
Un incremento del 5,5% ha experimentado en los últimos quince años el número de vascos que sufren carencia material y un 5% quienes se ven obligados a retrasar sus pagos, hasta alcanzar en ambos casos al 11% del total de la población, el nivel más alto en ese período, según los datos del Informe de Calidad de Vida que elabora el INE.
Recientemente se han conocido los resultados del citado informe para 2023, que se ofrecen por comunidades autónomas y que han vuelto a situar a Nafarroa como el territorio del Estado con mayor calidad de vida, con lo que ya son 16 años consecutivos. Por su parte, la CAV se ha situado en esta ocasión en cuarta posición, empatada con Aragón.
Pero detrás de esos puestos tan rutilantes, figuran algunos datos que no resultan tan positivos y que ponen en evidencia las dificultades por las que atraviesa una parte de la población de Hego Euskal Herria. Unos problemas que, tomados con una perspectiva de los últimos 15 años, se observa cómo se han ido agravando con el paso del tiempo.
Dos de ellos son la carencia material y el retraso en los pagos. En el primer caso, en la CAV, en 2008 el tanto por ciento de la población total en esa situación era el 5,2%, mientras que en 2023 se dobló al llegar al 10,7%. En Nafarroa, se ha pasado del 7,0% de hace 15 años al 12,5% de hace dos años. En ambos casos, se trata del nivel más alto en década y media.
En este ámbito, el estudio va más allá y también ofrece datos sobre la carencia material severa, que ha experimentado un fuerte incremento en quince años, al pasar de afectar a un 2,15% de la población de Hego Euskal Herria en 2008 a vivir esa situación el 5% en 2023, más del doble. Entrando al detalle, se ha pasado del 2,8% de 2008 al 5,1% en la CAV y del 1,5% al 4,7% de Nafarroa.
En lo que respecta a los retrasos en los pagos, los datos recogidos por el INE para el Informe de Calidad de Vida indican que en este ámbito también se han alcanzado los niveles más elevados, al llegar al 10,4% de la población total en el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y al 11,9% en Nafarroa. Supone un salto importante respecto a 2008, cuando se situaban en el 4,8% y el 7,6%, respectivamente.

Aumento del riesgo de pobreza en Nafarroa
Otro de los parámetros recogidos en este informe tiene que ver con el riesgo de pobreza, que también ha aumentado desde 2008, especialmente en Nafarroa. Hace quince años, el tanto por ciento de población de la CAV en esa situación era del 9,1%, mientras que en el caso navarro era del 5,9%. Y en 2023, ese porcentaje ha pasado a ser del 10,2 y del 13,8, respectivamente. En Nafarroa, es el porcentaje más alto en este periodo, mientras que en la CAV se alcanzó en 2011 y curiosamente con esa misma cifra, es decir, el 13,8%.
Siguiendo con cuestiones de este tipo, se ofrece además datos sobre la capacidad para hacer frente a gastos económicos imprevistos, materia en la que también se ha llegado a máximos. En concreto, han sido del 20,6% en el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y del 27% en Nafarroa, lo que supone una subida de tres puntos en relación a 2008 y de casi siete, respectivamente.
En otros ámbitos de estudio, la situación no ha experimentado un cambio especialmente drástico, lo que evidencia que se ha convertido en un problema, como mínimo, enquistado. Este es el caso de las dificultades para llegar a fin de mes. En 2008, se veía en esa situación el 7,2% de la población de Hego Euskal Herria y quince años más tarde, vive esos apuros el 6,7%. En este terreno, en la CAV se registró un pico en 2013, cuando llegó al 11,5% y en Nafarroa ocurrió algo parecido en 2018, cuando alcanzó el máximo de este ciclo con el 10,4%.
El gasto elevado en vivienda ha evolucionado de manera diferente dependiendo de territorios. En 2008 afectaba al 9,1% de la población de Nafarroa y al 8,1% de la de la CAV, y en 2023 se registró la misma cifra en el primer caso, pero bajó en el segundo al 5,9%, según los datos del INE. Durante los últimos quince años, en el caso de la CAV no ha bajado del 6%, mientras que en el caso navarro llegó a descender hasta el 2,5%, para mantenerse varios años por encima del 4% y emprender una marcha alcista desde 2020.
Sueldos bajos y jornadas largas
Estas situaciones de apreturas económicas se dan a pesar de que los empleados con sueldos bajos respecto al total de asalariados han descendido en relación a 2008. Ese año, en la CAV el porcentaje era del 9,9% y del 8,7 en Nafarroa, y quince años más tarde, es del 6,5% y del 7,9%, respectivamente. El tanto por ciento más elevado se registró en el caso navarro en 2013, al alcanzar el 11%, mientras que en la CAV fue precisamente en 2008 con el 9,9% cuando se alcanzó el tope en este periodo.
Continuando en el terreno laboral, en el Informe de Calidad de Vida también se toca la cuestión de la jornada laboral, en concreto las que son largas. Una cuestión candente cuando desde el Gobierno español se ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos, pero no con la patronal, para reducir la jornada laboral a 37,5 horas manteniendo los sueldos.
En este terreno, en el informe se distingue entre los empleados que tienen una jornada que va de 40 a 48 horas y aquellos trabajadores que tienen una jornada de 49 y más horas.
En ambas circunstancias, ha descendido el porcentaje de afectados, que se situó en el primer caso en el 34,4% en la CAV y en el 40,1% en Nafarroa en 2023, frente al 40,3% y el 44,3% de hace quince años, con estas últimas como las cifras más elevadas en ese periodo.
Cuando se trata de una jornada de más de 49 horas, los trabajadores afectados fueron el 4,5% en el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y el 5,9% en Nafarroa en 2023, mientras que en 2008 llegaban al 8,2% y al 9,5%, respectivamente, alcanzando el pico más alto del 9,8% en el ámbito navarro en 2010.


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