
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que este invierno se comprometió a deponer las armas tras cuatro décadas de lucha armada, ha advertido de que Turquía no ha hecho su parte en el proceso de desarme.
«Estamos preparados, pero es el Gobierno (turco) el que no ha tomado las medidas necesarias» para concluir el proceso, ha declarado Mustafa Karasu, uno de los fundadores y altos cargos del PKK, al canal de televisión Medya Haber.
«El Estado turco debe cumplir con sus obligaciones. (...) En este momento, no hay medidas que puedan infundir optimismo. Queremos completar el proceso. Nuestro enfoque y actitud sobre este asunto son perfectamente coherentes», ha insistido, acusando al Ejército turco de continuar sus ataques contra las fuerzas del PKK en las montañas.
«Un grupo dentro del Estado está buscando sabotear el proceso», ha acusado Karasu, a pocos días de una primera ceremonia que se espera en Basur (Kurdistán sur, en Irak).
«No digo que el proceso esté estancado Queremos que continúe y prospere. Pero la situación nos lleva a observar un bloqueo. La actitud del gobierno es la causa», añade.
La situación de Öcalan está ralentizando el proceso y genera incomprensión
El responsable del PKK lamenta en particular que las condiciones de detención del líder kurdo Abdullah Öcalan, no hayan mejorado.
Recluido en régimen de aislamiento en la isla prisión de Imrali, frente a la costa de Estambul, desde 1999, Öcalan, de 74 años, a quien sus partidarios llaman cariñosamente "Apo" (tío en kurdo), pidió a finales de febrero al PKK que se disolviera y renunciara a la lucha armada.
El PKK llevó a cabo en mayo un Congreso para anunciar su disolución y el fin de la lucha armada, en el que llamó a la sociedad kurda a organizarse.
Turquía anunció algunas reformas, pero todavía no se han visto pasos, sobre todo en relación con la situación de Öcalan.
«Algunos amigos han ido a Imrali, pero no es suficiente. El aislamiento dura 26 años», a pesar de algunos ajustes, recuerda Karasu. «La situación de nuestro líder, Apo, está afectando el proceso y ralentizándolo», añade, subrayando que su situación está generando «mucha incomprensión sobre el proceso».
Ceremonia de desarme prevista
Dos comandantes del PKK con base en las montañas de Qandil y medios kurdos han sugerido que una primera ceremonia de desarme tendrá lugar entre el 3 y el 10 de julio.
Asistirían representantes de partidos políticos, observadores locales y periodistas y se esperaba un mensaje de Öcalan, pero Karasu no ha confirmado esta operación ni su fecha.

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