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En marcha el proyecto WaSeaBi para convertir los restos de pescado en ingredientes alimentarios

El instituto Azti y las empresas Barna de Mundaka, Pescados Marcelino de Pontevedra y el centro EIT food de Zamudio comparten un proyecto para convertir restos de pescado en ingredientes alimentarios «de alto valor».

El proyecto trata de optimizar o sacar el máximo rendimiento de los restos del pescado. (Jon URBE/FOKU)
El proyecto trata de optimizar o sacar el máximo rendimiento de los restos del pescado. (Jon URBE/FOKU)

La iniciativa WaSeaBi busca «optimizar la utilización de las corrientes secundarias de la cadena de valor de la pesca y la acuicultura mediante el desarrollo de nuevos métodos para producir ingredientes de calidad de uso en alimentación humana y animal».

Los participantes en este proyecto, con una duración de cuatro años, aspiran a desarrollar soluciones para el almacenamiento y conservación de estas fracciones, así como nuevas opciones para su valorización.

El instituto danés Chalmers, que toma parte también en la iniciativa, está optimizando una tecnología basada en la inmersión de los restos en una solución que contiene, entre otros, extracto de romero y ácido cítrico. La solución es reutilizable, lo que aporta rentabilidad a la tecnología.

Por su parte, Azti trabaja en colaboración con las empresas Barna y Pescados Marcelino para la valorización de distintas corrientes secundarias, hasta la fecha tratadas como desperdicio alimentario.

Según ha explicado desde el centro, se está estudiando la recuperación de los caldos de cocción de los mejillones de Marcelino para la producción de compuestos aromáticos de uso alimentario mediante el empleo de distintas técnicas de concentración y deshidratación.

Junto con Barna se estudia la valorización de subproductos de la transformación de pescado para la obtención de compuestos bioactivos e ingredientes alimentarios mediante la técnica de hidrólisis enzimática.

En ambos casos los procesos se encuentran en fase de escalado para, en los próximos meses, acometer las pruebas a escala piloto o pre-industrial.

El investigador de Azti, Bruno Iñarra, indica que «se trata de diseñar e implementar procesos de biorrefinería en los que se aprovechen todas las corrientes para obtener productos de valor».

En este sentido, EIT Food se responsabiliza de la explotación, la estrategia de innovación precomercial y la gestión del IP de los resultados del mismo.

Trece socios de cinco estados

WaSeaBi está impulsado por un equipo interdisciplinar formado por 13 socios de cinco países europeos. Junto a EIT Food, AZTI, Barna y Pescados Marcelino participan la Universidad Técnica de Dinamarca, Food & Bio Cluster Denmark, la Universidad Tecnológica de Chalmers de Suecia, Sweden Pelagic, Royal Greenland de Groenlandia, Alfa Laval de Suecia, Jeka Fish de Dinamarca, Nutrition Sciences y la Universidad de Gante en Bélgica.

Está financiado por la Bio Based Industries Joint Undertaking, proyecto de la Unión Europea en el marco del programa de investigación e innovación Horizon 2020.