NAIZ
SOPUERTA

Los niños de La Baluga acceden a la escuela pero los profesores no han podido entrar

Inspectores del Departamento de Educación han instado a no entrar en el colegio público de La Baluga a los profesores voluntarios que imparten clases a los siete niños y niñas que reclaman estudiar Primaria en Sopuerta. Lakua y el alcalde han desmentido que la Ertzaintza haya intervenido o impedido el acceso a los niños al centro.

Imagen de la escuela de La Baluga. (ARGAZKI PRESS)
Imagen de la escuela de La Baluga. (ARGAZKI PRESS)

Fuentes del Departamento de Educación de Lakua han negado que la Ertzaintza haya impedido el acceso a la escuela infantil de La Baluga a los siete niños y niñas que quieren estudiar Primaria en Sopuerta, como se ha difundido en un principio. También han negado que la Policía haya expulsado del centro a los dos profesores voluntarios que les imparten clases.

Según dichas fuentes, inspectores del Departamento han acudido al lugar y han indicado a los dos profesores que no podían entrar al no ser trabajadores del centro.

El alcalde de Sopuerta, Josean Llaguno, ha explicado a Efe que el aula que había habilitado el Ayuntamiento en el centro, que es municipal, para que diesen clase de Primaria estos siete alumnos ha aparecido cerrada con llave por lo que los niños no han podido acceder a ella. Ha señalado que los niños permanecen en el centro hasta que sus padres vayan a recogerles como cada día a las cuatro de la tarde y que están atendidos por personal del Departamento de Educación.

La Ertzaintza ha acudido al exterior del centro pero no ha intervenido en ningún momento, según fuentes de Educación y testigos presenciales.

La viceconsejera de Educación de Lakua, Arantza Aurrekoetxea, informó ayer de que su Departamento ha ofrecido a las familias un local público municipal, en la propia localidad, que albergue de manera «transitoria» un aula de primero de Primaria, aunque los padres y madres de los siete niños han rechazado la oferta al entender que es «un castigo» y supone «aislar y marginar» a los menores.

Según indicó Txuma Murugarren, padre de uno de los niños afectados, la oferta conlleva «llevar a los niños a un aula que se tendría que organizar en tres semanas, que estaría lejos de la escuela pública, donde nuestros niños estarían aislados en el patio, en las clases y lejos de los demás alumnos durante un año».