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El regreso del almirante Zheng


China está de vuelta. Ya irrumpió con fuerza en la pasada década en Latinoamérica, aprovechando que EEUU perdió pie con la llegada al poder a su «patio trasero» de gobiernos progresistas y bolivarianos. Actualmente dirige la construcción de un canal en Nicaragua que tiene como objetivo rivalizar con el de Panamá.

El año pasado, el Ejército chino abrió su primera base militar en el exterior, concretamente en Djibuti. El objetivo es controlar el extrecho de Bab al Mandeb, que une el mar Rojo con el golfo de Adén, una de las rutas comerciales energéticas más frecuentadas del mundo y por donde navega el 40% del tráfico marítimo. El anuncio, casi desapercibido, supone un paso más en la presencia creciente de China en el Continente Negro, en el que el recelo hacia las viejas metrópolis de Occidente, reforzado por su cicatería y rapiña respecto a sus antiguas colonias, ha abierto muchas puertas a una China avalada por su reciente historia antiimperialista y anticolonial. El presidente chino, Xi Jinping, encara una semana de viaje estratégico a Oriente Medio. Le mueve, de un lado, el interés egoísta de intentar conjurar el riesgo de una guerra total entre dos de sus principales suministradores de petróleo.

En esta línea, y con una visita que incluye a Egipto, China aspira a convertirse en una alternativa al modelo de potencia mundial de EEUU. Defiende para ello un modelo de no injerencia en los «asuntos internos» de otros países, divisa con la que defiende su propia política interior.

Pekín cuenta para ello con una ventaja estratégica. Y es que, tras las desastrosas aventuras militares en Afganistán e Irak y el fiasco de las transiciones árabes, EEUU redefine, cuando puede, su posición (deshielo con Irán, negociaciones sobre Siria...) cuando no se bate en retirada de una región que se ha convertido en un quebradero de cabeza para un Obama que es consciente precisamente de que el gran rival de Washington está en el Pacífico y se llama China.

Mientras EEUU mira a Pekín, Xi emula al marino y militar Zheng He, quien a principios del siglo XV realizo sus famosas siete expediciones navales que llevaron al «Imperio del Centro» a Arabia y África y estuvieron a punto suponer su desembarco en el resto del mundo. Y nada apunta a que China vaya a dar marcha atrás esta vez.