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Un Bilbao Basket ya en cuartos y campeón de grupo va a «gestionar» ante el colista Botevgrad

Los hombres de negro cierran este miércoles la segunda fase de la FIBA Europe Cup con un trámite ante el equipo búlgaro en Miribilla (19.00, ETB4) sin nada en juego, ya que el conjunto de Jaume Ponsarnau está clasificado para cuartos y además como campeón de grupo.

Jaume Ponsarnau sigue atento el encuentro de Bilbao Basket en Murcia.
Jaume Ponsarnau sigue atento el encuentro de Bilbao Basket en Murcia. (J. BERNAL | ACB PHOTO)

Surne Bilbao Basket no tiene nada en juego este miércoles frente al Balkan Botevgrad búlgaro en Miribilla (19.00, ETB4). Es campeón de grupo y ya está en cuartos de la FIBA Europe Cup. Los hombres de negro (4-1 en el balance) tienen asegurado el 'average' particular tanto con el BG Gottingen alemán como con el Oporto. Los dos equipos, ambos a una victoria en la tabla (3-2), se juegan el otro billete para cuartos este mismo martes en cancha portuguesa.

Así las cosas, este duelo de mañana se puede aprovechar para otros retos, como gestionar el equipo y como ensayo para el encuentro del domingo en el mismo escenario ante el Valencia Basket (12.30).

El duelo más importante de esta semana es la de la Liga ACB, ante un rival de Euroliga que quiere que le permita llegar con buen ánimo al parón liguero posterior con motivo de una Copa en la que no va a estar y la ventana de selecciones posterior.

Mañana tiene otros retos. Para empezar, los hombres de negro esperan quitarse de encima la contundente y dolorosa derrota de la última jornada liguera en Murcia, donde, tras un buen primer cuarto, cayeron en barrena (96-76).

Desde luego, si hay un partido para levantar la moral es el del Botevgrad, al que Bilbao Basket ya se impuso en Bulgaria por 32 puntos de diferencia (62-94), un resultado que deja claro por qué el Balkan no ha ganado ninguno de su cinco partidos del Grupo K de la segunda fase.

Ante lo intrascendente y desigual del encuentro, es más que probable que los dos descartes que tiene que hacer Jaume Ponsarnau sean de jugadores principales. Y ello apunta a Alex Renfroe, que tiene 37 años y es clave en la dirección del equipo, y Sacha Killeya-Jones, de largo el mejor jugador de la temporada y clave en el juego interior de los de negro.

El técnico ya ha dejado claro que va a «gestionar» a su equipo pensando en la cita del domingo, también en Miribilla, frente al Valencia Basket. «Hay que gestionar sabiendo que esta semana hay un partido más importante», ha admitido el técnico en la rueda de prensa previa al partido.

Ponsarnau ha admitido que en ese sentido va a «tomar algún riesgo por el bien del equipo» para intentar «crecer y ser competitivos» en los dos choques de esta semana.

«Hay que arriesgar y en estos partidos más que nunca tienes que tomar decisiones que sirvan no solo para éste. Yo siempre lo hago, pero mañana especialmente y asumo la responsabilidad por el bien del equipo», ha recalcado el de Tárrega, quien considera que la clave frene al Balkan será tener «el control del ritmo» del juego.

«Esta semana es importante además porque después hay parón y la idea es intentar llegar con las mejores sensaciones competitivas. Más que pensar en el partido pensamos en la semana y lo primero es encontrar mentalidad para el partido de mañana», ha reflexionado.

De tierra hostil al calor de casa

Por su parte, además de la derrota ante el Murcia, fue un día complicado también para la expedición bilbaína por el ambiente hostil creado por una parte de la afición murciana, especialmente los seguidores ubicados detrás del banquillo de Bilbao Basket, a raíz de las declaraciones previas en las que el técnico valoró al Murcia como «el equipo más duro de la ACB».  

«Utilizo ese adjetivo calificativo como positivo, no peyorativo. Es una calificación que me preocupa porque mi equipo tiene dificultades para jugar contra equipos duros. Para mí ha sido un valor positivo de ese equipo, no peyorativo. Es el equipo que más faltas hace de la liga», ha explicado.

Sobre los insultos que recibió, Ponsarnau ha asegurado que «evidentemente los oía porque gestualmente la parte de atrás de la grada se preocupaba mucho de que oyese».

«Pero no les escuchaba, bastante trabajo tenía con lo que pasaba en la pista. Se me acercaron los árbitros y pensé 'con lo que aguantáis vosotros me voy a quejar de cosas que no escucho'. Para quien quiere calumniar no hay mejor antídoto que ignorar», ha zanjado Ponsarnau.