Arnaitz Gorriti

Ludde Hakanson se ha convertido en el botón que activa y desactiva a Bilbao Basket

Cuando el base sueco juega bien, Bilbao Basket esta mucho más cerca de ganar, igual que las derrotas cuando no consigue sacar lo que tiene. Los rivales están apretando cada vez más al jugador nórdico y tanto él como su equipo se resienten.

Cuanto más sufre Hakanson, más padece Bilbao Basket.
Cuanto más sufre Hakanson, más padece Bilbao Basket. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Hay dos cosas que no admiten discusión sobre Surne Bilbao Basket. Por un lado, que no está en su mejor momento; de los siete partidos que ha disputado en enero, cuatro de la Liga ACB y dos de la FIBA BCL, solo ha ganado dos. Por otro lado, Ludde Hakanson es el faro que ilumina a los hombres de negro, no solo en anotación sino en cuanto al ritmo de juego y en la toma de decisiones. Esas dos premisas llevan a una tercera: frenar a Ludde Hakanson equivale en gran medida frenar a los hombres de negro.

Los de Jaume Ponsarnau preparan su partido de Liga ACB de este sábado, que a las 20.45 los enfrenta en el Fontes de Sar al Obradoiro, un rival al que en su última visita, el 15 de enero de 2022, superaron por 91-96, con 19 puntos del base sueco, siendo este el máximo anotador de los hombres que en aquel entonces entrenaba Alex Mumbrú, en el que hasta siete jugadores anotaron 10 o más puntos. En cambio, el pasado 11 de diciembre, sumando Hakanson solo 4 puntos, con un 1 de 8 en tiros de campo, el cuadro de Santiago de Compostela se imponía por 77-80 en Miribilla. Los 22 tantos de Adam Smith estuvieron cerca de compensar el mal día del jugador nórdico, pero no alcanzó.

Obviamente, siempre hay más factores que el buen o el mal partido de un jugador para que los partidos tengan uno u otro desenlace y para establecer un patrón, la muestra ha de ser más amplia.

Con 13,7 puntos por partido, Adam Smith es el máximo anotador de Surne Bilbao Basket, seguido de Hakanson, con 13,6 puntos de promedio. Ellos dos son los que más asistencias reparten también el bando bilbaino: 4,9 para Hakanson por 2,8 de Smith, seguido por los 2,5 pases de canasta que reparte Nikola Radicevic. En cuanto a valoración, el armador nórdico se va hasta los 14,6 créditos de media, seguido por los 11,9 de Withey.

El contexto de una igualdad de valoración supone que entre los hombres de negro hay muchos jugadores que hacen muchas cosas pequeñas, tan pequeñas como útiles para que ya hayan sumado 8 victorias ligueras y se hallen en la liguilla den segunda fase de la FIBA BCL, competición en el que el orden de los factores es calcado: Smith como anotador principal seguido de Hakanson, el sueco líder en asistencias y en valoración y cierto reparto en los quehaceres.

La diferencia estriba en que los bajones de Hakanson se notan mucho más. En los triunfos bilbainos, el base sueco promedia 17,9 puntos, 5,3 asistencias, 2,3 rebotes y una valoración de 20. En las derrotas, estas medias caen en picado hasta los 10,6 puntos, 4,7 asistencias, 2,4 rebotes y una valoración de 10,9. En lo que se refiere al resultado del equipo con Hakanson en pista, pasa de un +8,4 de promedio en las victorias a un -8,0 en las derrotas.

La gran excepción en relación a un gran partido de Hakanson con resultado de derrota es la del partido ante el Real Madrid, en la que los 29 puntos del sueco valieron para caer por 80-85, claro que el Real Madrid es un equipo que no duda en relajar su defensa en la Fase Regular ante equipos cuyo objetivo es la permanencia, al tiempo que, como fue el caso, dispone de un arsenal infinitamente mayor para acabar por imponerse por calidad pura –Llull, Tavares, Yabusele, Musa y Deck superaron la decena de puntos–.

En lo que se refiere a las victorias, solo ante el Joventut en Badalona bajó el sueco de los 13 puntos, alcanzando los 27 tantos frente a Gran Canaria y los 25 puntos y 11 asistencias en el último triunfo liguero de los hombres de negro, ante UCAM Murcia.

Lo cierto es que en los últimos partidos, tomando quizá como punto de partida la derrota en Girona por un sorprendente 84-59, Hakanson ha padecido marcajes más férreos, más centrados en pararlo como método para frenar el juego colectivo de Bilbao Basket. Cosa que no es de extrañar en vista de los números y en vista de las propias palabras que el base sueco formuló en una entrevista a este mismo medio hace unos meses. «Por algo la Liga ACB es la más fuerte de Europa. Si en una semana te funciona algo, el rival busca cómo hacerle frente ya la siguiente jornada».

Y no hay otro remedio que acudir a sus propias palabras para hallar la solución. «Aparte de que el rival te vigila mejor, hay días en los que los tiros no entran. Para eso se analizan los partidos y se entrena... No hay que volverse loco, sobre todo mientras sigamos consiguiendo tener buenos tiros».

Frente a Girona Hakanson sumó 8 tantos, con 3 de 10 en tiros de campo y con tres balones perdidos, cuando su media no llega a los dos. Otros 8 tantos frente al Barça en un partido roto en la primera mitad, pero las alarmas saltaban en la derrota por 51-70 frente al Joventut. Solo dos puntos, con un 1 de 6 en tiros y nula incidencia en el juego, pese a repartir 4 asistencias y capturar 5 rebotes. Hakanson tardó 23 minutos en anotar su única canasta y la única alternativa que funcionó parcialmente ante los verdinegros fue el talento de Adam Smith. Cuando al estadounidense se le acabó la inspiración en el tercer cuarto, parcial de 10-24 a favor de los de Carles Durán, y se acabó lo que se daba.

Lecciones que aprender

Ya después del partido ante la Penya partido lo subrayaba Jaume Ponsarnau. «Podemos lamentarnos mucho, ha sido un desastre pero hay lecciones que debemos aprender. Hoy nos han dado una lección y el reto está en saber atacar este tipo de defensa aumentando el nivel físico en ataque».

Pero llegó el martes y en el partido del Palacio de los Deportes de Murcia, volvió la burra a brincos, como reza la expresión. No solo por la derrota por 90-72, sino por la incidencia directa en el mal partido de Hakanson con el resultado final: solo las 6 asistencias como buena noticia en el contexto de un 2 de 8 en tiros para 6 tantos y cuatro balones perdidos, para un marcador 14 puntos adverso con el sueco en pista.

«Parecía que no teníamos feelings en el partido», pero cuando parecía que podíamos empezar a jugar, McFadden nos ha roto, porque nos ha generado estrés y no hemos encontrado respuesta», se limitó a decir el técnico de Tárrega, que quizá se olvidase de sus propias palabras en la previa al duelo ante la Penya. Es decir, aquellas en las que garantizaba que «los de abajo en esta segunda vuelta van a mejorar, los de arriba ya están mejorando y nosotros tenemos que mejorar también».

Porque una de las cosas que se está viendo en esta mala racha de partidos es que Ludde Hakanson, que en su tercera temporada en Bilbo está cuajando su mejor actuación desde que debutase en el basket profesional, es el principal generador de juego de Bilbao Basket, y que no hay otro que tome claramente el relevo cuando el sueco está estrechamente vigilado o tiene problemas de faltas, o simplemente no está en la cancha.

Cierto que con Radicevic el equipo bilbaino no se gripa, pero el serbio es una amenaza muy limitada en ataque, por lo que sus rivales se deciden a flotarle y a esperar su tiro, Ubal todavía es muy joven e irregular pese a que ha mostrado chispazos, y Adam Smith, al que Jaume Ponsarnau casi prefiere emplear como escolta, es más finalizador que generador de juego. De hecho, los escasos buenos minutos del martes ante UCAM Murcia se vieron a partir de lo generado por un alero como Xavi Rabaseda o las pocas veces en las que Withey, haciendo de «poste repetidor», pudo distribuir el juego.

Bilbao Basket sabe cómo está en estos momentos sin que nadie se lo recuerde, y como bien dijera Hakanson, para eso se analizan los partidos y se aprende, sobre todo de los errores. La primera estación para tratar de volver a ganar pasa por Santiago de Compostela. Ojalá que el mejor Ludde Hakanson también asome por allá.