
«Cambio climático: dónde estamos, dónde creemos estar y dónde querríamos estar». Este ha sido el atractivo título de la charla que el divulgador Fernando Valladares, doctor en Biología e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha ofrecido esta mañana en el palacio Miramar de Donostia en el marco de los Cursos de Verano de la EHU.
Su exposición forma parte de un ciclo de dos días en el que se abordará «cómo los sistemas de información pueden anticipar riesgos, salvar vidas y proteger el territorio». Valladares ha arrancado destacando que las sociedades «pasan por momentos de esplendor y de crisis. Nos asomamos a un potencial colapso, pero no hay que asustarse mucho, es lo normal».
La diferencia, ha destacado, es que a día de hoy se podría revertir ese ciclo, ya que «tenemos más conocimiento que nunca y herramientas para globalizar la información». Sin embargo, no se ha mostrado optimista al respecto porque «el cambio climático es una realidad dificil de entender y de cambiar».
Para Valladares, «somos una sociedad débil» con tres características. Una, lo que Churchill denominaba «hipocresía organizada»; dos, el «negacionismo de la realidad»; y tres, un auge del populismo, «aprovechando de que estamos un poco asustados». En otro momento ha mencionado la figura del «cuñado refractario al conocimiento», y ha abogado por «estar preparados para decirle lo que no es correcto».
«Tormentas Arca»
Según ha indicado, el cambio climático amplifica, tanto en intensidad como en frecuencia, fenómenos que se daban a menor escala, y ha citado como ejemplos los huracanes Helene y Milton, que afectaron a Florida y a otras áreas del sureste de EEUU en un plazo de quince días –las definió como ‘Tormentas Arca’, porque según cálculos científicos precipitaron la misma cantidad de lluvia que el diluvio, luego exagerado en la Biblia– o la dana que asoló Valencia el otoño pasado.
Ha resumido el principal motivo con una gráfica en la que se aprecia que, sobre todo desde 2015, «la Tierra se está volviendo más oscura, devuelve cada vez menos radiación de la que recibe, el planeta se calienta. Seguimos quemando combustibles fósiles, seguimos emitiendo gases de efecto invernadero, ¿qué puede salir mal? Se producen eventos extremos porque hay más energía en la atmósfera».
El incremento del calor afecta a diversos factores, como «las sequías y las inundaciones, que son las dos caras de la misma moneda. Una atmosfera más cálida almacena más vapor, y cuando llueve cae más torrenciamente. El sirimiri está más en peligro de extinción que los linces. Cada grado que sube la temperatura, la atmósfera absorbe un 7% más de agua».
Ondarreta a finales de siglo
«Los mares están más calientes que nunca, el Mediterráneo está a 2,5 grados más que la media de los 30 ultimos años. Para finales de siglo habrá, debido a la subida del nivel del agua un 40% menos de playa en Ondarreta», ha proseguido.
Una situación que afecta a factores económicos o a la salud. Por ejemplo, ha augurado que Córdoba, Sevilla o Granada «serán ciudades en las que no se podrá vivir» debido a las altas temperaturas, que se extenderán durante más tiempo que actualmente.
Valladares ha indicado que «la ola de calor de 2003 mató a 70.000 europeos, en España se estima que fueron más de 20.000. Ahora tenemos olas de calor más severas que causan menos muertes, gracias a nuestra capacidad de adaptación, pero ésta tiene un límite. Por eso es tan importante anticiparse».
El científico ha subrayado que «el capitalismo se está devorando a sí mismo», porque los gobiernos no tienen dinero «para hacer frente a los daños que causa el cambio climático», con lo cual se endeudan cada vez más, y no pueden salir de ese círculo porque los desastres son cada vez más frecuentes.
La base del sistema
«Las entidades asegradoras son la base del sistema capitalista, porque se sustenta en crecer y crecer, y alguien tiene que poner la red», ha explicado. Sin embargo, tres meses antes de la última oleada de grandes incendios grandes en California «cancelaron 90.000 polizas», después de que sus modelos de predición auguraran el desastre. «Las aseguradoras dijeron que tenían que velar por su solvencia financiera, reconocen que no pueden asegurarnos», ha remarcado.
«Dice Pedro Sánchez que la economía española va como un cohete. Vale, eso lo veo en las gráficas, pero ¿hacia dónde?, pregunto yo», ha comentado un Valladares que ha lamentado la falta de «filósofos» que planteen este tipo de cuestiones.
En la recta final de su exposición ha rechazado la idea de que crecimiento sea sinónimo de bienestar, y ha abogado por un decrecimiento que «suena fatal, pero va a ocurrir. La inteligencia sería verlo venir, pero de momento no vamos por ahí».
De hecho, ha comentado que se usan eufemismos como postcrecimiento, economía de la suficiencia o economía ecológica, aunque «todo lo que use el apellido ecológico es visto como cosas de gente con coleta que va en bicicleta. Decrecimiento no es volver a la caverna, sino recuperar cosas perdidas como el tiempo para hacer la comida, cuidar a los hijos o cogernos el dobladillo del pantalón», ha defendido.
Valladares ha lamentado que «los políticos no hacen caso a lo que dicen los expertos científicos» y que es más fácil desinformar porque «las mentiras corren más rápido que la verdad», entre otros motivos porque «son más divertidas». Sin embargo, ha concluido con un alegato ha convertir todas estas circunstancias en «una oportunidad. Podemos hacer un cambio muy profundo, la ciencia informa, pero las decisiones son sociales y políticas, solo tenemos que querer cambiar».

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