Raimundo Fitero
DE REOJO

Argelia

Mediterráneo sur. El Magreb en alerta. Marruecos cumple con sus pactos imperialistas. Los que dudan tiene revoluciones primaverales con segundos apellidos confusos. Túnez tiembla; Libia es un avispero sin saber a ciencia cierta qué sucede, quién gobierna. Argelia ofrecía hasta ayer una estabilidad a base de un dictador, o en lenguaje diplomático, «nuestro hijo de puta», que reventó unas lecciones ganadas por los supuestamente islamistas confesionales. Abedelaziz Bouteflika es un anciano, un icono prototípico del eterno ostentador de un poder ganado en los cuarteles y los despachos de los bancos, auspiciado por los urdidores del orden mundial.

Si explotara Argelia, la situación geopolítica se convertiría en muy problemática, siempre desde el punto de vista de alguien que mira desde esta otra orilla del Mediterráneo. Los intereses son muchos. Recuérdese que muchos de ustedes están cocinando la porrusalda con gas argelino. Y así sucesivamente.

Por lo tanto, si a los aprendices de brujos de la derecha extrema y la extrema derecha, es decir, lo que antes decíamos con economía de medios, los fachas, están muy preocupados por Venezuela (otra mentira), lo cierto es que a golpe de barco velero se puede estar preparando una buena y los instigadores, siempre son los mismos. De eso no cabe la menor duda. Estados Unidos retira su cuerpo diplomático de Venezuela, un aviso de intervención inmediata. El Gobierno español asegura que la gente de Trump le ha pedido que acojan a los chavistas que deban salir escopeteados al exilio. El golpe de Juan Guaidó avanza contra la voluntad democrática de los venezolanos.

Aquí se sigue mirando a las encuestas electorales. A Inés Arrimadas en “El Objetivo” le saltó Siri, preguntándole si podía ayudarle en algo. La rebelión de los objetos.