16 SET. 2024 - 06:23h La navegación arribó a buen puerto El evento se clausuró ayer en las terrazas de la Zurriola con un cartel de grupos vascos más los norteamericanos Bonny Doon. Como colofón, se anuncia al veterano galo Yann Tiersen el 27 de octubre en el Museo Balenciaga de Getaria. Boga Boga festibala cerró las puertas este domingo. (Andoni CANELLADA | FOKU) Iñaki Zaratiegi Donostia Volvió Boga Boga ayer a la trasera del Kursaal en una luminosa jornada dominical que conoció movimiento desde el mediodía con un mercadabadillo repleto de stands y ambientado con DJs. A la muy vespertina hora de las cinco sonaron los primeros compases en directo con la presencia de Nize, que son Andrea Plaza a la voz y guitarra, Intza Arakistain en la batería y el bajista zurdo Niko Bortolini. La presencia de instrumentistas femeninas en la formación de Mungia repetía una práctica que ha abundado en las jornadas: la integración natural de muchas mujeres (especialmente a la guitarra baja) en un plausible ejemplo de paridad. Parece que Belako, y su paralelo Lukiek proyectan una larga sombra en la escena mungiatarra y se adivina su influencia en el post rock, en este caso muy desgarrado, de Andrea y sus dos colegas. El trío trabajó su enérgico y denso repertorio, bebiendo del torrencial disco ‘Ezin’ y el más templado EP ‘Zu lo han’. Con cambio del euskara al inglés y hermosos desarrollos como en ‘Solo tú’. Rock punk tensamente «angustiado» y a bocajarro. La sorpresa de la tarde fue la franco-argelina Léna, que como sucedió el día anterior con los sevillanos I Am Dive se coló en el programa sin más explicaciones. La sorpresa aumenta si se rastrea su existencia en redes, repletas de artistas con el mismo nombre, pero donde no aparece. Muy simpática y con apoyo de un trío acústico, ofreció algunas bonitas tonadas en árabe y francés, incluida una dedicada a «la madre de mi madre», presente en las primeras filas. Cosecha casera También llegó de Mungia el cuarteto TOC, y también con dos grabaciones: ‘Badau’ y ‘Zidazun’. Animaron rápidamente a una audiencia amplia y con mucha peña cercana, con trallazos como la radical ‘Hutsa bezain hotza’. Pero bajaron también a la caricia en momentos como la aérea balada ‘Ametsen batean’, con mucho pregrabado de apoyo. El himno sostenido ‘Bi miru gu’ (con saludo a su colega Hofe, que colaboró en la grabación) fue el momento colectivo más participativo. Las preguntas sin respuesta de la sólida ‘Anegauta’, con aires arabescos, despidieron un macizo set, con presencia, actitud y tirón. Cesó el ruido guitarrrero y ya con el sol de despedida dejando otro horizonte más de tonos rosas sobre la Zurriola, el arrasatearra Martin Errasti, Tatta, presentó sus aires urbanos de corte rap, trap e influencias latinas. Le han llamado «rapero de gaztetxes» por su relación con la escena directa y posee un fluido flow, aunque anoche parecía justo de voz. Descarado y con buen grado de humor, presentó su reciente estreno discográfico ‘Martin’, trabajado codo con codo con el productor Hodei Vicario, Denso, convecino, su productor y artífice en directo de la cacharrería electrónica. Un guitarrista completó el apoyo. Se iba el sol y la noche no había refrescado aún mucho, pero Tatta cantó al ‘Frío’, «porque no sale el sol». Sí acertó en nombrar a casi la luna llena presente de ‘Si muriera esta noche’. Animoso, charlatán y bilingüe, escoró a lo bachatero con su ‘Zure falta dut’ y el futbolero ‘lo, lo, lo…’. Tuvo visita de sus colegas Fane (Oihan Uribarren) y Malakias, presentado como «la leyenda viva del trap de Euskal Herria», para reforzar la fiesta y conseguir la plena participación de la gente en ‘Zure atzetik’ o ‘Sin preocuparse’. Ronco, pero triunfador. California dreamin’ Con la marcha del mondragonés y la entrada del fresco nocturno desde el Cantábrico los yanquis Bonny Doon fueron recibidos con un notable bajón de público. El trío que integran el cantante y guitarrista Bill Lennox, Bobby Colombo al bajo y el batería Jake Kmiecik es de Detroit, pero homenajea en su nombre artístico a esa localidad californiana de la zona de Santa Cruz. Debutaron en 2017 con un álbum debut homónimo, lo revalidaron en 2018 con ‘Longwave’ y están presentando su tercera obra, ‘Let There Be Music’, del año pasado. Siempre en clave de fino folk-rock y reforzados en gira con un segundo guitarra, sonaron cristalinamente limpios, con un aire de nostalgia hippy a lo Byrds en el ambiente. Y cantaron directamente sus amores por lo californiano en ‘San Francisco’. Su refinada propuesta transitó por títulos como ‘Clock Keeps Ticking’ o ‘Blood In the Bathtub’ y brillantes gemas como ‘Crooked Creek’. Pero la delicadeza de su melancólico repertorio se perdía bastante en la ya un punto desangelada noche y sin apenas colchón de público ante del escenario. Fue un bello fin de fiesta, aunque un punto decadente, como suele suceder a veces en los mejores festivales. Colofón La segunda muestra de Boga Boga Festibala lo ha asentado como programa valiente, fresco, dinámico y muy equilibrado entre gente creadora local y visitante. Para celebrarlo, ha anunciado un epílogo el domingo 27 de octubre en el Museo Balenciaga de Getaria con el músico francés Yann Tiersen. El veterano creador galo, que ya ha actuado en otras ocasiones entre nosotros, presenta el espectáculo ‘Yann Tiersen: Solo Piano + Electrónica’. Su gira al sur de los Pirineos abarca hasta nueve escenarios, incluido su concierto del sábado 26, en el espacio Baluarte de Iruinea. Se presenta como «un viaje musical íntimo y personal y, con el que quiere evitar caer en la rutina, y opta por explorar su creatividad, sin perder de vista la esencia de su trabajo, pero sin negarse a adentrarse sin miedo en el territorio del club».