«No seamos cómplices», performance contra la implicación de instituciones vascas en la guerra
Colectivos sociales y antimilitaristas han denunciado este viernes en Bilbo la «apuesta» del Gobierno de Lakua y de la Unión Europea por la industria militar, así como el impacto que ello tiene en «la muerte y en el sufrimiento de millones de personas en el planeta».
Con motivo del Día Internacional de las Mujeres contra la Guerra, el centro asesor de la mujer Argitan y la Coordinadora antimilitarista Kakitzat se han concentrado este viernes ante el Palacio Foral de la Diputación en Bilbo bajo el lema ‘No seamos cómplices de la guerra y la industria militar’.
Han realizado una performance en la que se ha simulado el fusilamiento de personas, a manos de los responsables de financiar las guerras y la industria militar y armamentística, representados por empresas como ITP, Sener o el propio Gobierno de Lakua, «responsable directo de impulsar y financiar la industria militar en la CAV».
«Con esta acción se ha querido representar las consecuencias de la apuesta del Gobierno Vasco y de la UE, por la industria militar y cómo ello impacta directamente en la muerte y en el sufrimiento de millones de personas en el planeta», han asegurado.
«Es inmoral que se apueste por la inversión en la industria militar y que se publicite sin pudor como una oportunidad de negocio»
En esa línea, han recordado las recientes declaraciones del vicelehendakari y consejero de Economía, Mikel Torres, en las que señalaba que «la industria armamentística en Euskadi es una industria potente y que el Gobierno Vasco va a estar en todo aquello que pudiera apoyar para desarrollar y abrir a esas empresas nuevos mercados y productos».

«Es inmoral y deleznable que se apueste por la inversión en la industria militar, que se publicite sin pudor como una oportunidad de negocio; un negocio que sirve para perpetuar guerras, muertes y sufrimiento a millones de personas en el planeta; mientras, el Gobierno Vasco subvenciona, vía presupuestos, con 100 millones a la industria de la guerra vasca», han denunciado Argitan y Kakitzat.
Según los datos aportados por ambas organizaciones, Euskal Herria tiene un volumen destacable de industria armamentística, con una facturación anual de aproximadamente 750 millones de euros y cuenta con más de 200 empresas involucradas en la producción militar. «Cerca del 80% de su producción se destina a exportaciones a otros países, algunos acusados de genocidio y graves violaciones de los derechos humanos como Marruecos, Arabia Saudí, Israel o Estados Unidos», añaden.
«Este descomunal gasto público, destinado a alimentar la maquinaria bélica, implica inevitablemente recortes en inversiones sociales clave»
«Las élites europeas han impulsado un plan de rearme, bautizado como ‘ReArm Europe’ y anunciado por la Comisión Europea. Este plan pretende incrementar el gasto en armamento en 800.000 millones de euros. Este descomunal gasto público, destinado a alimentar la maquinaria bélica, implica inevitablemente recortes en inversiones sociales clave. Estos porcentajes ponen de manifiesto una política rendida a los reclamos de aumento del gasto militar y favorables al lobby industrial-militar sobre las necesidades sociales de la población», denuncian.
Ambos colectivos sociales vizcainos han reivindicado que «ante esta realidad, hoy las mujeres apostamos por la objeción fiscal a los gastos militares. Nos negamos a colaborar económicamente en la financiación de las guerras».