
Los dos grupos vascos en el Congreso, EH Bildu y PNV, se han reunido este miércoles con el presidente español, Pedro Sánchez, a propuesta de este. El objetivo ha sido testar la situación tras el informe de la UCO de la Guardia Civil que ha desencadenado la caída de Santos Cerdán y un ataque a degüello de PP y Vox. También le han trasladado sus puntos de vista y en algunos casos sus reivindicaciones.
Por EH Bildu han sido la diputada Mertxe Aizpurua y el senador Gorka Elejabarrieta quienes se han sentado con Pedro Sánchez. Su posición ya fue fijada por el secretario general, Arnaldo Otegi, la víspera, considerando que «ya no basta con decir ‘los otros son peores’» sino que las responsabilidades deben «depurarse hasta el final», con «medidas concretas» y que vengan «acompañadas de un programa político plurinacional que acepte un modelo de estado diferente y que haga lo que no se hizo en la transición, en el 78».
En esta línea, los dos representantes de EH Bildu han mostrado a Sánchez «la necesidad de actuar con toda la contundencia, adoptando medidas en profundidad contra los presuntos casos de corrupción que deberán ir acompañadas de propuestas concretas y efectivas para avanzar en la cada vez más urgente regeneración democrática».
«La tolerancia cero contra la corrupción debe traducirse en medidas y decisiones valientes e integrales que ofrezcan una oportunidad para articular un nuevo programa político democrático, plurinacional y social que establezca un propósito claro junto a la mayoría de la investidura», han añadido en una nota tras la reunión.
«Ya no es políticamente suficiente con señalar que la alternativa a este Gobierno es peor. EH Bildu entiende que se debe aprovechar este momento de crisis como una oportunidad en términos estratégicos para abrir un proceso de reforma democrática que responda a las necesidades y anhelos del pueblo vasco y del resto de pueblos del Estado, así como de las mayorías trabajadoras y populares», han añadido.
La portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, ha sido la interlocutora de Sánchez en la reunión celebrada acto seguido. Le ha trasladado la preocupación de su formación ante la «gravedad» de los últimos hechos revelados. Además, ha instado a Sánchez a cumplir lo comprometido con el grupo jeltzale, aunque al mismo tiempo dejando claro que su formación no tiene intención de pedir ningún plus ni «mercadear» con la mayor debilidad de Sánchez en este nuevo contexto.
En declaraciones a los medios en la Cámara Baja tras la reunión, Vaquero ha reclamado a Sánchez «ejemplaridad y transparencia». Espera de momento a las explicaciones que debe dar en sesión monográfica en el Congreso el 9 de julio.
ERC llama a aprovechar el tiempo y Podemos apunta a elecciones
El primero que ha pasado por la ronda de Pedro Sánchez ha sido Gabriel Rufián (ERC) Antes que nada ha explicado que «hemos ido sin cámaras porque nos parecía una especie de besamanos absurdo». A ERC no le había gustado el desarrollo de la sesión de control («absolutamente desafortunada») y tampoco el rictus del presidente: «Hemos visto una persona tocada».
Tras el encuentro, Rufián ha saludado al menos que Sánchez «se ha comprometido con nosotros a ir a por los corruptores, las constructoras, lo que conllevaría un cambio del Código Penal. Y luego le hemos exigido avanzar en lo social, que significa vivienda, vivienda, vivienda», ha añadido.
No se ha mostrado muy optimista el representante de ERC: «Tras años aquí me atrevo a pedirles a los representantes de la izquierda que intentemos aprovechar el tiempo que a esto le quede para avanzar, para intentar dejar en la mejor situación posible la vida digna de la gente. Nadie sabe lo que va a pasar y hay que aprovechar el tiempo», ha dicho en tono lacónico.
A preguntas de los periodistas, no ha querido medir la credibilidad que otorga al PSOE, pero «salir de esto con la cara compungida diciendo que ‘lo siento’… para eso ya tenemos un rey corrupto», ha señalado.
El socio de Sánchez que ha mostrado una posición más extrema es Podemos. Además de negarse a reunirse con Sánchez, su líder, Jone Belarra, ha dicho que la legislatura «está políticamente muerta». Y ha añadido: «Creo que ha llegado a su fin, que este ciclo ha llegado a su fin porque es evidente que no hay ninguna actitud en el PSOE que permita abordar los grandes problemas que tiene España».

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