Arnaitz Gorriti

Valencia Basket certifica el ascenso al poder de los clubes ACB a una liga femenina con sombras

El triunfo liguero del cuadro taronja, más en el de Basket Zaragoza de la Copa ha roto la tiranía de Perfumerías Avenida y Girona. Lointek Gernika ha sido el mejor de los vascos en una campaña marcada por las lesiones. La ausencia de un convenio sigue lastrando el ascenso de nivel de la categoría.

Valencia Basket llegó para quedarse y ya es campeón.
Valencia Basket llegó para quedarse y ya es campeón. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Ganando a Perfumerías Avenida en el polideportivo Würzburg de Salamanca por 69-81, Valencia Basket completaba el domingo pasado el plan ideado de hace poco más de un lustro. La “sección femenina” de la escuadra taronja había surgido para dominar la Liga Endesa y después de dos finales perdidas en las dos últimas campañas, esta vez lo ha conseguido.

El plantel de la escuadra valenciana da miedo, y eso que las lesiones han lastrado su rendimiento. La australiana Bec Allen se lesionó en el Mundial y no ha jugado ni un segundo; la balear Alba Torrens llegó como fichaje estrella y sus problemas físicos y una vida deportiva que ya supera los 15 años en la élite le han pasado una factura carísima, al punto de convertirse en una suplente muy cara.

Y pese a todo, con la confirmación de Raquel Carrera –MVP de la final para la ex de Araski, confirmando que a sus 21 años ya no es una jugadora de futuro sino de presente–, más la ex de Ibaeta Basket Lauren Cox –ejemplo de deportista de élite a pesar de su serio problema de diabetes–, las veteranas Ouviña, Queralt Casas, Gülich, Leticia Romero y las muy prometedoras Elena Buenavida –la tinerfeña de 19 años ha desbancado en la rotación a Ángela Salvadores y a Alba Torrens– y Awa Fam han certificado un asalto de los clubes ACB a la cumbre de la Liga Femenina.

Un asalto que un mes antes certificaba Basket Zaragoza. Contra todo pronóstico, pero llenando el polideportivo Príncipe Felipe hasta los topes –10.000 espectadores–, el cuadro maño ganaba la final de Copa ante Perfumerías Avenida, logrando además el billete para la próxima Euroliga.

Después de años de tiranía conjunta, Spar Girona y Perfumerías Avenida se van de vacío. Bueno, casi, porque las catalanas ganaron la Supercopa. Pero el cuadro gerundense aún puede alegar que las lesiones la han masacrado. Desde principios de temporada hasta los mismísimos play-offs, el cuadro catalán ha vivido los efectos de una guadaña constante, con la iruindarra Irati Etxarri como una de las peor paradas, con una gravísima rotura en su rodilla que le hará perderse no solo el Eurobasket del mes de junio, sino que será difícil verla jugar antes de que acabe 2023.

En el caso de Perfumerías Avenida, sus convulsiones han sido de todo tipo. El cambio de política de la WNBA de requerir a sus seleccionadas desde el primer día en los campamentos para afrontar su temporada, que por estas fechas comienza, ha supuesto perder a un buen número de jugadoras con las que habían tiranizado las Ligas Femeninas de las pasadas épocas.

Pero su mayor vodevil a lo largo de la campaña ha tenido otro nombre: el gasteiztarra Roberto Iñiguez de Heredia. Después de dos años exitosos en Salamanca, ha decidido dejar la nave charra mediada esta campaña para irse al Mersin Çukurova turco –un equipo bien conocido por Gernika–, al alegar que su presencia en Salamanca enturbiaba el trabajo diario de las salmantinas por ser el propio Iñiguez un elemento de perturbación.

Positiva insatisfacción

Los tres conjuntos vascos han estado peleando por meterse en la Copa y los play-offs, en una campaña en la que Ibaeta Basket se ha estrenado como equipo de la Eurocup, jugando en primera fase ante el Asvel Lyon –sección femenina del Asvel Villeurbanne masculino– y que ha acabado por llevarse la competición.

Quien más lejos ha llegado ha vuelto a ser Lointek Gernika Bizkaia a pesar de afrontar la temporada 2022/23 sin Mario López en el banquillo a cuenta de unos problemas de salud que han requerido toda su atención, y de que Anna Montañana, en su estreno como entrenadora jefe, no haya tenido la plantilla al completo ni un solo día.

Con todo, Lointek Gernika Bizkaia volvió a llegar a los octavos de final de la Eurocup, jugó y compitió ante Basket Zaragoza hasta el final en los cuartos de final de los play-offs y sobre todo, compitió hasta el final ante Perfumerías Avenida en las semifinales de Copa. «A veces pensamos que de haber durado dos minutos más aquel partido, hubiéramos llegado a la final de Copa», se lamentaba ante este medio Itziar Ariztimuño en una reciente entrevista.

A pesar de las ausencias, el paso adelante de la propia base bilbaina, más el asombroso magisterio de una Sandra Ygueravide que ha demostrado, a sus 38 años, estar en plena forma, más la pelea que las gernikarras han puesto sobre el parqué, personificada en Sofia Da Silva, que llegó para ser la cuarta pívot y ha acabado siendo la principal referente interior, han hecho de Lointek Gernika Bizkaia un equipo competitivo y peleón hasta el final.

Ahora habrá que ver qué tal le sienta el regreso de Mario López, la marcha de Andrijana Cvitkovic, Sandra Ygueravide y otras más, y el tener que configurar otro plantel que vuelva a colocarse en segunda fila, a la espera de que llegue su momento de dar el zarpazo.

Kutxabank Araski no ha jugado los play-offs pero sí la Copa. Curiosamente, el cuadro de Mendizorrotza ha sido más fuerte y consistente a domicilio que en su cancha, llegando a ganar en La Fonteta y en Girona, por ejemplo; de hecho, su clasificación copera llegó ganando sobre la bocina a IDK Euskotren en el Josean Gasca. Mientras, en casa la endeblez ha sido moneda común, al punto de que caer frente en Mendizorrotza al Barça CBS a principios de abril le cerraba la puerta al cuadro de Madxe Urieta del Top 8. En la Copa, el físico de Basket Zaragoza apabulló en cuartos de final a las araskizales, quien sin embargo se hicieron notar por su incansable ánimo incluso el día de la final.

El futuro, sin Tanaya Atkinson, la máxima anotadora de la historia del cuadro gasteiztarra, suena incierto, mientras que habrá que ir ajustando qué piezas se quedan o cuáles nuevas llegan.

IDK Euskotren ha tenido la campaña más calamitosa cuando más prometedora parecía. Graves lesiones, la «fuga» de la serbia Ivana Raca, irregularidad, y la falta de un apoyo real y convencido de un público escaso y frío que ha vivido la Women Eurocup como una distracción normal de los miércoles a la noche, ha convertido el devenir de las de Azu Muguruza en algo errático, ganando a Perfumerías Avenida por primera vez desde que las donostiarras llegaran a la élite o machacando en Maloste a Lointek Gernika Bizkaia en un día en el que anotaron 14 de sus 20 triples lanzados, y al mismo tiempo cayendo dos veces ante un Clarinos Tenerife que en total ganaría tres partidos durante la campaña, o perdiendo cada vez que ha tenido que afrontar un partido físico en el que contaba más la brega y la concentración que el acierto.

Basura entre las flores

La campaña 2022/23 ha demostrado una mejoría en el nivel medio de la Liga Endesa, con cada vez más equipos medios siendo capaces de tutear y hasta ganar a los más grandes. Siendo eso indiscutible, hay mucho que afinar de cara al futuro, porque si bien la profesionalización del deporte de élite femenino no espera y sigue dando pasos, hay agujeros tremebundos y hasta obscenos en el camino.

Uno de ellos, el hecho de Clarinos Tenerife, que evitó el descenso tras la campaña 2021/22 al comprar la plaza que dejó vacante el Campus Promete de Logroño y en esta campaña ha vuelto a descender acumulando deudas con su plantilla –entre la que está la muxikarra Izaskun García Urlezaga– prácticamente desde el primer mes, al punto de que ha sido testigo de un trasiego inacabable de jugadoras y de fichas ad hoc a jugadoras de categorías inferiores para poder disputar los partidos pese a recibir paliza tras paliza.

Cadí La Seu, cuentan los mentideros de la Liga Endesa, ha anunciado una gran rebaja presupuestaria para la próxima campaña. Más de la mitad de su plantel no va a seguir después de haber jugado los play-offs de la liga y una de sus jugadoras referenciales, Laia Raventós, ha anunciado que deja temporalmente el baloncesto, a los 26 años, por motivos personales.

Eso implica que quizás una Liga Endesa de 14 equipos sería menos gravoso y más adecuado para ver una competición sin estos dislates. Además, a cuenta de las “Ventanas FIBA”, la Fase Regular se eterniza para alcanzar la Copa a finales de marzo –cuando la primera vuelta se acabó a finales de 2022— y en el plazo de un mes y medio, finiquitar los play-offs con cuartos de final y semifinales a doble vuelta y una triste finalísima al mejor de tres partidos. Entre la WNBA que exige y las fechas que no dan más de sí, si alargar la competición no es viable, habrá que acortarla.

Pero esto lleva a un punto en el que hay que constatar que la liga femenina logró su primer convenio colectivo en 2007. Un convenio que estuvo en vigor hasta 2008 y que no ha tenido ni prórroga, ni revisión ni acuerdo desde entonces. Cabe recordar que las jugadoras cobran mientras dura la competición, por eso muchas de ellas eligen jugar ligas veraniegas en México, Argentina, Ecuador, o los Estados Unidos en el mejor de los casos, para poder “redondear” unos salarios que dan para vivir los siete u ocho meses que duran las ligas, pero que se quedan en cero durante el largo verano.

¿Qué clase de profesionalización es esa? «Pasa que la realidad del deporte femenino es dura; esto no creo que pase en ningún equipo de la Liga ACB, en el que los jugadores se plantean si estudian, si trabajan o si juegan», confesaba hace ahora un año a este medio Madelen Urieta. Ciertamente, los jugadores ACB tienen garantizado por convenio un salario bruto de 28.000 euros. Que no los sacará de pobres, pero que es mucho más de lo que tienen a día de hoy, si acaso como escudo, las jugadoras de la Liga Endesa. Hubo rumores de que se pudiera presentar el nuevo Convenio Colectivo aprovechando el tirón de la Copa... pero hasta hoy. «Esta es una barrera que tenemos que ir saltando, rompiendo, destrozando o al menos quitando piedras del camino», añadía Madelen Urieta, pero un año más tarde la situación no ha variado mucho.