El grado de incoherencia en el relato de lo que acontece en lo que definen como “la Política” cada vez es mayor. No parece importar a muchos de los que se definen ciudadanos; una ciudadanía sui generis la española, caracterizada por una selectiva ausencia de memoria tanto a largo como medio o corto plazo. ¿Cuántos recuerdan que en lo que llaman España existió no hace mucho tiempo un régimen dictatorial que desembocó, por voluntad del Dictador, en una monarquía? Y que había quienes combatían al franquismo de todas las formas posibles y, por el contrario, quienes lo defendían de igual manera ¿Recuerda alguien cómo éstos, sibilinamente, se amnistiaron a sí mismos pareciendo que eran los resistentes al franquismo los amnistiados? La “amnistía” trajo la amnesia para con los actos de los criminales franquistas y la inacción de los pusilánimes “apolíticos”.

¿Recuerdan los que cada semana abarrotan los campos de balompié para así tener tema de conversación 365 días al año (366 si bisiesto), que rescatamos con 60.000 millones de euros a los cabrones malnacidos que con nuestros ahorros especularon y produjeron la crisis económica? Y que no los han devuelto. Los mismos que varían al alza la hipoteca al tiempo que el interés de tus ahorros permanece inexistente además de mermado por todo tipo de comisiones. Los mismos que desahucian con legalidad democrática. El problema, los okupas.

¿Y Gaza? Olvidamos Gaza, Yemen, Siria; ahora es Líbano lo que ocupa nuestras retinas hasta apagar el televisor, mañana quizás Irán. Un genocidio retransmitido en directo, pero si hablamos de holocausto recordamos Auschwitz.

Olvidando la toma del Capitolio, Trump a punto de coronarse emperador del mundo libre. Los de Rajoy denunciando la corrupción ¡manda carallo! La orate de Madrí en brote desatado; nadie la ingresa en un frenopático, le ríen sus ocurrencias. Empresarios murcianos violan a menores por poco precio. Las putas del rey, como nuestros antepasados, las seguimos pagando a escote. ¿Igual habría que hacer algo?