Ramón Sola

Griffiths (ONU) alaba la «valentía» del proceso y su carácter «exclusivamente vasco»

Aiete es este jueves escenario de balance de una década de proceso de construcción de paz. Martin Griffiths, de cuya mano llegó entonces Kofi Annan, ha abierto la sesión con una catarata de elogios. «Valentía», «talento» y un carácter «exclusivamente vasco» son sus tres subrayados.

Martin Griffiths, durante su charla en Aiete. (@ForoSoziala)
Martin Griffiths, durante su charla en Aiete. (@ForoSoziala)

Si en 2011 fue el ex secretario general de la ONU Kofi Annan el maestro de ceremonias de la Conferencia de Aiete, una década después ha sido otro alto representante de Naciones Unidas, Martin Griffiths, el encargado de abrir las jornadas de balance y reflexión organizadas por el Foro Social, Bake Bidea, Berghof Foundation y Conciliaton Resources.

Griffiths impulsó el diálogo entre ETA y Gobierno español de 2005-2007 desde el centro Henry Dunant y luego ha trabajado en conflictos tan duros como Yemen o Siria antes de pasar a formar parte del equipo de colaboradores más directos de Antonio Guterres, al frente de las áreas humanitaria y de emergencias. Con este bagaje, tiene una perspectiva muy fundada sobre lo que está ocurriendo en Euskal Herria.

Su intervención ha arrancado con una afirmación enfática: «Este ha sido un logro extraordinario, logrado con un gran coraje. Os tengo que dar la enhorabuena por vuestra valentía y por la decisión tan díficil de poner fin a este conflicto. Y no porque se resolvieran las diferencias existentes, sino porque se decidió afrontar las cosas de otra manera».

«Diez años después, hoy he visto a la persona que me pidió colaboración entonces para este proceso y le he preguntado cómo se ven las cosas: me ha dicho eso, que se ha decidido tratar las diferencias políticas de otra manera. Es una mujer, tiene hijos; me ha dicho que aún no son conscientes de todo esto pero que algún día le contará el papel que ella y otros han jugado en esto. Dice mucho del poder de los ciudadanos de a pie, muestra la luz que nos saca de la oscuridad», ha seguido Griffiths.

Junto a la participación civil ha elogiado también los «liderazgos» advertidos en este camino. «Cuando hay mucha gente que ha sufrido, decidir finalizar todo esto requiere mucha valentía. De la forma en que silenciasteis las armas, me fascina cómo la habéis convertido en un debate político, cómo los partidos vascos ayudaron a ETA a tomar esa decisión, cómo fueron la fuerza transformadora. Sinceramente creo que aquí hay mucho talento».

Ha evocado cómo convenció a Annan, tomando un café, de la necesidad de acudir a Aiete, y cómo «en España mucha gente le decía ‘no te acerques’. Pero él no dudó un momento en coger el avión y venir, se sentía privilegiado de poder dar testimonio de este proceso que se había iniciado antes».

«Espero no ser indiscreto al contar esto», ha añadido aquí Griffiths haciendo una pausa enigmática: cuando se reunió con un negociador de ETA, este le hizo ver que el proceso debía ser exclusivamente vasco e insistió en que el papel que al actual alto cargo de la ONU y entonces mediador le tocaba no era otro que facilitar. Ha dicho que con el tiempo ha terminado entendiendo que efectivamente este es un proceso vasco y nada más, y que eso es positivo.

Todo el arco político salvo la derecha española

En la sesión han estado representados PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE entre otros, a través de Arnaldo Otegi, Joseba Egibar o Jesús Eguiguren. También todos los principales sindicatos han acudido a la cita. En un ambiente de cercanía, y con un punto de celebración comedida, representantes vascos e internacionales han posado juntos en la parte trasera del palacio, es decir, en el mismo lugar en que a media tarde de aquel 17 de octubre de 2011 se leyó la Declaración de Aiete y se abrió otra era política en Euskal Herria.

La presentación ha corrido a cargo de Nekane Altzelai (Foro Social Permanente) y Paul Ríos (la cara principal de aquella organización de hace diez años), entre los que se han intercalado las intervenciones del alcalde de Donostia y del diputado general de Gipuzkoa. Eneko Goia ha destacado que «lo que hemos conseguido no es poco, pongámoslo en valor porque la paz es un gran logro y sigamos poco a poco: pequeños pasos y grandes pasos». Y Markel Olano ha añadido que en aquel octubre de 2011 «sentimos una gran alegría porque no habíamos conocido la paz hasta entonces», apostillando que este momento «debe servir para reafirmarnos en el compromiso con la paz y la convivencia democrática, y esto nos interpela a todos».