
Fue bonito mientras duró, pero lo malo de la Copa Badalona 2023 para Saski Baskonia es que ha durado demasiado poco. Toca volver a la realidad del trajín que suponen la Euroliga y la Liga ACB, aunque este último torneo no regresará a escena hasta el primer fin de semana de marzo. La Euroliga, en cambio, sí, ya que entre el jueves y el viernes se disputará la jornada 25 de su Fase Regular.
Saski Baskonia jugará el viernes 24 a las 20.30 en el Bolonia, frente a la Virtus, en una cancha que, aunque hoy se llame Virtus Segafredo Arena, nunca dejará de ser el Palamalaguti en la retina baskonista, emplazamiento en el que se disputó, aparte del Buesa Arena, la final de la primera Euroliga «de la era moderna», en el año 2001. Dos equipos míticos se las vieron a brazo partido en un play-off que se fue al desempate, con triunfo italiano, narrado en las páginas de GARA por nada menos que Karmele Jaio.
Ya volveremos a Bolonia, porque ahora toca hablar del propio Baskonia y de su doble cara. Hace pocas semanas esta misma web hacía pública una pieza en la que se subrayaba que «Saski Baskonia es el mejor ataque en el torneo continental, con una media de 93,4 puntos». Y por si fuera poco, de los 12 partidos que ha jugado como local en esta Euroliga, ha ganado 10 y solo ha caído, y sin dejar de pelear hasta el bocinazo final, frente a Olympiacos –92-97– y Barcelona –78-85–.
Teniendo en cuenta que el balance de los gasteiztarras es del 13-11, queda claro que el panorama cambia mucho fuera de casa, ya que lejos de Zurbano el balance es de 3-9, con triunfos en Valencia en la primera jornada de la Euroliga, y en la mágica semana turca de diciembre frente a Efes y Fenerbahçe.
Afirma el excampeón del mundo de ajedrez Anatoly Karpov que, «para ser el mejor en lo que haces, tienes que ser fuerte en todas sus facetas, y muy fuerte en varias de ellas». Es obvio que Saski Baskonia revela una fortaleza inmensa cuando juega como local, pero fuera de casa la decoración cambia mucho.
Obvio que hay derrotas y derrotas. Frente a AS Mónaco o Zalgiris Kaunas, por ejemplo, fueron dos partidos en los que los pupilos de Joan Peñarroya dieron un buen nivel pero que se escurrieron de entre los dedos. Ante equipos como Armani M¡lano o Alba Berlín, en cambio, lo apretado del marcador dejó en evidencia partidos que los gasteiztarras realizaron por debajo de su nivel, aunque bien pudo haberlos sacado adelante, sobre todo en el caso del choque del Mercedes-Benz Arena, en el que los de Joan Peñarroya dispusieron de hasta dos lanzamientos para ganarlo.
Sea como fuere, esa debilidad lejos de casa no es nueva. Ya en diciembre, inmerso el equipo en su famosa racha de doce victorias consecutivas, Arturs Kurucs declaraba que «Este año, respecto del año pasado, estamos jugando mejor –fuera de casa–. Pero para decir que este año el equipo está siendo más regulares deberíamos ganar más partidos lejos de casa. Para eso, hay que jugar con más energía también fuera», indicaba el jugador báltico.
Aquellas palabras de Kurucs son del 7 de diciembre del año pasado y lo cierto es que las palabras que ha tenido Dani Díez este miércoles sobre este fenómeno suenan particularmente cercanas. «Si queremos ser un equipo sólido tenemos que empezar a ganar fuera», ha declarado el alero madrileño.
El madrileño ha explicado ante los medios de comunicación que en el vestuario ya han hablado de que desde hace unos meses no juegan igual fuera que en casa. «Hemos hecho autocrítica y hay que mejorar desde ya», ha indicado el jugador español.
La media de anotación del Baskonia es de 77,33 puntos lejos del Buesa Arena, mientras que encaja un promedio de 83,92 tantos. «Todo el mundo juega mejor en casa que fuera», admitía Joan Peñarroya en vísperas del partido ante Zalgiris, pero 16 puntos de diferencia es una losa complicada.
Markus Howard como factor
Veremos si esta semana sin viajes ni partidos le viene bien a la espalda de Markus Howard, toda vez que es quizá el jugador que más fluctúa su rendimiento en base a sus sensaciones. Ya por estos pagos se le definió como una suerte de «enfermo imaginario» que ha dividido sus actuaciones entre lo deslumbrante y lo ensombrecido. A veces ha sido cuestión de acierto, como las victorias ante Real Madrid, Partizan y Estrella Roja en Zurbano; en otras ocasiones ha demostrado tener carácter más allá de calidad, como sus dos grandes actuaciones ante Anadolu Efes, al punto de que en diciembre llegó a estar por encima del 50% de acierto en el tiro de tres a pesar de promediar siete triples por partido.

Nadie puede llevarse a engaño, porque hasta el días aciagos de Howard Saski Baskonia ha ganado y en días acertado del de Nueva Jersey, el resultado ha sido desfavorable. Nunca un solo factor decanta de forma absoluta un resultado final. Sin embargo, partidos como la derrota ante Panathinaikos, en la gran victoria de Zurbano ante Enadolu Efes, o el bofetón recibido el viernes pasado en Badalona han dejado en evidencia que el Baskonia con Howard juega diferente.
Pero jugar diferente no significa jugar siempre igual: ante Panathinaikos sumaba 20 puntos y un 4 de 9 en triples, y Saski Baskonia caía por 98-83; frente a Anadolu Efes en el Buesa Arena Howard firmaba un 2 de 10 en triples, pero penetró una y otra vez al punto de que esa arma no tan usada en otros partidos fue valiosísima para la victoria por 114-111 ante los vigentes campeones. En Badalona, Howard anotó sus 11 puntos en la segunda mitad, y los gasteiztarras pasaron de ganar 35-42 al descanso a encajar un parcial de 59-39 en los segundos 20 minutos. Ante la Penya Howard firmó un 2 de 7 en triples, un 1 de 2 en tiros de dos y solo fue capaz de sacar una personal. Pero lo peor fue que, con la intención de que Howard entrara en juego, Saski Baskonia dejó de jugar en equipo. Empezó a darle el balón al escolta estadounidense para que este decidiera y el juego colectivo desapareció, defecto que no se arregló una vez que Howard fue eliminado por faltas.
Por tanto, responsabilizar a un jugador que promedia 15,9 puntos en su primera Euroliga y es el máximo triplista del torneo con 68 aciertos en tiros desde más allá de los 6,75 metros, con un 39,3% de efectividad es mucho más que injusto. Y sin embargo, acaba siendo un factor tan desequilibrante para el Baskonia como para los rivales.
A este respecto, Dani Díez ha querido expresar que el escarmiento copero debe servirles en adelante, empezando por el choque de este viernes. «En la Copa te puede ganar cualquiera y tenemos que aprender. Hemos analizado los errores para intentar que no se vuelvan a repetir y competir», ha resaltado, subrayando el «bloqueo mental» que tuvo el equipo en el tercer cuarto del Palau Olìmpic –que se cerró con un parcial de 33-15–, y que no deja de guardar relación con otros bloqueos que esta misma campaña han tenido los de Joan Peñarroya lejos de casa.

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