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«Tráigalo usted mismo, no podemos ir»

El sistema sanitario público se ha visto desbordado este fin de semana en Gipuzkoa. NAIZ ha recogido tres casos concretos que extienden el colapso a la atención médica telefónica y los traslados a hospitales. Enfermos de covid-19 son ya derivados a la red privada.

Entrada a Urgencias del Hospital Donostia, saturado ahora mismo. (Gorka RUBIO | FOKU)

«Tráigalo usted mismo, no podemos mandar una ambulancia». Esta fue la respuesta que recibió a última hora de la tarde del sábado una persona que reclamó traslado hospitalario para su madre, aislada desde hace días en casa por contacto con un positivo. Ese día ya presentaba síntomas claros de infección, que se han terminado confirmando. Obviamente fue el hijo quien tuvo que realizar el traslado, con el riesgo de contagio correspondiente.

El testimonio es uno de los tres recabados por NAIZ sobre la saturación producida este fin de semana en Osakidetza, especialmente en Gipuzkoa, por una cuarta ola que está provocando más de un centenar de hospitalizaciones diarias en el conjunto de la CAV (el sábado, en fin de semana, bajó a 72).

De momento, cuatro consecuencias confirmadas: enfermos están siendo ya derivados a la red privada (Policlínica en concreto), los de zonas colindantes son llevados a centros de Araba y Bizkaia, se están cancelando intervenciones quirúrgicas «no urgentes» (este lunes podrían suspenderse todas) y se apunta la probabilidad de tener que activar el nivel 4 de los cinco posibles.

Bajando de los fríos números a la cruda realidad, el colapso es patente en todo el proceso de hospitalizaciones. En el caso referido al inicio, el hijo de la persona de edad contagiada hizo ver a los servicios de emergencias que él también estaba confinado a la espera de una PCR pero pese a ello se le respondió que la única solución para recibir atención era acudir él mismo con su madre a Urgencias y dejarla en la entrada.

Desatención muy peligrosa

Otro testimonio recogido este domingo certifica que se están sustituyendo hospitalizaciones por atención telefónica en el propio domicilio, sin que luego haya recursos suficientes para ello, lo que genera una desatención muy peligrosa. En este caso, un hombre de 72 años que vive en Intxaurrondo, positivo por covid-19, reclamó atención para su mujer mayor de edad, que había caído al suelo y no se podía levantar. Tampoco hubo ambulancia. Tras conseguir incorporarla, se le indicó que recibirían atención médica por vía telefónica, pero hasta anoche no se había producido llamada alguna y ya habían pasado doce horas del incidente.

Un tercer caso denunciado a NAIZ por una vecina de Errenteria coincide con las dos situaciones anteriores en la ruptura del principio de aislamiento preventivo que genera esa desatención. «Mis dos tíos [mayores de 70 años pero aún no vacunados] viven solos y han enfermado ambos de covid esta semana. Se les dio la orden de no salir de casa hasta tres días después de que desaparezcan los síntomas, nada más. La única atención recibida ha sido una llamada del médico de cabecera de uno de ellos el jueves. Entre tanto, él tuvo un bajón de azúcar muy grande, porque es diabético, y nadie pudo hacerse cargo de la situación. ¿Cómo íbamos a ir el resto de familiares a auxiliarles, sin EPI ni nada? ¿No hay capacidad de atender un caso tan extremo?», pregunta.