Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Por encima de la pandemia, el clamor por los derechos de los presos se ha oído en Bilbo

En circunstancias normales, las calles de Bilbo habrían sido ocupadas este sábado por una riada de manifestantes. En pandemia, por segundo año, la protesta contra la situación de excepción de los presos vascos tampoco ha sido la habitual, pero una nutrida marcha ha hecho que el clamor se escuchara.

Primer sábado de rebajas, y la Gran Vía bilbaina llena compradores y curiosos. En la plaza Elíptica, a las 17.00 de la tarde, mucha gente esperando a la salida de la manifestación convocada por Sare. Una cita que ha coincidido en paralelo con más de cincuenta manifestaciones convocadas en otros puntos de Bizkaia, un total de doscientas en toda Euskal Herria.

En Bilbo estaban convocados los vecinos de la capital, Basauri, Ezkerraldea y Uribe Kosta. Y al igual que en la gran manifestación que, hasta la llegada de la pandemia, ocupa las calles de la capital vizcaina en protesta por  la conculcación de los derechos de los presos vascos, la nutrida marcha ha arrancado encabezada por familiares de los propios presos.

Detrás, la pancarta con los representantes de Sare, otra solidaria de la Asamblea Nacional Catalana, así como representes políticos y caras conocidas.

«Decenas de miles de personas en diferentes puntos de nuestro país están reivindicado un clamor social, que es poner fin a una política penitenciaria de excepción y avanzar hacia espacios de convivencia», ha recordado Joseba Azkarraga ante la prensa. «Esto solamente lo podemos hacer si tenemos en cuenta, por un lado, un tratamiento específico y respetuoso con todas las víctimas de la violencia y, sin duda, una solución real y justa también a la situación de las cárceles. Es difícilmente entendible que diez años después de que ETA tomara la decisión de abandonar definitivamente su actividad violenta estemos en una situación en la que arrastramos una política penitenciaria de excepción», ha añadido.

Ante el hecho de que con estas peticiones de derechos humanos «coinciden la mayoría de la opinión de la política vasca y también una parte de la sociedad vasca», ha lanzado una petición de inicio de año: «Solo nos queda pensar que en el año 2022 va a ser el año que se ponga punto final a esta vulneración de derechos humanos. Si esto no se consigue este año nos encontraríamos ante un fracaso colectivo. Yo quiero pensar –ha pedido– que no va a ser así y que en los próximos meses se va a seguir avanzando en una solución definitiva».