Apenas han bastado dos días para que las palabras de Xavier de Pedro, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), se las haya llevado el viento. El miércoles, De Pedro, junto a un nutrido grupo de regantes, proclamaba el comienzo de las obras de la nueva presa que se levantará en Esa y daba por concluidos los problemas provocados por los deslizamientos. «Nuestra prioridad es la seguridad», destacó desde la vieja presa en declaraciones a los medios de comunicación.

La realidad parece volver a desmentir a la CHE, ya que otra vez han aparecido nuevas grietas en la ladera derecha de Esa, según denunciaron Asociación Río Aragón y Yesa + No, colectivos opuestos al recrecimiento. «La CHE vuelve a mentir», acusaron.

En este sentido, recordaron que ya hace tres meses la CHE anunció que tras las obras de emergencia, que han costado al menos 25 millones de euros, la ladera se había estabilizado. Además, denunciaron que la CHE dejó de hacer públicos los datos de los inclinómetros instalados después de que en febrero de 2013 hubiera que evacuar a los vecinos de las urbanizaciones Lasaitasuna y Mirador de Yesa por los daños provocados por los deslizamientos.

Estos vecinos están ahora a la espera de recibir las indemnizaciones por 103 viviendas a las que ya no podrán volver nunca más.

Estas nuevas grietas comienzan en la zona de seguridad que la CHE estableció, pero salen fuera de la misma. «Hemos vuelto a ser los ciudadanos quienes mostramos qué sucede en Yesa. Y es inadmisible que esta sea la normalidad cuando es un organismo público el que está a cargo de la obra», añadieron los dos colectivos.

Por ello, denunciaron «la incompetencia y opacidad de la CHE» y recordaron que este organismo se ha negado a comparecer en el Parlamento navarro, en las Cortz d'Aragón y el Congreso español.

Por ello, volvieron a reclamar que se paralice inmediatamente «el despropósito en el que se ha convertido el recrecimiento de Yesa», una obra que ha cuadruplicado ya el presupuesto inicial con el que fue diseñada.

Asimismo, estos colectivos exigieron que se forme un equipo de técnicos independientes tutelado por los ayuntamientos de la zona y los gobiernos navarro y aragonés para encargarse de la seguridad de la presa actual y de la estabilización de la ladera, «en el caso de que sea posible».

Junto a ello, reclamaron que se vacíe el embalse hasta una cota de seguridad aceptable. En este sentido, subrayaron que la propia CHE ha procedido a realizar un desembalse del pantano de Esa, hasta el punto de que actualmente se encuentra al 40% de su capacidad, una de las cotas más bajas de las registradas en los últimos años.

Asociación Río Aragón y Yesa + No consideran también imprescindible que se acabe con la política de oscurantismo de la CHE y reclamaron que «se deje de mentir a la ciudadanía» y se envíen a las administraciones los informes periódicos sobre el estado de las laderas, así como los elaborados en julio, agosto, setiembre y octubre.

Por todo lo sucedido en el recrecimiento del embalse de Esa hasta el momento, estos dos colectivos reclamaron que se depuren responsabilidades técnicas y políticas por «la nefasta gestión que se está haciendo tanto de la obra como de los gravísimos problemas de seguridad que está causando».