
En la anterior adaptación cinematográfica de ‘Los renglones torcidos de dios’ (1983), realizada en México por Tulio Demicheli, intervino en la escritura el propio autor de la novela Torcuato Luca de Tena. El escritor hizo una investigación de lo que entonces se llamaban manicomios, para lo que estuvo interno voluntariamente en el psiquiátrico de Conxo, en Santiago de Compostela, aunque luego trasladó la ficción al sanatorio Nuestra Señora de Fuentecilla, en Zamora. Los resultados no gustaron al padre de la psiquiatría franquista Juan Antonio Vallejo-Nágera. Oriol Paulo ha querido dejar ese trasfondo político atrás, para hacer un thriller más universal, fiel a su estilo personal de giros de guion dentro de una intriga de suspense.
La narración se mueve en dos tiempos, el relativo a la investigación criminal posterior a los hechos, junto con la de los propios acontecimientos retrospectivos. Bárbara Lennie, que ya trabajó con Oriol Paulo en ‘Contratiempo’ (2016), encarna a la investigadora privada que se enfrenta la director del centro interpretado por Eduárd Fernández, en su afán por esclarecer la muerte de un paciente.

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