Un tuit del presidente de Argentina, Javier Milei, incentivó una enorme estafa que ha provocado una enorme tormenta política en Argentina. Milei saludó la puesta en marcha de una criptomoneda, $LIBRA, un proyecto que debía ayudar a «incentivar el crecimiento de la economía argentina». Horas después Milei borraba el tuit señalando que no tenía «vinculación alguna» con la propuesta y que no había «interiorizado los pormenores del proyecto» y cuando lo estudió decidió no seguir dándole difusión. Para entonces el daño estaba hecho: desató una furia compradora que en apenas cinco horas se desinfló completamente, dejando un largo reguero de damnificados.

La iniciativa se llamaba Viva la Libertad Project, un lema profusamente utilizado por Milei y su impulsor, Hayden Davis, se presentaba como un asesor del presidente con el que se había fotografiado. Un somero repaso a la iniciativa puso en evidencia sus lagunas. En primer lugar, el 80% de las criptomonedas estaban concentradas en solo cinco monederos digitales. En su página web, no había ni manifiesto, ni indicaciones sobre el soporte técnico y económico del proyecto, ni tampoco se explicitaban los criterios que debían cumplir los proyectos para acceder a esta financiación. Una empresa que analiza criptomonedas, Bubblemaps, ya alertó de estas deficiencias y advertió que se comerciara «con precaución».

Unas carencias que apuntan a que se trataba de lo que en la jerga llaman monedas «meme» o monedas «basura». El fundador de la ONG Bitcoin Argentina, Rodolfo Andragnes, explicó que existen unas 50.000 memes, que pueden crearse en cinco minutos y los desarrolladores se las asignan y así controlan su cotización.

También han bautizado el procedimiento para dar el pelotazo: unos lo llaman inflar y tirar (Pump & Dump) y otros, tirar de la alfombra (rug pull). Básicamente consiste en que sus creadores aprovechan que existe una gran cantidad de compradores que intentan hacerse con las criptomonedas a precio de lanzamiento para luego venderlas cuando su precio suba. Como no tienen más utilidad, una vez logrado el pelotazo se abandonan. Pero para consumar el pelotazo necesitan algo que incite a la compra, y ahí entra el apoyo del presidente. Cuando Milei tuiteó, valía 0,3 centavos, a las horas alcanzó los 5,54 dólares, entonces los promotores vendieron sus monedas, quedándose todas las ganancias. Una vez consumado el desfalco, su valor se desplomó hasta 0,0006 centavos.

La firma estadounidense Kobbeissi Letter estima que los organizadores ganaron 87,4 millones en cinco horas y se evaporaron 4.400 millones de capitalización. Se estima que 74.000 especuladores perdieron en conjunto 286 millones. La mayoría –71.369– por debajo de 10.000, pero 25 perdieron más de un millón de dólares.

Investigación y juicio político

La investigación fue asignada de manera aleatoria a la jueza federal María Servini, conocida por la querella contra el franquismo. El lunes ya se habían presentado 112 denuncias y la prensa argentina señalaba que Milei ya estaba buscando abogados.

No por ello ha dejado de dar muestras de su torpeza. Para enmendar el desastre, grabó una entrevista televisiva en la que volvió a meter la pata, lo que obligó a un asesor a interrumpirla, pero las imágenes de la interrupción se filtraron y terminaron por agudizar la crisis política. El principal grupo de la oposición, Unión por la Patria, pidió el mismo domingo la apertura de un juicio político. El pasado viernes una votación en el Senado rechazó la creación de una comisión de investigación.
 
Sin embargo, las críticas no han cesado. Entre las más contundentes, la expresidenta argentina, Cristina Fernández, que acusó a Milei de haber sido el «gancho de una estafa digital». «Convertiste a la Argentina en un casino donde el crupier es el mismo Presidente. Esa es tu libertad de mercado... la del casino. Se te cayó la careta».