Periodista / Kazetaria

Israel aplica la «doctrina Dahieh» bombardeando Beirut día y noche

En los últimos días, el Ejército israelí ha intensificado sus ataques contra los suburbios del sur de Beirut, conocidos como Dahieh. Esta táctica militar tiene múltiples objetivos: hacer la vida imposible a los civiles, hacerles pagar por su supuesto apoyo a Hizbulah y presionar a la organización.

Explosión nocturna en un edificio de Dahieh, tras el bombardeo israelí.
Explosión nocturna en un edificio de Dahieh, tras el bombardeo israelí. (Laurent PERPIGNA IBAN)

«Están situados cerca de instalaciones e intereses de Hizbulah, contra los que Tsahal trabajará duro en un futuro próximo. Por su propia seguridad y la de los miembros de su familia, debe evacuar inmediatamente este edificio y los adyacentes y alejarse al menos 500 metros». Publicados junto con mapas que señalan barrios y edificios en la cuenta X del portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichai Adraee, estos mensajes se han convertido en parte de la vida de los libaneses, como antes sucedió para los de Gaza.

Desde finales de septiembre, estos mensajes provocan éxodos de proporciones variables, según el nivel de ocupación de los barrios afectados. Mientras que Haret Hreik y Burj el-Barajneh, que se encuentran entre las zonas más afectadas, se han vaciado masivamente de sus habitantes, otras zonas siguen estando escasamente pobladas.

Entre ellas se encuentran los distritos de Ghobeiry y Ouzai. El 6 de noviembre, en cuanto el Ejército israelí emitió una orden de evacuación en plena noche, cientos de disparos resonaron en el distrito, audibles a kilómetros de distancia. Una forma poco ortodoxa pero eficaz de hacer que hasta los más dormilones queden advertidos del peligro, en un país sin sirenas de aviso ni refugios.

Al final del verano, Dahieh aún tenía unos 500.000 habitantes. Es difícil saber cuántos se han quedado.

«Cuando los ataques se producían casi exclusivamente por la noche, mucha gente venía a inspeccionar sus casas. La escalada es real, ahora pueden atacar a cualquier hora», explica Hassan, un vecino de Chiyah de 28 años.

Bajo el control casi exclusivo de Hizbulah, pero también del lado de su aliado chií Amal, los suburbios del sur no pueden reducirse a lo que a menudo se dice de ellos, «un bastión del Partido de Dios y una zona donde se almacenan misiles y combatientes».

«No hay que olvidar que Dahieh es un barrio popular; los desfavorecidos de Beirut se agolpan aquí desde hace generaciones porque los alquileres son más baratos y la vida era agradable allí a pesar de todo. En cuanto a Hizbulah, no ‘tomó’ Dahieh por la fuerza, sino que surgió de la simpatía de los chiíes libaneses que se agolpan allí».

Así, además del campamento palestino de Burj el-Barajneh y de numerosos refugiados sirios, la zona acoge también a muchos trabajadores precarios, emigrantes y exiliados del sur a causa de las distintas guerras.

La doctrina Dahieh

Entonces, ¿qué busca Israel bombardeando intensamente los suburbios del sur? ¿Son sus objetivos puramente militares, como afirma su Ejército? Es un argumento que no parece convencer a nadie: ni a Naciones Unidas, que han condenado «los ataques sistemáticos contra viviendas e infraestructuras civiles», ni a los analistas que lo ven como una extensión de la «doctrina Dahieh».

Creada durante la guerra de 2006 por el general israelí Gadi Eizenkot, esta estrategia se basa en el bombardeo intenso de zonas supuestamente hostiles. Hoy parece estar de nuevo en funcionamiento.

Un especialista libanés de Hizbulah que pidió el anonimato explica: «Las órdenes de evacuación dan un rostro humano al Ejército israelí, mientras que su estrategia consiste realmente en arrasar Dahieh para castigar a sus habitantes, haciéndolo durar el mayor tiempo posible. Esto banaliza los ataques, que se están convirtiendo en casi rutinarios, y el hecho de que se dirijan contra edificios sugiere que se trata de verdaderos objetivos militares, cuando es evidente que no lo son».

¿Se está acostumbrando Beirut a vivir al ritmo de las bombas? Una prueba de ello pueden ser estas surrealistas escenas que hemos visto en las últimas horas, donde decenas de vecinos se colocan a una distancia prudencial de los edificios atacados para filmar las explosiones.