Ramón SOLA

FACHIN, UNA MANO A ERC Y OTRA A CUP

LA POLÍTICA CATALANA ESTÁ PLAGADA DE VERICUETOS. QUE LA ADHESIÓN A LAS SIGLAS NO TIENE EL PESO DE EUSKAL HERRIA LO SIMBOLIZA ALBANO DANTE FACHIN, HASTA HACE UN MES LÍDER DE PODEM, AYER EN UN ACTO DE ERC, Y DESDE HOY, CON LA CUP.

El jefe de ERC en Barcelona es Alfred Bosch, pero el acto de ayer tarde en Hostafrancs se acompaña de dos caras aún con más tirón. Conversan a la entrada al Casinet de Hostafrancs; Raül Romeva, recién salido de prisión, sin dejar de recibir besos y abrazos; Albano Dante Fachin, referencia política que llega sin candidatura a esta campaña, saludado por quienes llegan con mezcla de timidez y curiosidad.

Apenas hace un mes que Fachin tiró la toalla en Podem –o se la tiraron desde Podemos–, tras una etapa final bastante agitada en el grupo parlamentario de Catalunya Sí Que Es Pot. Lanzó un movimiento político que no tenía tiempo, ni opción, de ir a las urnas. Sopesó la incorporación a la CUP pero no hubo acuerdo. Y, llegado a este punto, Fachin ha decidido aportar su grano de arena a unos y otros; ayer en Barcelona con ERC; hoy en Lleida y el domingo en Girona, con la CUP.

Lo introduce Bosch como uno de aquellos comuns que «lo tuvieron claro y defendieron los colegios el 1-0» y Fachin es recibido con una importante ovación. «Un gran demócrata», ensalzan. Y lo acredita desde la primera frase: «La gente dirá, ¿pero qué hace Fachin en un acto de ERC, con las polémicas que ha tenido con Alfred y con Raül? Ojo, yo voy a seguir discrepando, pero después de discrepar se vota y quien tiene la mayoría gana. ¡El problema es que aquí no se deja discrepar!».

«No ser súbditos»

Pese a su catalán trufado de giros castellanos y un deje muy llamativo, Fachin es un buen mitinero y no se muerde la lengua, lo ha demostrado en el Parlament varias veces. «No ser súbdito es algo que hay que ganarse, y lo hicimos el 1-0, ese día dijimos que no queremos ser súbditos de una dictadura heredera del franquismo», proclama entre aplausos.

En «esta campaña tan rara en que yo puedo estar aquí», la «doble militancia» del ex de Podem muestra que efectivamente hay una pelea interna visible tanto en el independentismo como en el unionismo, pero por encima de ello existe una raya divisoria. La equidistancia sobre ella pierde efectivos. Fachin y los suyos no quieren ser neutrales, y no lo son. «Si el 21D gana en votos el independentismo, todas las portadas del mundo dirán que Rajoy ha vuelto a ser derrotada por Catalunya», dice en claro tono de deseo, y la frase pone en ebullición a la sala, repleta con unas 700 personas.

Finaliza dejando claro que no va a pedir el voto para ERC, pero que sí propone «insumisión, la del 1-0, la del 3-0 [paro general de país]. Si eso ocurre, la batalla está ganada, y esa victoria no será cosa de unos meses pero pasa por el 21D».

Reitera Fachin varias veces la anomalía inherente a esta campaña impuesta, imprecisa, inverosímil. Y subraya igualmente Bosch que por la calle se lo preguntan una y otra vez: «¿Y qué? ¿A partir del 22 qué haremos?». «Pues a partir del 22, haremos República», asegura el jefe del grupo municipal, y concreta que eso pasa por «cumplir lo que se dice. Como decir que habrá referéndum el 1 de octubre y cumplirlo». La credibilidad es la bandera que agita una y otra vez ERC: «Somos el partido que nunca ha dado un paso atrás. ERC nunca falla a la gente».

Romeva, contra las dudas

Raül Romeva, que cierra el acto, confirma que también ha notado «dudas» al volver a Catalunya desde Estremera. Y es rotundo: «No tenemos derecho a dudar sobre el 21D: nos jugamos seguir avanzando o retroceder 40 años, 80 años».

Pide ir a las urnas también por quienes siguen en Estremera y Soto del Real. Queda claro que el movimiento que votó con alegría el 1-0 irá ahora a votar con otra sensación mucho más lúgubre, cercana al temor, consciente que le es imprescindible ganar para no perder. Y para eso quién sabe si no será decisiva gente como Albano Dante Fachin.