A su llegada a la sede del Departamento de Economía, Hacienda, Industria y Empleo para registrar la convocatoria de huelga general, el coordinador de LAB en Nafarroa, Igor Arroyo, ha señalado a los medios de comunicación que el herrialde está «en una situación de emergencia social» y «al borde prácticamente del abismo» a causa de «la casta política» que ha gobernado durante los últimos años.

Arroyo ha denunciado en concreto una cifra de paro cercana a las 58.000 personas, la reforma laboral, las rebajas de sueldos y de condiciones laborales, y la «amenaza» de dejar sin efecto los convenios territoriales en julio.

Además, ha criticado el «deterioro impresionante» de los servicios públicos y en ese sentido ha destacado las «escenas vergonzosas, indignas» de las cocinas hospitalarias, que «están dando comida basura a nuestros enfermos».

También a nivel social hay a su juicio un recorte de prestaciones y de las condiciones laborales, pero, al mismo tiempo, «aquellos que nos están imponiendo los recortes y que dicen que no hay dinero se han estado lucrando a costa del erario público, han ganado mucho dinero y se demuestra que han estado en la carrera política no por el bien de la Comunidad, sino para medrar personalmente y enriquecerse».

Tras censurar el «escándalo» de Caja Navarra y la gestión de UPN y PSN en las instituciones y empresas públicas, Arroyo ha asegurado que hay una mayoría social que reclama un cambio político, de las condiciones de trabajo y de vida, y de las «reglas de juego» en Nafarroa.

«Un paso para promover el cambio social»

Para posibilitar ese cambio, ha agregado, «es necesario que la clase trabajadora articule todos los mecanismos que tiene en sus manos, entre otros el de la huelga general», una movilización que «no es algo aislado», sino que es «un paso para promover el cambio social».

El secretario general de ELA en Nafarroa, Mitxel Lakuntza, ha afirmado por su parte que en el herrialde se está produciendo «un deterioro» tanto de los derechos sociales y laborales como de la democracia.

Ante esta situación, ha dicho, «lo que no se puede aceptar» es que lo único que se plantee desde los gobiernos español y navarro sea «solo recortes y corrupción».

Lakuntza ha considerado que los únicos que pueden «cambiar las cosas» son el conjunto de los ciudadanos, que «no tienen otra opción que salir a la calle y condicionar e influir para que esos recortes y ese deterioro de la democracia no se lleven hacia delante».

El representante de ELA ha reflexionado sobre la propia utilidad de la huelga y ha resaltado que esta movilización sirve para tres cosas, la primera de ellas para «centrar en el debate público la gravedad de lo que está sucediendo» y destacar que «si no lo hacemos los que estamos sufriendo los recortes no lo va a hacer nadie».

En segundo lugar, ha indicado, una huelga sirve para proponer alternativas fiscales y en defensa del empleo, «cuestiones que hoy la clase política y desde el Gobierno de la señora Barcina no se están planteando».

Lakuntza ha señalado que la huelga también es útil «para recordar algo muy elemental» y es que «los ya pocos derechos sociales que tenemos la clase trabajadora y el conjunto de la ciudadanía son el resultado de muchos años de pelea».

Asimismo, ha subrayado el valor de la unidad sindical y de que «la respuesta sea lo más amplia posible» y ha emplazado a UGT y CCOO a que se sumen a esta convocatoria, porque «hay razones para que todo el mundo salga a la calle».

El secretario general de ELA ha negado que ésta sea una huelga «localista» y ha hecho hincapié en que, ante los recortes, «hay que responder aquí y ahora».