«Cuando desaparece una lengua se pierde un gran tesoro»
Marta Las Heras y Ainhoa Zamanillo realizan en su nueva pieza audiovisual un estudio sobre el erromintxela, una lengua desconocida para mucha gente en Euskal Herria, pero que tiene tras de sí una interesante historia de convivencia y de hermandad entre el pueblo gitano y el pueblo euskaldun.

¿Cuéntennos, en primer lugar, cómo surge la posibilidad de hacer «Erromintxela. Senderos y raíces».
Ainhoa Zamanillo: Nosotras tenemos la oportunidad de hacer este documental gracias a que nos presentamos a la edición de 2023 de ‘Dame un minuto de’, un concurso internacional de piezas audiovisuales, organizado por la ONG UN Etxea que cada año se hace sobre una temática, y en aquella ocasión era ‘Dame un minuto de palabras’. Ganamos con el corto ‘Hitzak. Munduak’, y el premio era la financiación para hacer un documental.
¿Y por qué decidieron centrar la temática de ese documental en el erromintxela?
Marta Las Heras: Dimos muchas vueltas a la temática para ver qué podíamos hacer, porque el tema de las lenguas y los idiomas daba muchas posibilidades. Queríamos hacer algo sobre el pueblo gitano, e investigar qué pasó con el romanó, que era el idioma gitano, para que en España se perdiera, mientras que en otras partes de Europa se pudo mantener. Y así, investigando, nos encontramos con el erromintxela, un idioma que, para mucha gente, es algo desconocido, y nos pareció interesante abordar este tema para darlo a conocer.
¿Fue muy complicada la labor de documentación y la elección de las personas que iban a tomar parte en la película?
M.L.H.: No fue nada fácil, pero menos mal que UN Etxea no solo nos ayudaba financieramente, sino que también contábamos con Begoña Guzmán, que es la persona encargada de la parte cultural de la ONG, y quien fue la que nos ayudó a contactar con asociaciones gitanas como Kale Dor Kayico, Sim Romi o Kera Elkartea; así nos fuimos enterando de que había una investigación sociolingüística sobre el erromintxela hecha en 1996 por Josune Muñoz y Elías López De Mungia, que es de lo poco que hay sobre el tema, y además bien fundamentado y estudiado, porque tuvieron la oportunidad de hablar con dos gitanos erromintxelas, cosa que nosotras no hemos podido conseguir. De hecho, no sabemos siquiera si queda alguno, porque ni las asociaciones gitanas supieron confirmárnoslo.
«No hemos podido averiguar la cifra exacta de personas que hablan erromintxela; es complicado saber si queda alguna»
¿Existe, pues, la posibilidad de que el idioma haya desaparecido definitivamente?
A.Z.: Como te decimos, nosotras no hemos podido hablar con ninguno, y tampoco hemos podido averiguar la cifra exacta de personas que en la actualidad hablan erromintxela. Es una tarea complicada saber si queda alguno y, durante la investigación, hablando con Josune Muñoz, ella nos dijo que tuvo el honor de hablar con un gitano vasco que todavía hablaba erromintxela, pero que hoy en día es muy complicado saber cuántos quedan en la actualidad. Así que, ojalá gracias a nuestro documental se pueda volver a hablar del tema y consigamos hacer un llamamiento para aquellas personas que hablen erromintxela, o que recuerden que sus aitites o amamas lo hablaban, para que, de alguna manera, conozcamos el estado actual de la lengua, y saber si se ha conseguido conservar o no.
¿Es lógico, por tanto, pensar que, si todavía se hablara erromintxela en algún lugar, habría de ser en uno en que el idioma predominante sea el euskera?
M.L.H.: Eso tampoco está tan claro, y no es así del todo, porque hay un misterio enorme y ninguna certeza. Pero está claro que el erromintxela surgió gracias a esa convivencia entre el pueblo gitano y el pueblo euskaldun, y como dices, deberíamos suponer que se hablaba en zonas donde el euskera fuera el idioma prioritario, pero no se puede asegurar. Lo que nos dijo Josune es que, si quedara algo, seguramente sería en alguna zona de Iparralde.

¿Creen que es fundamental cuidar estos pequeños tesoros que son los idiomas minoritarios, como este?
A.Z.: Efectivamente, es una pena muy grande que estas lenguas, o un pogadolecto, que es lo que exactamente es el erromintxela, se pierdan, especialmente si son minoritarios, porque con ello desaparece uno de los grandes tesoros de un pueblo que, además, es parte de su identidad y su cultura. En el documental ponemos una frase de Yalitza Aparicio, embajadora de buena voluntad de la Unesco, que dice que ‘en cada lengua habita una historia única e irrepetible’… y define muy bien la idea que teníamos al hacer este documental, que era dar a conocer, sobre todo a las personas que viven en Euskal Herria, esta lengua, y explicar que estas cosas maravillosas suceden por la convivencia entre diferentes culturas. Pero no es un caso único, porque hay diferentes pagodolectos en los sitios por los que, a lo largo de los años, iban pasando los y las gitanas, y es algo muy bonito.
¿Y a qué se debe esa persecución que el pueblo gitano ha surgido durante más de siete siglos, allá por donde pasaban?
M.L.H.: Esa es una buena pregunta. Ellos solo querían vivir, estar tranquilos y en paz, así que, por mucho que hayamos podido investigar, es algo que nosotras tampoco podemos responder, y es muy triste que esto haya sucedido a lo largo de tantos siglos, o que incluso siga sucediendo a día de hoy. Hablando con Palmira [Dual Jiménez], Roberto [Jiménez Jiménez] u Óscar [Vizarraga Muñoz], que sí que son gitanos y gitanas, nos contaban que esa persecución es algo que le duele y le pesa mucho a su pueblo, porque todavía se preguntan qué han hecho para sufrir esa persecución.
«Los gitanos llegaron a Euskal Herria hace casi 600 años, pero muchas veces se nos olvida todo el tiempo que llevan aquí y que, por supuesto, también son vascos y vascas»
A.Z.: Otro de los grandes objetivos que perseguíamos a la hora de hacer el documental era dar a conocer esta situación, y contar como llegaron los gitanos a Euskal Herria hace casi 600 años, porque muchas veces se nos olvida todo el tiempo que llevan aquí y que, por supuesto, también son vascos y vascas. Es triste que todavía haya que reivindicar algo tan evidente, pero eso es lo que hemos tratado de hacer nosotras.
¿Qué tal fue la presentación del documental en el marco del Fair Saturday, en el Museo Guggenheim?
M.L.H.: Pues, sinceramente, no esperábamos tanta afluencia, por lo que nos sorprendió mucho la acogida, que fue espectacular; además, la charla posterior y esa cercanía al público fue muy familiar, por lo que salimos muy contentas de la presentación. Nos alegramos de que a la gente le gustara y descubrieran una realidad desconocida para ellos, pero que creíamos que es necesaria contar, porque es parte de nuestra historia, ya que, como te decíamos antes, estamos hablando de vascos y vascas que llevan 600 años entre nosotros. Nosotras hemos querido contarlo desde el mayor de los respetos, sin ser gitanas, pero con el apoyo de las asociaciones, de investigadores como Elías y filólogas como Josune.
Un trabajo que, por otra parte, y como contaban anteriormente, finalmente les ha dejado más dudas que certezas ¿no?
A.Z.: La verdad es que sí. Pero bueno, nosotras lo que hemos hecho ha sido recabar toda la información posible y presentarla en este documental. Pero sí es cierto que es un tema que daría para mucho más, así que nos conformaríamos con que, después de hacer este llamamiento, la historia llegara hasta algún experto o experta en lingüística, y que pueda seguir investigando sobre el erromintxela. Por eso, lo que ahora nos gustaría sería poder mover este trabajo en festivales o centros culturales, para que llegue a la mayor cantidad de gente que sea posible. De momento, lo que podemos confirmar es que se proyectará el 24 de enero en Muxikebarri en Getxo.

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