Amaia Ereñaga

La marea morada vuelve a mostrar músculo en Bilbo

Mujeres de todas las edades, con una presencia muy importante y activa de jóvenes, pero también hombres e incluso familias enteras, han vuelto a tomar las calles de Bilbo en un 8 de marzo en el que el feminismo ha mostrado músculo y ha demostrado, a su vez, que es una fuerza social con una rotunda capacidad de movilización. Ha habido reivindicación. Y también fiesta. 

Imagen de la manifestación desde el Ayuntamiento. Aritz LOIOLA / BILBO
Imagen de la manifestación desde el Ayuntamiento. Aritz LOIOLA / BILBO

«Es 8 de marzo y hemos vuelto a tomar las calles y a demostrar que nuestra capacidad de movilización y organización es enorme. Las huelgas han propiciado la implicación de miles de mujeres en el feminismo organizado, y nos ha servido para ampliar y redefinir el propio concepto de huelga, extendiéndolo al trabajo no remunerado, invisible, que realizamos casi siempre las mujeres».

Así ha arrancado el discurso con el que la marea morada, tras recorrer los barrios y el centro de la capital vizcaina, ha confluido este mediodía ante el Ayuntamiento de Bilbo. Porque este año no ha habido huelga, pero sí una jornada de lucha «para decir alto y claro que este modelo social es invivible para la mayoría de las personas, sobre todo mujeres y disidentes de género, e insostenible para el planeta», en palabras de las organizadoras.

Y lo han dicho ante un Ayuntamiento, el de Bilbo, adornado para la ocasión con los colores del feminismo, aunque desde Bilbo Feminista Saretzen, donde convergen las asociaciones organizadoras de este 8 de marzo, se ha recordado que falta otro 'color': el de Koloretxe, la casa de la mujer.

«¿Aburto, qué pasa con la casa?», se le ha lanzado públicamente la pregunta al alcalde Juan Mari Aburto. No en vano, Bilbo es la única capital vasca que no cuenta con una Casa de la Mujer.

Lo curioso es que el alcalde ha estado momentos antes en la manifestación, acompañando a la presidenta del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa.

A la marcha también han asistido las tres candidatas a lehendakari en las próximas elecciones vascas, Maddalen Iriarte (EH Bildu), Idoia Mendia (PSE-EE) y Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza-IU).

Una marcha envolvente

La jornada reivindicativa ha arrancado sobre las 10,30 de la mañana con la salida de varias columnas desde diferentes zonas de Bilbo, con lo que la marea morada ha empezado desde fuera –los barrios– hasta adentro, la arteria principal de la capital vizcaina. La primera en llegar, procedente de Arangoiti, Deustu y Zorrotza, ha confluido en la zona del Sagrado Corazón, con una presencia importante ya de gente. 

De ahí, convertida en una verdadera manifestación y ya con la pancarta en cabeza, ha ido recogiendo gente a su paso por la avenida don Diego López de Haro en dirección hacia la plaza de Moyua. Unas estaban esperando en las aceras. Otras se han ido sumando en distintos puntos, en un movimiento envolvente, producto de la llegada de las columnas que han salido desde los diferentes barrios. 

Entre quienes esperan están Josefina (78 años) y sus tres amigas, todas ellas de Portugalete.«¿Que por qué estamos aquí? Por nosotras, por nuestros hijos y por nuestros nietos. Para que esto no vaya hacia atrás, sino hacia adelante. Yo antes, por ejemplo, no podía ni pasar por la puerta de un bar porque estaba mal visto. Tampoco podía tener una cartilla de ahorro a mi nombre. Esto tiene que seguir para adelante, que los jóvenes luchen», reivindica Josefina.

Hay tipo de reivindicaciones, desde un pequeño grupo del Colegio Profesional de Trabajo Social de Bizkaia, con sede la calle Jardines, que ha acudido con su propia pancarta «para que nuestro trabajo tenga visibilidad», hasta las animalistas, pasando por las abolicionistas, con una fuerte presencia –visible, al menos, en forma de pancartas– de Euskal Herriko Mugimendu Abolizionista, una asociación que lucha contra lo que consideran tres tipos de explotación del cuerpo de la mujer: la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler.

Las pancartas y carteles, realizados de forma casera, de las manifestantes dan para un estudio. Aquí unos ejemplos: 'Nuestro cuerpo no es para tu consumo', 'El porno es la teoría. La violación es la práctica', 'Si te pica es porque nos vamos curando', 'Si no luchamos juntas nos matarán por separado'...

Con media hora de retraso sobre lo previsto, con música, gritos reivindicativos, batucadas, disfraces –hemos visto hasta un grupo ataviado como las históricas sufragistas inglesas–, y las típicas pelucas moradas del 8 de marzo, la manifestación ha llegado hasta una plaza Moyua a rebosar.

Y ante el Diputación se ha recordado que «el patriarcado es nuestra pandemia», haciendo referencia a todo lo que se está movilizando con el coronavirus aunque no con la violencia contra las mujeres.

Ante el Palacio de Justicia, un grito unánime: «Este justicia es una mierda», y por el camino, gritos, fiesta y una reivindicación clara, por lo que se escucha bien alto por las calles bilbainas, que «el feminismo es anticapitalista, antifascista y antirracista» además de ejercido por «cuerpos y sexualidades diversas», como han apuntado las organizadoras.

La declaración leída en el ayuntamiento ha tenido varios puntos: el antirracismo, tanto en el que afecta a las migrantes o a las mujeres de etnia gitana; la reivindicación de la existencia de diversos cuerpos y diferentes sexualidades –«quienes nos situamos en los márgenes de la norma somos violentadas constantemente; nuestra existencia hace temblar los cimientos del orden social cuando decidimos hacernos visibles y decir no a la heterosexualidad, al matrimonio, a la familia nuclear y patriarcal»–; y el anticapitalismo.

Porque, han apuntado: «No nos sirven sus proclamas hablando de igualdad y conciliación, si no van a la raíz del problema. Y la raíz del problema, en Euskal Herria, son las trabajadoras de la limpieza en huelga, las asistentes domiciliarias, las trabajadoras del hogar. La raíz del problema es la división sexual y colonial del trabajo, la falta de servicios públicos o la acumulación de la riqueza en manos de unos pocos. Por eso hablamos de alianza criminal entre el patriarcado y el capital».

¿Por qué no hay Casa de la Mujer en Bilbo?

La jornada ha continuado con una comida popular en el Arenal y, por la tarde, una kalejira hasta la plaza de la Cantera. Allí, con la plaza llena hasta la bandera, se ha reivindicado precisamente Koloretxe, un proyecto para una Casa de la Mujer que todavía «sigue vivo», según apunta Bilbo Feminista Saretzen, aunque no hayan recibido respuesta alguna por parte de las instituciones.

Allí mismo, a la hora de valorar lo que ha dado de sí la jornada, desde Bilbo Feminista Saretzen se han mostrado muy satisfechas con lo cosechado en este 8 de marzo.

«Hemos conseguido poner en medio del debate los retos que tenemos de ahora en adelante –han dicho–. Porque somos conscientes de que hoy es el 8 de marzo, pero también de que el trabajo continúa mañana, pero no solo para nosotras, sino también para los agentes políticos con responsabilidades institucionales. Es en ese aspecto, el de la política, en el que ahora veremos si se plasman todas las reivindicaciones de este día, pero no poniendo parches, si no haciendo un trabajo en profundidad».