El culebrón de la posible fusión entre Biarritz Olympique y Aviron Bayonnais ha vivido este martes un inesperado giro de guión. Todo apuntaba a que en Biarritz estaban todos los cabos atados, mientras que era en Baiona donde existía una mayor resistencia a la creación de una única entidad de élite para el rugby labortano.

De hecho, el presidente del Aviron, Manu Merin, había convocado una asamblea abierta –a la que han acudido unas quinientas personas– para exponer las bondades del proyecto.

Al mismo tiempo, en Biarritz, se celebraba una asamblea de Biarritz Omnisports, el club polideportivo que cuenta con once secciones entre las que se integra el rugby, y que es el titular de de la licencia federativa.  Según la web especializada Rugbyrama.fr, la fusión ha recibido un respaldo mayoritario pero no el necesario de dos tercios de la asamblea. Visiblemente contrariado por el inesperado resultado, el presidente del Olympique, Serge Blanco, ha tomado el micrófono y ha anunciado que presentaba su dimisión.

Mientras, en Baiona, Manu Merin, recibido con silbidos, explicaba la necesidad de «encontrar un milón de euros antes de julio», para equilibrar el déficit de la pasada campaña. Estaba prevista una votación sobre la fusión para este viernes, pero tars lo acontecido en Biarritz todo es una incógnita.