Iñaki IRIONDO GASTEIZ
TREN DE ALTA VELOCIDAD

Las ayudas europeas a la «Y vasca», en duda por su incierta rentabilidad

La Comisión Europea ha respondido por escrito que «solo recibirán ayudas en el marco del Mecanismo `Conectar Europa' y la política de cohesión» los proyectos de Tren de Alta Velocidad «cuyo análisis de rentabilidad sea positivo». El Gobierno español ha presentado prácticamente todos los tramos de la llamada «Y vasca» a este programa de ayudas, y es dudoso que cuenten con verdaderos análisis de rentabilidad.

Las subvenciones europeas a la llamada «Y vasca» están en el aire, toda vez que la Comisión Europea las liga a estudios de rentabilidad positivos. El Gobierno de Lakua aseguró ayer que dichos estudios existen, aunque no figuran en la página web que recoge toda la información sobre la Nueva Red Ferroviaria Vasca. De hecho, la consejera Ana Oregi hizo mención a un informe presentado en unas jornadas organizadas por la Cámara de Comercio de Bizkaia, que es un análisis de impacto económico, realizado por un profesor de la UPV-EHU, que no puede ser oficialmente considerado como un análisis de rentabilidad.

A raíz de que el Tribunal de Cuentas francés realizara un informe que ponía de manifiesto la dudosa viabilidad del modelo de TGV, el parlamentario de EH Bildu, Josu Juaristi, preguntó a la Comisión Europea si creía que seguir apostando por las líneas de alta velocidad es rentable y viable.

La respuesta llegó la pasada semana, y la Comisión señala textualmente que «la viabilidad difiere sustancialmente de un proyecto a otro. Por consiguiente, solo recibirán ayuda en el marco del Mecanismo «Conectar Europa» y la política de cohesión los proyectos cuyo análisis de rentabilidad sea positivo».

El plazo para solicitar ayudas en el marco del Mecanismo «Conectar Europa» finalizó el pasado 3 de Marzo, y el Gobierno español incluyó solicitudes prácticamente para todo lo que resta de ejecutar de la «Y vasca».

Según datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento, se han pedido subvenciones para las obras de plataforma de los tramos Elorrio-Atxondo, Atxondo-Abadiño y Nudo de Bergara, de Adif Alta Velocidad, y Bergara-Astigarraga, dependiente del Gobierno de Lakua; para el suministro y montaje de vía, electrificación e instalaciones (incluyendo ERTMS) de la línea Gasteiz-Bilbo-Donostia de Adif Alta Velocidad y la adecuación del tramo Astigarraga-Irun, estas últimas de Adif; y para los estudios y proyectos, así como para la fase previa de obras, de Jundiz, en Gasteiz.

¿Hay estudios de rentabilidad?

A tenor de la respuesta ofrecida por la Comisión Europea, la concesión de fondos comunitarios a cada uno de estos proyectos dependerá de que sus análisis de rentabilidad sean positivos.

Además, según respondió también recientemente la comisaria de Transportes, Violeta Bulc, a la europarlamentaria del PNV, Izaskun Bilbao, «estos fondos se asignarán con arreglo a un procedimiento de concurso mediante el cual se evaluarán las propuestas presentadas por los Estados miembros». Y añadió que la obtención de ayudas estará en función de que el Estado español presente «proyectos maduros a la Comisión».

Existen serias dudas de que los proyectos relacionados con la llamada «Y vasca» cuenten realmente con «estudios de rentabilidad» fiables. Tras conocer la respuesta dada por la Comisión Europea a Josu Juaristi, el grupo parlamentario de EH Bildu en Gasteiz pidió al Gobierno de Lakua que realice «un estudio serio sobre la rentabilidad del Tren de Alta Velocidad en el seno de una Comisión de expertos independientes, antes de seguir adelante con un proyecto que se lleva tantos millones que podrían derivarse a otras políticas». El análisis debería incluir datos sobre variables que actualmente, y a estas alturas, todavía son una incógnita, como previsiones de tráfico, balances entre gastos e ingresos o gastos de mantenimiento.

Según explicó su parlamentaria Marian Beitialarrangoitia, dichos estudios «no existen o se ocultan», puesto que cada vez que los han solicitado al Ejecutivo no se los han remitido.

Por contra, la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, afirmó en la rueda de prensa que sigue al Consejo de Gobierno que «el corredor atlántico (en general) tiene análisis económicos, los hemos presentado varias veces, están a disposición de los que los quieran leer».

Después hizo referencia a que sobre la «Y vasca» hay «un estudio de costes muy serio, que está hecho por el área de Economía Aplicada de la UPV y lo presentamos recientemente en la Cámara de Comercio de Bizkaia. Y se hace ese estudio económico en todas las fases de la obra, en la fase previa, en la de obra y en la de explotación. Y yo creo que las conclusiones son realmente interesantes y nos hacen seguir defendiendo esta infraestructura», aseguró Oregi.

Sin embargo, dicho informe es sobre el «Impacto Económico de la Nueva Red Ferroviaria Vasca», no sobre su rentabilidad, no es institucional, está firmado por el catedrático Francisco Javier Fernández Macho y tiene el mismo valor en términos oficiales que otros informes negativos elaborados por otros expertos universitarios.

El recuerdo del AVE Toledo-Albacete que solo llevaba nueve viajeros al día

Una crítica recurrente que realizan los expertos es que a la hora de acometer infraestructuras primero hay que hacer un estudio de su rentabilidad económica y social y solo después de que esta esté garantizada, acometer su construcción; mientras que en el Estado español primero se toma la decisión política, en ocasiones por razones meramente electorales, y después se hacen estudios a conveniencia y se acomete la construcción.

Un ejemplo palmario de esto es la puesta en marcha de la línea de AVE Toledo-Albacete. Los «estudios» de sus impulsores hablaban de un potencial de 2.190 pasajeros en ambos sentidos, pero tuvo que suspenderse porque su ocupación media era de nueve pasajeros al día. El coste de las obras fue de 3.500 millones y el mantenimiento de la línea era de 18.000 euros diarios. Fuentes de Renfe aceptaron al tener que suspender el servicio que éste se estableció por las insistencias de los dirigentes políticos.

En otra escala, lo cierto es que ninguna de las líneas de AVE del Estado español es rentable. Lo aclaraba con datos el experto Gema Bel i Queralt, que hace unos días intervino en el propio Parlamento de Gasteiz. Y en el caso concreto de la «Y vasca», ponía el ejemplo de que «un servicio de helicóptero sería quizá más rentable que el TAV». Otro experto, el profesor de la UPV-EHU David Hoyos destacaba que la conexión por alta velocidad entre Bilbo, Donostia y Gasteiz solo sería rentable con billetes que costaran 25 euros.

Además, es preciso constatar que cualquier estudio que se haya hecho se ve trastocado por el anuncio del Ministerio de que los tiempos entre estas capitales serán casi iguales a los que se hacen en coche. I.I.