Joxe Blanco Gómez | ex-preso

Lendakaris muertos

Son una banda punk, cuyo nombre parafrasea en versión vasconabarra a los míticos Dead Kennedys californianos. Los Lendakaris, desde Iruña, llevan más de una docena de años haciendo buen punk, rápido y sin concesiones, con el sarcasmo extremo de sus letras y actitud como bandera. Y los saco un poco a colación, en el contexto de las elecciones para elegir parlamento, gobierno y lehendakari en nuestra Una, Grande y Libre CAV. «Dame punk y llámame tonto».

Porque hablando de ello, es de un sarcasmo insultante que el actual lehendakari nos hable de aburrimiento ante las continuas interpelaciones sobre la vulneración de los derechos de decenas de miles de vascos y vascas (el derecho a elegir a sus representantes). El del «verbo fluido», no nos sorprende actuando una vez más a la defensiva como portavoz de su partido, desde la tribuna de la máxima autoridad autonómica, lujosa y privilegiada tribuna, mantenida con los impuestos de todas y todos los trabajdores de esta nuestra autonomía. Es el lehendakari de todos: mejor corruptelas neofascistas que rojos insolentes. Siempre dispuesto a rendir pleitesía. Las palabras se las lleva el viento: de la ironía a la tomadura de pelo. Mickey Mouse con kaiku, txistu y tamboril: defensor del estatus económico, de la precariedad, «deslocalizaciones» y el «dialogo social», por la gracia de Dios, Ignacio de Loyola y la Virgen de Aranzazu. Es el lehendakari del TAV y del bienestar vasco, referente en todo Europa: en «España» somos gilipollas y en «Euskadi» nos enorgullecemos de ello. Alguna multinacional requiere su buenhacer. Pero de momento, prefiere el sector público. Le ha cogido el gusto a a Ajuriaenea y repite como candidato (la militancia jeltzale también tiene derechos). El colmo del sarcasmo: cientos de miles de vascos le volverán a votar. Como a Rajoy y Sanchez. Y al día siguiente, seguiremos quejándonos. «Gora España».

Con otro y desconcertante nuevo estilo, sorprende la actitud de la lehendakarigai de Elkarrekin-Podemos, esta también rozando la ironía extrema. Sorprende el empecinamiento de esta chica en exigir «label democrático» a una persona como Arnaldo Otegi, candidato a Lehendakari por deseo expreso de miles de vascos y cuyos derechos llevan siendo vilipendiados durante años. Esa obcecación despista y huele a rancio. Esa obcecación sorprende más viniendo de donde viene. La candidata no está siendo sincera cuando habla de dar segundas oportunidades a Arnaldo y no exige el «label democrático» a la lehendakarigai del partido que secuestró, torturó y asesinó a Josi y a Joxean. Tampoco «rectitud moral» al candidato del Partido Podrido.

Desde su nacimiento sigo con interés la evolución de Podemos, lejos de molestarme por su expansión. Creo que además de aportar aire fresco entre tanta podredumbre, es un fenómeno del que tenemos mucho que aprender los que estamos por la transformación social. Las posibilidades de cambio por el previsible apoyo masivo en forma de voto alimentan esperanzas. Pero lo de esta chica despista, decepciona y hasta deprime.

Los ataques, por otro lado, contra los representantes de la unidad popular y de la izquierda abertzale, no son nada nuevos. Desde el BVE y GAL, hasta la Audiencia Nacional. Vista la labor y la aportación de militantes como Arnaldo y sus compañeros y compañeras, es entendible que el estado, sus diferentes poderes y todo el séquito de vividores y parásitos nacionales y autonómicos, pretendan liquidarlos. A las y los compañeros que no ven la nueva estrategia les diría que reparen en este hecho, por qué el Estado se empeña en liquidarlos, por qué han convertido a Arnaldo en Enemigo Público Número Uno. De todas formas, recuerdo que ya en la Unidad Popular se decía que no teníamos líderes, porque éramos el pueblo. Y así es. Mensaje al Estado y sus secuaces: lo tenéis claro.

Por otro lado, el mío es un pueblo de ilustres. De mi pueblo es uno de los más famosos lehendakaris. Un político atípico, popular y campechano. Ha hecho y hace cosas que otros no hacen. Ha dicho y dice cosas que otros no dicen. También las que dijo aquel 11 de marzo del 2004, por las que algún día él también tendrá que pedir perdón. Bitartean animo Juanjo!!

De mi pueblo también es mi candido a lehendakari ideal. Ya se comentaba en tiempos de ilegalizaciones, cuando él chupaba patio y txabolo a 600 km de su Areta natal. Pablo lehendakari! Pastor de Gorbeia, que conoce el manejo del ganado, del perro y de la makila. También la peña, la niebla y el lobo. Además, Pablo y su familia, como cientos de ellas en EH, sufrió en sus carnes la venganza del estado impotente. Y sabe de sinsabores, de sufrimiento, de miserias, de humillaciones , de pobrezas, de marginados, de lucha, de dignidad, de amor, de solidaridad, de compañerismo, de compromiso… Como Arnaldo, Sonia, Arkaitz, Miren, Rafa o Periko, Pablo sería buen candidato a lehendakari. Como también lo serian Alaitz, Gotzon, Maite, Iñaki, Aitor, Patxo, Joseba, Xanti, Josu y otro montón más. Será por gente preparada…

Adolezco de escepticismo, despido hartazgo e indignación (aunque ya no esté de moda) pero nunca he tenido un ápice de duda. El estado me sigue dando la razón. El mejor lehendakari, el pueblo. Ez dago soluzio magikorik. Borroka da bide bakarra. Nire bozka herritar batasunari, EH Bilduri.

Termino de nuevo con los «lehendakaris» nabarros (¡¡¡que ironía!!!), una petición para la próxima lehendakari de la CAV : «soy un veterano de la kale borroka, exijo compensación aunque sea media pensión».

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