
Decenas de miles de personas siguieron ayer desde la carretera la etapa de la Vuelta, con salida en Los Arcos y llegada a Bilbo, que transcurrió íntegramente por Euskal Herria. Aficionados de todas las edades se echaron a la calle para animar a los corredores, especialmente a los doce vascos que se mantienen en la competición.
Si en todos los puertos puntables había gente, la presencia de seguidores fue realmente masiva en los dos kilómetros y medio de la subida al novedoso alto de Arraiz, así como en resto del trazado por el centro de la capital vizcaína. Las ikurriñas y las banderolas que reclamaban la repatriación de los presos y exiliados fueron los distintivos más utilizados por los aficionados.
La carrera se despedirá este viernes de Euskal Herria tras su salida a mediodía desde la explanada de San Mamés, donde tomará rumbo hacia Cantabria. Por este motivo la circulación de vehículos se verá alterada tanto en Bilbo en la comarca de Enkarterriak.

Desalojado el instituto de Martutene, el Ayuntamiento solo realoja a la mitad en La Sirena

Solicitan inhabilitación y prisión para los policías acusados de agredir a un menor en Gasteiz

Euskal Herriko Osborneren azken zezena lurrera bota du Ernaik

Ertzainas del ‘caso Zabarte’ dicen que los proyectiles prohibidos «se les cayeron de una bolsa»

