de Etxeita y posibilitar que, en un partido de ciegos, el tuerto fuera el rey. Un único tiro a puerta y 1-0; no firmaban algo así desde el 2009 ante el Betis.

Lo importante eran los tres puntos. Cierto. Inapelable. Pero visto lo visto, sería una ingenuidad pensar incluso que esto ha sido un punto de inflexión. Es verdad que si los rojiblancos taparan muchas bocas ante los de Unai Emery, pues mejor que mejor, pero la cara mostrada en esta jornada no invita al optimismo. Ernesto Valverde, que lleva semanas templando gaitas en cada comparecencia ante la prensa, esta vez echó mano del «juego pragmático», vamos, lo que viene a ser recurrir a un eufemismo, léase «palabras inofensivas o expresiones para desorientar, evadir, o evitar hacernos conscientes de una realidad cruda y desagradable». Así que sustituyan lo de «pragmático» por cualquier adjetivo descalificativo que ilustre el partido de los leones, y tendrán una acertada definición.

La victoria le ha dado aire al Athletic, al menos para cortar una racha negativa y peligrosa. Por algo se empieza, es verdad. Pero la reválida inmediata es de aúpa. Sevilla, Porto y Valencia. ¿Qué cara veremos? ¿La dubitativa ante el Celta, de ahora voy, ahora vengo?, ¿la contemporizadora de la primera mitad en la Champions para luego resurgir de sus cenizas con el marcador en contra?, ¿la `pragmática' frente al Almería? Hubo un tiempo y, como repite una y otra vez Valverde, no muy lejano, en que este equipo siempre jugaba a lo mismo. Siempre el espectador y hasta el rival sabían a lo que jugaba, ganara o perdiera. Hoy, ¿quién es capaz de apostarse los cuartos sobre qué cara mostrará el Athletic ante el Sevilla?

Dudas en el ambiente

El técnico rojiblanco tiene una semana entera para preparar el choque ante unos andaluces que vienen de firmar su mejor arranque liguero con solo nueve jornadas. Una semana para, sobre todo, tratar de disipar dudas en la cabeza de sus jugadores, las que surgen cuando dos errores puntuales que se creían olvidados te vuelven a dilapidar un buen resultado como sucedió en Oporto, o las que transmites cuando sacas a San José y Bustinza por Muniain y Susaeta para amarrar un gol.

Alguien diría que a este Athletic nos lo han cambiado, pero habrá que pensar que son las circunstancias. O eso esperamos. Lo cierto es que las sensaciones de que todavía hay carencias y lagunas en el juego, de que queda mucho hasta sacar el cuello del agua, de que hay jugadores que siguen sin rendir, y a la par interiorizar que aquella `marca Athletic', de ser protagonista en cada partido ahora se ha cambiado por la del pragmatismo, están a la orden del día en los corrillos rojiblancos.

El partido de las 12.00, ante el Sevilla, puede rearmarte o puede noquearte. Hasta San Mamés ha dejado de ser garantía de nada últimamente y, como se vio ante el Celta, incluso la grada se contagió de la mediocridad. Faltan días, sesiones de trabajo, y sobran arengas del tipo «¡los mejores guerreros no son los que triunfan siempre, sino los que vuelven sin miedo a la batalla!» que colgó Muniain el domingo en su Twitter. Se ha visto demasiadas veces que esas proclamas no sirven para nada si la confianza y la fe no acompañan. De momento, se ganó en Almería. Como diría el famoso guionista italiano Ennio Flaiano, «ánimo, lo mejor ha pasado».

Entradas ante el Porto. Las taquillas de San Mamés abrirán a partir del viernes, a las 10.30, para la venta al público de entradas -dos máximo por persona- para el partido ante el Porto.