Nagore Belastegi
Aktualitateko erredaktorea / Redactora de actualidad

Duelo dialéctico desde el otro lado de la valla, de la mano de Claire Denis

Albouryk acude al lugar de trabajo de su hermano recién fallecido a reclamar su cuerpo. El capataz de la obra pública donde sucedió la desgracia, Horn, se niega a entregarselo a base de excusas. ‘Le cri des gardes’ está basada en una obra de Bernard-Marie Koltès, amigo de la directora Claire Denis.

Los actores Isaach de Bankolé, Mia McKenna-Bruce y Tom Blyth con su directora Claire Denis.
Los actores Isaach de Bankolé, Mia McKenna-Bruce y Tom Blyth con su directora Claire Denis. (Jon URBE | FOKU)

La directora gala Claire Denis trae la competición oficial de Donostia ‘Le cri des gardes’, una cinta basada en la obra de teatro escrita por su amigo Bernard-Marie Koltès (‘Combat de nègre et de chiens’). «Fueron años difíciles, los años del sida. Él murió poco después», ha contado asegurando que le prometió que intentaría llevar la obra al cine, lo cual ha hecho más de 30 años después.

Se trata de una película con luces y sombras, literal y figuradamente. Alboury (Isaach de Bankolé) se acerca a una gran obra pública con la única misión de reclamar el cuerpo de su hermano, fallecido ahí ese mismo día. Al otro lado de la valla, Horn (Matt Dillon), el jefe, es quien tiene que atender sus peticiones, pero algo que parece tan simple se complica.

En un escenario muy teatral, donde la oscuridad prima, la reminiscencia postcolonial de África Occidental es un ingrediente más. «Para mí no ha sido complicado. Mi personaje viene a pedir el cuerpo de su hermano, no quiere nada más, y hasta que no lo consiga no se va a ir. Es bastante sencillo, no atiende a propuestas; él está ahí por algo», ha contado De Bankolé sobre su personaje, a lo que la directora ha sumado que «es como si hubiera una muralla entre Alboury y Horn. Pensamos en los diálogos como si estuvieran construyendo un muro ladrillo a ladrillo; él solo pide el cuerpo, no quiere dinero, solo el cuerpo, es su única petición, y sin embargo se le niega. Todas las negativas son hipócritas», asegura.

Preguntada sobre si este trabajo tiene algo en común con otras de sus películas, como ‘Chocolat’ (su primer film, de 1988) cuya acción también se desarrolla en África, una zona que conoce bien ya que ella misma creció en diferentes países del continente, Denis ha asegurado que «no se parece» a ninguna de sus obras. «No es un regreso a otro tiempo, sino una historia de dos días. Ocurre en un sitio vacío, en una construcción en la que los trabajadores se iban cuando llegábamos. Esa es la realidad», ha subrayado.

La luz y el viento

El haber rodado mayormente de noche ha sido la mayor dificultad de la película. «En la obra de teatro las luces se apagaban y el escenario se quedaba a oscuras, no había nada. Incluso con luz digital, no se pueden hacer milagros», ha manifestado. Por ello, se congratula de que el equipo consiguió un plan de rodaje cronológico, lo cual no es fácil porque rodaron casi todo de noche, y ha subrayado el trabajo del director de fotografía, que consiguió adaptarse al orden del guion moviéndose de un lado a otro de la valla, consiguiendo así una sensación natural, sin serlo.

De hecho, habían planeado que la vaya estaría construida en trozos para poder pasar de un lado a otro fácilmente, pero había tanto viento que tuvieron que atarla a bloques de cemento y pasar de un lado al otro por la puerta.

Al margen de las dificultades técnicas, para los actores esta película «ha sido un regalo», según De Bankolé. «Es la cuarta vez que trabajo con Claire, pero esta vez ha sido diferente gracias a la continuidad en las escenas y los diálogos. No había que ir 15 páginas atrás en el guion, sino que vas construyendo el personaje poco a poco», ha mencionado.

Su compañero Tom Blyth, que interpreta al ingeniero Cal, también ha agradecido ese aspecto. «Claire no es fan de ensayar, así que pudimos formar la relación como lo hacen los personajes, en tiempo real». La esposa de Dillon en la ficción, Mia McKenna-Bruce ha dicho que uno de los primeros días tuvo que aprender a confiar en Blyth: «Tom conducía una camioneta a toda velocidad y yo tenía que fiarme», ha comentado, a lo que la directora ha bromeado diciendo que «todo el equipo iba en ese coche, todos tuvimos que fiarnos de Tom conduciendo como un loco».