Isidro Esnaola

El Estado español asume todas las pérdidas de la Sareb, el «banco malo»

El jueves el Congreso español también aprobó un decreto que le permite quedarse con el 100% de la Sareb, el «banco malo». Tiene cerca de 35.000 millones de deuda viva y, según las últimas cuentas, su patrimonio neto es negativo. El último paso para socializar todas las pérdidas del sector financiero

Antigua sede del Banco de España en Gasteiz, entidad que supervisa la actividad de la Sareb.
Antigua sede del Banco de España en Gasteiz, entidad que supervisa la actividad de la Sareb. (Raul BOGAJO | FOKU)

El Pleno del Congreso de los Diputados convalidó el jueves el Real Decreto-ley que permitirá al Gobierno elevar su participación en la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) por encima del 50% y tomar el control del conocido como «banco malo». PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos, PNV y PDeCAT votaron a favor, mientras que la CUP, EH Bildu, BNG y ERC se abstuvieron y Vox votó en contra. Concretamente, hubo 268 votos a favor, 53 en contra y 28 abstenciones.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, defendió en el Pleno que «la reforma da al Estado las herramientas para gestionar lo que es suyo» y que pretende adaptar la gestión de la Sareb a «la realidad económica actual».

Eso que es «suyo», la Sareb, a finales de 2020 contaba con un patrimonio neto negativo de 10.500 millones de euros. Esto viene a decir que en esa fecha las deudas superaban a los activos en más de 10.500 millones de euros. Esa entidad, entre otras cosas, tiene todavía pendientes de devolver 34.918 millones de deuda. De este modo, el Estado no se quedará con lo «suyo» sino con el agujero del banco malo. Eso más que sumar, resta.

El cambio no afecta especialmente a las cuentas públicas, ya que Eurostat decidió que las cuentas de la Sareb tenían que contabilizarse dentro del sector público. Esa reclasificación ha subido la deuda pública del Estado un 3,05% del PIB.

La deuda de la Sareb está avalada por el Estado con lo que, de una u otra manera, esas pérdidas terminarán repercutiendo en las cuentas públicas.

Las cuentas de la Sareb

De acuerdo con la última información financiera pública de la compañía, a cierre del primer semestre de 2021, Sareb tendría 30.488 millones de valor neto contable –los libros lo aguantan todo– que se repartirían de la siguiente manera: 15.160 millones en activos financieros y 15.328 millones en activos inmobiliarios. En cualquier caso, y aunque ese valor contable fuera real, la cifra sería todavía inferior a la deuda total en más de 4.500 millones.

Según informa Europa Press, en la memoria de impactos, el Gobierno asume que la Sareb engordará todavía más las pérdidas contraídas con el rescate bancario, y señala: «es previsible que la Sareb no alcance a liquidar la totalidad de su activo antes de su disolución en 2027 y que se ejecute parte del aval del Estado en la deuda sénior emitida por la compañía y cuyos tenedores son las entidades cedentes de los activos». Es decir, que si a la fecha de liquidación quedan deudas, las pagará el Estado. para redondear la jugada resulta que los acreedores son los bancos que cedieron esos activos malos. De este modo, los bancos cobrarán por toda los fallidos que endosaron a la Sareb a cuenta del erario público. Una deuda a todas luces ilegítima.

La oferta del Estado

El Estado, a través del FROB, ha propuesto a la banca y al resto de accionistas de la Sareb, quedarse con el 100% de la compañía por un precio simbólico de un céntimo de euro por cada paquete de 39.710 acciones de la Sareb. Ese precio supone valorar el 100% de una sociedad descapitalizada en 360 euros.

Actualmente, el FROB es el principal accionista de la Sareb con una participación del 45,9% El resto del capital está en manos de los principales bancos y algunas aseguradoras, que ahora tienen encima de la mesa una oferta formal para vender sus acciones.

Al margen del Estado, el primer accionista privado de la Sareb es el Banco Santander, que posee un 22,21%, seguido de CaixaBank, con el 12,24%; el Sabadell, con el 6,61%; Kutxabank, el2,53 %; Ibercaja Banco, el 1,43% y Bankinter, con un 1,37%. De cerca aparecen la sociedad Gestión de Inmuebles Adquiridos, con un 1,27% y el Banco de Crédito Social Cooperativo, con un 1,21% del capital.

Con participaciones por debajo del 1% están Mapfre (0,69%), Mutua Madrileña (0,67%), Caja Laboral (0,59%), Mapfre Vida (0,42%), Banca March (0,40%), Cecabank (0,3 %), Banco Cooperativo (0,32%), Deutsche Bank (0,30%), AXA (0,22%) e Iberdrola Inmobiliaria (0,21%).

A continuación figuran Zurich Vida y Generali, ambas con un 0,14% de la Sareb; Plus Ultra Seguros, Bilbao Seguros y Santalucía, las tres con participaciones del 0,11%; Pelayo Mutua y Crédito y Caución, los dos con un 0,08%, además de Targobank, Banco Caminos y Asisa, con paquetes idénticos del 0,06% del capital.

Seguros Catalana Occidente, con un 0,03% de la Sareb y Wizink, con un 0,02% completan el listado de accionistas.

Sin embargo, la semana pasada, el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, dijo que ya tenía encima de la mesa la propuesta del FROB y tendrá que tomar una decisión en las próximas semanas al respecto porque «cada uno tendrá que decidir si acude a la oferta y con cuántas acciones va».

La duda en estos momentos es si los bancos que generaron créditos fiscales con su inversión en la sociedad, venderán todas sus acciones o se mantendrán en el capital de la Sareb para garantizar el cobro de esos créditos fiscales que, en el caso de CaixaBank, según ha cifrado el propio Goirigolzarri, ascienden a 170 millones. Es decir, que los 597 millones que aportó CaixaBank, y que los ha perdido, le ha generado un crédito fiscal que le permiten reducir sus impuestos en 170 millones. La banca siempre gana.

El banco malo

En el momento de su constitución en 2012, la Sareb emitió 50.781 millones de euros de deuda avalada por el Tesoro como medio de pago para adquirir los activos de las nueve entidades financieras que habían recibido ayudas públicas durante el rescate bancario. Con esa suma compró 39.438 millones en activos financieros y 11.343 millones en activos inmobiliarios.

De este modo Sareb pagó por los activos tóxicos de los bancos y luego se ha dedicado a vender aquellos que tenían algún valor para tratar de recuperar al menos parte de la inversión. Los bancos, por su parte, aligeraron sus balances de pérdidas para que pudieran ser vendidos o absorbidos sin ninguna clase de lastre.

Un negocio redondo para todo el mundo menos para las arcas públicas. Socialización de las pérdidas se llama.