La presencia de las mujeres en las juntas administrativas de Araba «está lejos de ser equilibrada y paritaria». Así lo sostiene el estudio “Participación de las mujeres en los concejos alaveses. Una aproximación a sus presencias, motivaciones y estrategia”, realizado por Mentxu Ramilo, Eva Martínez y Miriam Ocio, y publicado por Emakunde. Un trabajo, presentado ayer en Gasteiz, en el que se advierte de que solo el 24,6% de los cargos electos en las elecciones a concejos de 2017 eran mujeres, y que revela que en el 45,5% de los pueblos no se eligió a ninguna.

El estudio apunta que la valoración general que hacen las mujeres de su participación en los concejos es positiva, aunque perciben desigualdades de género en el funcionamiento de los concejos y consideran que los costes que asumen ellas son mayores que los asumidos por los hombres. Asimismo, advierte de que las estrategias que facilitan la presencia de mujeres en los juntas administrativas son «diversas, y las que mejor han funcionado, hasta el momento, son las que van surgiendo sobre la macha, sin estar demasiado planificadas, desde la realidad más cercana a las mujeres de los concejos».

La autoras del estudio proponen una batería de medidas para mejorar el funcionamiento de las juntas administrativas en clave de igualdad, entre las que figuran lograr la presencia equilibrada de mujeres en todos los concejos, promover la igualdad de género y el respeto a la diversidad en todos los espacios, trabajar para haya participación diversa y corresponsable, y avanzar hacia el cambio de valores y de estructuras que faciliten la participación en igualdad de mujeres y hombres. También proponen elaborar materiales divulgativos sobre los concejos alaveses con perspectiva de género, y organizar actividades que pongan en valor a las mujeres que viven y trabajan en el medio rural.

«Es hora de escribir el presente y el futuro de la participación vecinal en los concejos desde la participación en la diversidad. Es hora de que mujeres, hombres y demás identidades, personas mayores, adultas y jóvenes, que viven en los pueblos por nacimiento y decisión, agroganaderas y con otras dedicaciones y profesiones definan conjuntamente sus proyectos de vida en común en los concejos», indican en la reflexión final del informe, en la que remarcan que los concejos «son envidiados instrumentos que permiten la democracia directa siempre que haya diversidad en su configuración y siempre que el buen gobierno sea su propósito».