Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora audiovisual

Limonov existió

El cineasta ruso Kirill Serebrennikov (“Leto”) estrenaba en la competición de Cannes “Limonov-the Ballad”. Traslada a la gran pantalla la vida de Limonov, un dandi moderno y ‘‘revolucionario militante’’ cuya vida fuera de todo catálogo de actitudes normalizadas acabó en 2020. «Limónov no es un protagonista de ficción. Existe. Yo le conozco. Fue un matón en Ucrania, un ídolo en la clandestinidad soviética durante Brézhnev, mendigo y luego ayudante de cámara de un multimillonario en Manhattan, escritor hipster en París, soldado perdido en las guerras de los Balcanes...». Así le describió el francés Emmanuel Carrère en 2011 al anunciar el lanzamiento de su libro “Limonov”, un retrato de Eduard Veniaminovich Savenko.

Limonov nació en Dzerzhinsk en 1943. Su nombre empezó a ser conocido cuando se mudó a Moscú, donde se unió al grupo literario Concret y fue publicando en varios ‘‘samizdat’’ (publicaciones clandestinas) de la Unión Soviética. Limonov es recreado en la película como un personaje imposible, complejo y multidimensional. El dominio de Serebrennikov del lenguaje audiovisual y el talento en la dirección es tal que cuesta deglutir esta cinta macarra, políticamente incorrecta y extraordinaria al mismo tiempo.Todo está calculado para que funcione como un engranaje perfecto, la música, los créditos, los movimientos de cámara o las interpretaciones. Sin embargo, no ha gustado demasiado a la crítica festivalera, qué le vamos a hacer.