
Dos conjuntos griegos, el Panathinaikos, que defiende título, y el Olympiacos; uno turco, el Fenerbahçe; y el Mónaco pelearán en Abu Dabi por convertirse en el primer campeonato de la Euroliga que se decide fuera del continente desde que el Maccabi de Tel Aviv se impusiera en su cancha en la edición de 2004, en la primera Final Four que, precisamente, no tendrá un representante de la Liga ACB por primera vez desde ese preciso año 2004.
Parece que todo apunta a un desenlace muy abierto y que arrancará con la primera semifinal entre el Panathinaikos y el Fenerbahce a las 17.00 –horario de Euskal Herria–, una reedición del partido que ambos disputaron a las mismas alturas del torneo el pasado curso en Berlín y que terminó llevándose el conjunto griego por 73-57.
Pero ese «desenlace abierto» esconde una suerte de morbo por el cual el derbi ateniense entre PAO y Olympiacos parece inevitable. Y puestos a desear algo, habrá que alegrarse de que una final con una perspectiva tan volcánica se juegue en Dubai y no en alguna otra ciudad más cercana. Por lo pronto, más les vale a las autoridades locales con pertrecharse bien ante los aficionados helenos, por si las moscas.
En lo que respecta a Panathinaikos, los hombres dirigidos por Ergin Ataman, heptacampeones y defensores de la corona, afrontan la cita en una situación que guarda semejanzas la que tenían hace un año, habiendo tenido que solventar su serie de cuartos de final en cinco partidos, esta vez contra el Anadolu Efes en lugar de contra el Maccabi de Tel Aviv. Su Fase Regular ha sido, además, bastante parecida, pues, aunque esta vez han acabado terceros en vez de segundos, la diferencia ha sido de un sola victoria, 23 antaño por 22 ahora.
A todo ello han contribuido nombres propios como el ala-pívot madrileño Juancho Hernangómez, que ha dado un paso adelante en su segunda campaña en la entidad, o el estadounidense Kendrick Nunn, elegido mejor jugador de la temporada tras promediar 21.1 puntos, 3.6 rebotes, 4.3 asistencias, 1 robo y 20.3 dígitos de valoración. Gracias al buen hacer del menor de la saga de los Hernangómez se ha podido paliar la ausencia de Mathias Lessort, un jugador diferencial en la Final Four de hace un año y que hace escasos seis meses padecía una gravísima fracturá de peroné. Parece mentira, pero Lessrot parece dispuesto a jugar en esta cita de Dubai, aunque el pívot francés parece querer que se imponga la cordura. «No quiero joder lo que han construido mis compañeros», ha dicho.
Otra figura clave del PAO es la de Kostas Sloukas, MVP de la Final Four la pasada edición y que aspira a alcanzar varios récords en este formato durante el presente siglo como el de asistencias (necesita nueve), el de puntos (le vale con veintitrés), o el de tiros libres (solo le hacen falta tres). Los años no pasan en balde para el ex de Olympiacos y Fenerbahçe, pero saliendo del banquillo, nadie duda de que aparecerá en los momentos de la verdad, aunque su bajón fçisico esta temporada ha quedado en evidencia.
El bando turco, segundo clasificado en la Fase Regular, estará presente por séptima vez en el penúltimo paso hacia el entorchado, el cual solo fue capaz de ganar en el 2017 convirtiéndose en el primer equipo de su país que lo logró.
Muy superior al París Basketball –cuya última noticia es la renuncia de Tiago Splitter a seguir como primer entrenador, de forma que ya se ha conocido que varios banquillos de Euroliga e incluso la NBA han preguntado por el «Caminante de Joinville»–, al que eliminó ganando los tres primeros partidos de la serie de play-offs para estar en Abu Dabi, en su plantilla destaca Nigel Hayes-Davis si su principal fortaleza es el colectivo y también su capacidad para defender, lo que le ha llevado a ser el equipo con menos puntos en contra de los nueve primeros clasificados de la fase inicial.
Romper la maldición
El vencedor de ese enfrentamiento se cruzará en la final del domingo (19.00) con el que se imponga en el duelo entre el Olympiacos griego y el Mónaco (20.00), verdugos del Real Madrid y el Barça respectivamente.
En el caso del cuadro de El Pireo tiene ante sí el reto de acabar con la maldición que dice que, con el actual formato, el primer clasificado de la Fase Regular nunca logra proclamarse campeón. Superiores al resto de sus rivales con un balance de 24-10, esta será su décima Final Four y la cuarta consecutiva. Con el regreso de Sasha Vezenkov, con los Georgios Bartzokas están al acecho del PAO en caso de final helena.
Apeado de la gloria en las dos anteriores ediciones por el Real Madrid, en la 2022/23 en la final y en la 2023/4 en la semifinal, el plantel de Giorgios Bartzokas ha podido desquitarse del conjunto blanco y ahora aspira a salir como campeón de Europa por cuarta vez en su historia, la última de ellas en el 2013.
Intentará guiarles hacia ese objetivo el internacional búlgaro Sasha Vezenkov, uno de los jugadores más determinantes de la competición y que se quedó a las puertas de ser nombrado el mejor de torneo. Tras retornar al club después de un breve paso por la NBA, nadie promedia mejor valoración que él este curso (24.3) y solo Juancho Hernangómez captura más rebotes por noche que él.
Por su parte, el Mónaco aterriza como el tapado, en su segunda experiencia en estas lides después del tercer puesto del 2023 y con una afición mucho menos ruidosa y numerosa que la de los otros tres oponentes, con los que compartirá cartel y detrás de los cuales acabó en el periodo regular.
El elenco monegasco se presenta sin nada que perder, pero con talento individual suficiente como para darle una sorpresa a cualquiera a las órdenes de Vassilis Spanoulis, quien accedió al puesto de entrenador con la campaña empezada en lugar de Sasa Obradovic y que intentará amargar a las primeras de cambio al Olympiacos, donde es una leyenda.
Para conseguirlo cuenta con armas suficientes. Así, para atacar el aro rival es una garantía Mike James, máximo anotador en la historia de la Euroliga y único jugador que ha superado los 5.000 puntos (5.242). Y para las tareas en la retaguardia pocos mejores que Alpha Diallo, votado como el tercer mejor defensor.
Nola saihestu liteke Panathinaikos eta Olynpiacosen arteko Euroligako finala?
Abu Dabin jokatuko da aurtengo Euroligako Lauko Finala eta Panathinaikos, egungo txapelduna, eta Olynpiacos, Fase Erregularreko irabazlea, dira final handira sailkatzeko faborito nagusi eta ia bakarrak. Fenerbahçe izango de Ergin Atamanek zuzentzen duen taldearen aurkaria finalerdietan eta Mathias Lessort berragertzea, peronea hautsi eta sei hilabete eskasera, inork ere espero ez zuen ezusteko positiboa greziarren artean.
Olynpiacosek «madarikazio» bati egin beharko dio aurre Monakoren aurkako finalerdian: Euroligaren «aro garaikidea» martxan jarri denetik hona, Fase Erregularreko aurreneko sailkatuak sekula ez du Euroliga irabazi. Gergios Bartzokasen mutilek badaukate nahikoa talentu eta eskarmentu balizko «madarikazio» horri aurre egiteko, batik bat NBAtik bueltan Sasha Vezenkovek kalitatean eskailera maila bat gorago jartzeko parada damaielako. Bestalde, Monakok ez dauka galtzekorik, bai ordea nahikoa kalitate Pireoko portuko mutilak ataka estuan jartzeko.

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