Lunes 25 de agosto de 2025 al mediodía, en Bilbo post Aste Nagusia aún atestado de turistas y con mucho calor, ha echado a andar el curso 2025/26 para Surne Bilbao Basket. Aún han de volver Melwin Pantzar, Tryggvi Hlinason, Margiris Normantas, Martin Krampelj y Amare Sylla, concentrados aún con sus selecciones, mientras que los jóvenes Urko Madariaga, Kepa De Castro, Bingen Errasti, Aimar Mintegi, Oier De las Heras, Anton Alaña y Haritz Mateo han empezado a dar junto a los «mayores» los primeros pasos para foguearse en el basket de élite, en este caso en la Liga Sub 22 que organiza la Liga ACB. En un ambiente todavía relajado y con un camino casi interminable por recorrer, el ambiente en el polideportivo de Artxanda ha sido distendido, pero ambicioso a la vez.

El acuerdo logrado por la Junta que preside Isabel Iturbe y BBK para saldar una deuda que llegó a rozar los siete millones de euros ha dado más oxígeno para conformar un equipo que, por primera vez en más de una década, puede en principio preocuparse de lograr cotas más altas, ya que el hecho de poder comer al final del día parece garantizado, o poco menos.

«Este año tenemos más talento y queremos aprovechar que tenemos más talento para ser más competitivos», ha resumido un Jaume Ponsarnau sin tanta precaución como en ocasiones anteriores. El técnico targarino, agasajado por su buen hacer al frente de la selección española B, ha realizado una suerte de speech después de sus primeras declaraciones, que no ha destacado por su carisma ni por su florido inglés, pero sí por recalcar el lema con el que han empezado esta pretemporada: «Juntos». Mejor dicho, ‘Together’. Ha faltado un ‘Batera’ o ‘Elkarrekin’.

«El staff está a vuestro servicio, pero recordad que esto solo va a funcionar si ese trabajo del staff médico, técnico... lo usamos en beneficio del equipo», ha recalcado el preparador catalán con su habitual tono dicharachero.

De entre los presentes, solo Bassala Bagayoko y Harald Frey estaban hace un año en Artxanda, ya que buena parte de los veteranos están con sus selecciones. En ese sentido, las bromas del pívot maliense, después de haber dejado al fin atrás sus lesiones de rodilla, más la labor de «relaciones públicas» de Harald Frey –«ascendido» a capitán junto con Hlinason luego de la marcha de Xavi Rabaseda– con jugadores llamados a ser referentes como el exbaskonista Darrun Hilliard o el ex de GBC Justin Jaworski, han empezado a hacer una esencial labor de zapa para conseguir la ansiada cohesión de grupo que tanto recalca siempre Jaume Ponsarnau, con un soniquete tan conocido como elemental y a un tiempo difícil: «tenemos que hacer el mejor grupo posible para conseguir ser el mejor equipo que podamos», ha vuelto a recalcar el targarino.

«Este año tenemos más jugadores capaces de resolver con el balón en las manos en las situaciones de final de partido, que en muchas ocasiones no son situaciones tanto de basket como de la persona. El año pasado tuvimos el mejor grupo que jamás haya entrenado yo, y es cuestión de aprovechar que este año tengamos más talento para que juntos, ‘together’, podamos conseguir mejores resultados», ha dicho Ponsarnau.

Porque si hay alguna novedad clara respecto del discurso de los años anteriores, es que se ha borrado de su vocabulario la necesidad de asegurar cuanto antes estar «entre los 16 mejores de la competición». En su lugar, ha afirmado que «queremos subir un peldaño nuestra ambición».

«Seguimos dando prioridad a la Liga ACB, que es lo que da sentido a las cosas, pero todos nosotros tenemos una ambición de jugar en Europa. Somos los campeones del torneo que jugamos –en referencia a la FIBA Europe Cup–, pero nuestro reto es ser todo lo competitivos que podamos ser»., ha destacado.

En parecida sintonía se ha expresado el capitán Harald Frey. El base noruego, muy «honrado» por esta inesperada ‘promoción’, ha querido dividir también su mirada entre la competición europea, en el que él tiene mucho que decir en la consecución del título de FIBA Europe Cup, ya que tuvo el arrojo y el acierto de arriesgarse con un triple fuera de sistema con la eliminatoria ante el PAOK de Salónica completamente empatada a falta de solo un minuto para acabar el encuentro de vuelta de las finalísima, y la competición doméstica.

«Creo que pinta a ser una temporada divertida. Ya hemos salido a cenar y a comer juntos los que ya estamos aquí y son buenos chicos. Y por lo visto en alguna sesión de tiro que empezamos a hacer, parecen buenos jugadores. Creo que los nuevos y los más veteranos casaremos bien y eso nos debe ayudar para mejorar los resultados del año pasado», ha indicado el armador nórdico.

Mikel Odriozola, segundo entrenador

Mientras tanto, la conexión vía A-8 entre Surne Bilbao Basket y Gipuzkoa Basket se mantiene fluida. Si hace poco era Sergio García quien dejaba la parte bilbaina para acudir al otro extremo de la Bilbao-Behobia, después del anuncio de Mikel Odriozola de abandonar el cargo de entrenador jefe de GBC, esta vez ha sido Bilbao Basket quien ha anunciado la llegada del propio Odriozola.

Donostiarra de 35 años y químico de formación por EHU, será el segundo entrenador de Jaume Ponsarnau y acompañante en el staff de Javi Salgado. Un cuerpo técnico el de los hombres de negro que, curiosamente, guarda un vínculo más que estrecho con Gipuzkoa Basket.

Odriozola recala en la parte bilbaina de la autopista después de dos temporadas en Gipuzkoa Basket, equipo al que ha logrado llevar al play-off de ascenso a la Liga ACB en esos dos mismos cursos, cayendo en ambas ocasiones en cuartos de final.

Previamente, Odriozola entrenó al Iraurgi ISB en la temporada 2022/23, equipo con el que había conseguido un ascenso a LEB Oro como técnico asistente.

En sus inicios, Mikel Odriozola ya fue entrenador en Bilbo, junto al Director de Cantera de Bilbao Basket, Mikel Torre, primero en La Salle y, más adelante, en Barakaldo, entrenando a Paúles.