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Brasil esboza los primeros compromisos de su COP30 amazónica

En la COP30 de Belém, Brasil ha apostado por compromisos voluntarios en lugar de un gran pacto climático global. Entre los anuncios destacan la creación de un fondo inédito para preservar los bosques tropicales y acuerdos para reducir las emisiones de metano y promover combustibles sostenibles.

Entrada principal al recinto que alberga la cumbre COP30 en Belém, Brasil.
Entrada principal al recinto que alberga la cumbre COP30 en Belém, Brasil. (Mauro PIMENTEL | AFP)

En lugar de plantear un nuevo acuerdo climático importante en su COP30, Brasil apuesta en Belém por una serie de compromisos voluntarios de los estados sobre temas concretos. Estos son los principales anuncios hasta el momento.

Un fondo inédito para los bosques

Quedará como uno de los anuncios emblemáticos de esta COP que se celebra en plena Amazonía: Brasil lanzó el jueves el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, en inglés), un fondo que será invertido en los mercados y busca disuadir a los países de deforestar pagándoles por cada hectárea preservada.

El fondo ha recibido más de 5.000 millones de dólares en promesas de los 10.000 millones que espera recaudar en su primer año: Brasil (1.000 millones de dólares), Indonesia (1.000 millones de dólares), Noruega (3.000 millones de dólares, con condiciones), Estado francés (hasta 500 millones de euros), Portugal (1 millón de euros) y Alemania (monto no divulgado).

La mayor parte de los bosques primarios del mundo se encuentran en los países tropicales más pobres, donde resulta más rentable talar árboles que preservarlos. De ahí la idea de crear este fondo. Sin embargo, el instrumento no generó unanimidad. «Sin una regulación estricta destinada a poner fin a los flujos financieros hacia las industrias destructivas, el TFFF corre el riesgo de convertirse en otro mecanismo bien intencionado atrapado en un sistema deficiente», ha dicho Tom Picken, de la organización ambiental Rainforest Action Network.

Metano

Varios compromisos han surgido respecto al metano, el segundo gas de efecto invernadero más importante después del CO2. Es invisible e inodoro, generado por el ganado bovino y los arrozales, y por las fugas de gas fósil en gasoductos e instalaciones gasíferas. El metano es el ingrediente principal del gas natural de cocinas y calderas.

Estos compromisos se hacen eco de los numerosos anuncios de países y empresas petroleras y gasíferas en COP anteriores, cuyo seguimiento es voluntario y desigual. Siete países, entre ellos el Estado francés, Alemania, Reino Unido y Canadá, se comprometieron a reducir casi a cero las emisiones de metano vinculadas a las energías fósiles. Es «el medio más rápido de frenar el calentamiento climático», según una declaración conjunta.

Estos países, entre los que también figuran Japón, Noruega y Kazajistán, se comprometen a eliminar la quema rutinaria del excedente de gas natural. Además, con motivo de la COP30, Brasil y Reino Unido lanzaron un programa de tres años destinado a reducir las emisiones de supercontaminantes –sustancias con un efecto de calentamiento mucho más potente que el dióxido de carbono– en los países elegibles para ayuda pública al desarrollo.

El objetivo es sumar 30 países para 2030 movilizando 150 millones de dólares. Siete países se beneficiarán primero, entre ellas Brasil, Camboya, Indonesia, Kazajistán, Nigeria, México y Sudáfrica.

Por último, dos organizaciones, el Global Methane Hub (GMH) y el Global Green Growth Institute (GGGI) han anunciado una alianza para acelerar la reducción de emisiones de metano en países en desarrollo. Esperan movilizar 400 millones de dólares. México, Nigeria y Senegal serán los primeros en participar en esta iniciativa.

Biocombustibles

Los dirigentes de 19 países, entre ellos Brasil, Canadá y Japón, han adoptado una declaración destinada a acelerar la transición hacia combustibles sostenibles, con lo que buscan alejarse de la dependencia persistente del gas fósil y el petróleo.

Pero el tema es sensible porque no todos los combustibles sostenibles son iguales, y algunos derivados de vegetales tienen un impacto en el uso de la tierra. Concretamente, el objetivo anunciado es cuadriplicar el uso de combustibles sostenibles para 2035 respecto a 2024, en particular con el uso mayor de hidrógeno, biogás y biocombustibles. La iniciativa «permanece abierta a nuevos signatarios», señala un comunicado publicado el viernes.

Pero también surgieron críticas. La alianza Climate Action Network (CAN) criticó duramente la propuesta, afirmando que buscaba expandir el uso de combustibles «dudosos» que «solo deberían desempeñar un papel marginal en la transición energética».