Pablo GONZÁLEZ Enviado especial Kiev
Krisia Ukrania ekialdean

Batallón Aydar, del Maidán a la guerra

El movimiento de batallones voluntarios ucranianos es una de las cuestiones más peculiares y controvertidas del conflicto en el Donbass. Patriotas que defienden a su país ante una agresión, para unos, y fuerzas de ocupación y criminales, para otros.

 

El batallón voluntario de ataque Aydar es una de las unidades más famosas de las fuerzas ucranianas que combaten en el Donbass contra los rebeldes apoyados por Rusia. De gran popularidad en el país por su alto patriotismo y espíritu combativo, esta unidad también ha sido señalada varias veces como la responsable de graves violaciones de los derechos humanos. El batallón Aydar es la punta de la lanza de los batallones voluntarios formados en Ucrania para participar en la guerra del Donbass, tiene las mismas características que la mayoría, con su lado positivo, pero también con su carga negativa.

El Aydar es un río que fluye cruzando la frontera entre Rusia y Ucrania, y pasa por la región de Lugansk. Este río también da nombre al batallón voluntario número 24 del Ejército ucraniano, ya que fue en este donde la unidad tuvo su bautizo de combate en verano de 2014. Desde entonces, estos voluntarios y patriotas ucranianos combaten en el este del país contra los separatistas de Lugansk y Donetsk, que buscan la independencia de sus regiones de Ucrania.

El miembro más destacado del batallón, y la figura sobre la que se articula toda la unidad, es Serguei Melnichuk. Este exmilitar y hombre de negocios fue uno de los comandantes de las autodefensas del Maidán de Kiev durante las protestas que llevaron al derrocamiento del Gobierno. Cuando el conflicto se trasladó al Donbass, intentó crear un batallón voluntario compuesto por gente local. No lo consiguió. Meses después los oriundos de Lugansk y Donetsk no representan más del 20% de la unidad. Por eso, Melnichuk recurrió a sus antiguos camaradas del Maidán, que forman la mayor parte del batallón, aunque también extranjeros, principalmente georgianos.

Los batallones voluntarios se idearon como unidades de soporte a las unidades del Ejército. Su teóricamente alta motivación y consistencia patriótica debía apoyar los cimientos de las fuerzas ucranianas, varias de cuyas unidades militares resultaron poco fiables a la hora de combatir a los rebeldes al compartir, en mayor o menor medida, sus ideas anti Kiev. Estos batallones cuentan con armamento ligero y, en su mayor parte, no disponen de artillería ni de tanques de combate.

Sus armas se las proporciona los ministerios de Interior o Defensa, según de cuál dependan, pero el resto del equipamiento lo consiguen sin ayuda gubernamental. Por eso necesitan desesperadamente toda la ayuda posible y algunas unidades han sido promocionadas por hombres de negocios. Así, los batallones Azov o Donbass, donde hay importante presencia de elementos neonazis, son patrocinados por el oligarca ucraniano de orígenes judío Igor Kolomoisky. Este patrocinio, y otros similares, han suscitado controversia, ya que se ha utilizado a miembros de batallones voluntarios para atacar empresas de oligarcas rivales en zonas muy alejadas del frente.

El Aydar, por su parte, niega toda relación con los oligarcas, a los que considera parcialmente responsables de la situación en el país.

Violaciones de los derechos humanos

El Aydar no solo es la unidad voluntaria que más fama tiene entre los ucranianos y que mejor se ha desenvuelto en combate, también es la que más manchas acumula en su historial. Las denuncias de violaciones de los derechos humanos se han repetido. En la propia Ucrania, el SBU (servicios estatales de seguridad) están investigando al comandante y a su unidad.

El propio batallón reconoce parte de los casos y asegura colaborar con la Justicia, pero al repetirse periódicamente los crímenes y las denuncias, queda la duda de si se hace algo para atajar los problemas de disciplina.

Azov, Donbass, Dnepr y otras unidades voluntarias destacadas

Aydar es la unidad voluntaria más conocida, pero no la única que ha cogido fama durante conflicto. Otros batallones voluntarios igualmente se han hecho famosos, aunque en su mayoría ha sido por razones negativos, como crímenes contra la población civil o su ideología neonazi.

Uno de los más famosos es el Azov. Su comandante, Andrei Biletski, es ahora diputado de la Rada, el Parlamento ucraniano, pero antes estuvo preso por sus actividades criminales y su participación en organizaciones neonazis.

El Donbass, unidad dirigida por el también diputado Semen Semenchenko, es otro al que sus acciones le han granjeado mala fama y su baja capacidad de combate ha sido criticada más de una vez. Otros, como el Dnepr o Pravy Sektor han combatido bien, pero su relación con la población local del Donbass ha sido problemática.

Por eso, muchas son las voces que piden la disolución de estos batallones, tanto en Ucrania como en organismos internacionales. P.G.