
Domingo de milagro en La Cerámica. Una Real plagada de bajas visitaba el campo de un aspirante a Champions, por lo que cualquier botín sabía a gloria. Un penalti, un error del meta amarillo, el acierto de Oyarzabal en ambas jugadas y las decisiones arbitrales –Cuadra Fernández ha anulado tres goles al Villarreal– han permitido cosechar un punto.
En la primera mitad, ante el dominio local, la Real ha sido capaz de tener el balón por momentos y de llegar en algunas ocasiones, pero en el descanso Imanol ha decidido jugar con tres centrales y el remedio ha sido peor que la enfermedad, pese a colocarse 1-2 en el marcador.
Condicionado por las ausencias de pilares como Zubeldia, Agerd, Zubimendi, Brais –en el banquillo– y en menor medida Barrenetxea, el de Orio ha salido con Remiro bajo palos, Traoré, Aritz, Jon Martín y Ahien en defensa, Turrientes, Sucic y Marín en la sala de máquinas y Kubo, Sergio Gómez y Oyarzabal en ataque.
Enfrente, un Villarreal que sin jugar este curso en Europa y eliminado de la Copa en la segunda ronda por el modesto Pontevedra, ha podido poner todos los huevos en la cesta de la Liga.
Un robo alto de la Real ha propiciado el primer disparo a puerta, un intento de Sergio Gómez que ha despejado Junior. Ha sido una anécdota, porque la réplica local ha supuesto el primer tanto del partido.
Yeremi abre el marcador
Los amarillos han superado la presión saliendo por la izquierda, desde donde Cardona ha puesto un balón raso que no parecía excesivamente peligroso, pero tras pasearse por todo el área sin que nadie lo despejara le ha llegado a Yeremi Pino, que ha fusilado a Remiro (1-0, m.7).
Quien más quien menos se ha acordado en ese momento de las paupérrimas estadísticas blanquiazules cuando el partido se pone cuesta arriba en esta Liga, con trece derrotas y un empate. El Villarreal además llegaba fácil y se olía el segundo.
Pero lo que son las cosas, la Real ha lanzado una falta ‘a la olla’, Aihen ha rematado de cabeza y el balón ha impactado en la mano de Barry. Oyarzabal ha anotado desde los once metros, aunque poco le ha faltado a Junior para detener el penalti (1-1, m.19).
Y casi hace el segundo Kubo con una vaselina que el meta local ha desviado con la yema de los dedos antes de tocar en el larguero. El palo te quita y el palo te da, porque Foyth ha estado a punto de adelantar a los de Marcelino a la salida de un córner, pero su remate lo ha escupido el poste.
Los últimos minutos de la primera mitad han sido blanquiazules, y solo una buena parada de Junior ha impedido que Sucic anotara el segundo tras filigrana y asistencia de Kubo.
Cambio de esquema y debacle
A pesar de ello, Imanol no lo debía ver claro, porque en el descanso ha sorprendido con la entrada de Pacheco por Sucic, pasando a jugar con tres centrales. Sin tiempo de ver los efectos del cambio, la fe de Oyarzabal ha adelantado a la Real. El meta Junior ha tardado en soltar el balón, el capitán ha presionado y el esférico se ha ido a la red tras golpear en su pie (1-2, 49). Ya van 17 goles para el de Eibar esta campaña –8 en Liga–, su mejor cifra histórica.
Pero quedaba mucha tela que cortar. El Villarreal ha embotellado a la Real y ha igualado la contienda en poco más de diez minutos, merced a un centro de Yeremi Pino que ha rematado Ayoze libre de marca (2-2, m.60). En una jugada similar Remiro ha impedido el tanto de Barry. Dos testarazos sin oposición pese a tener en el área a nueve defensores.
Y Pino ha marcado el tercero, pero su hombro estaba adelantado por centímetros. El equipo donostiarra era un barco zarandeado por la tormenta. Se limitaba a achicar balones, que regresaban cargados de peligro a los pocos segundos. Sin embargo, Imanol mantenía su idea, cambiando cromos pero no el dibujo: Aramburu, Javi López y Olasagasti por Traoré, Aihen y Turrientes.
Con la parroquia blanquiazul rezando para que el crono corriera más deprisa, el árbitro y su asistente echaban un capote por partida doble al anular dos goles locales. El primero por fuera de juego posicional de Ayoze –aunque no parece que molestara a Remiro en su imposible estirada–, y el segundo en el último minuto del descuento, por una presunta falta de Nicolas Pepe sobre Javi López en un forcejeo.
Sin tiempo para más, con Marcelino tirándose de los pelos y el campo al borde del motín, Cuadra Fernández ha pitado el final.

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