El último balance hecho público por la Dirección Pública de Salud francesa (DGS) a fecha de 17 de julio constata que, aunque sigue a la baja el número de pacientes hospitalizados a causa del covid-19, «la circulación del virus sigue aumentando en el territorio nacional».

Una tendencia que se deja ya sentir en la macrorregión que engloba a Ipar Euskal Herria, y que de ser presentada en las campañas turísticas como «zona en verde» respecto al covid-19, ha pasado a un tono más anaranjado, lo que invita, de entrada, a aumentar las precauciones.

Así, Nueva Aquitania (6,5 millones de habitantes) ha pasado a figurar en la lista de seis regiones bajo observación especial. De hecho, la ARS ha reforzado su campaña de testado, que este jueves por la tarde se trasladará a la localidad costera de Bidarte.

Ello cuando los operadores turísticos del norte de Euskal Herria se felicitan por una importante afluencia de turistas que, en tiempos de pandemia, han evitado traspasar las fronteras estatales a la hora de elegir lugar de veraneo.

Colonias empobrecidas y destinos vacacionales

El ministro de Sanidad galo no oculta su preocupación por «los indicios inquietantes de rebrote epidémico» y cifra en 400-500 los clústeres o focos detectados en el Estado francés desde mayo.

Es grave la situación en dos colonias: Guyana y Réunion, con índices del 2,26. Bien es cierto que con pandemia o no esos lejanos territorios figuran en la cola de los índices de bienestar a escala del Hexágono.

Sin embargo, la evolución del índice R0, que muestra la velocidad de reproducción del virus, no es para nada buena en dos zonas de la metrópoli que son conocidas por su atractivo turístico: Bretaña (2,62) y región PACA (costa mediterránea, 1,55).

Además, por primera vez, dos regiones de turismo interior o verde, Auvergne-Rhône-Alpes y Bourgogne Franche-Comté, también superan el 1, al igual que ocurre con la macroregión que engloba a Ipar Euskal Herria.

Desde luego, como ocurrió durante la pandemia, la situación no tiene nada que ver si se mira a Burdeos o a Donibane Garazi. En la primera hay cinco focos activos, en Ipar Euskal Herria ninguno. Con todo, tras semanas en blanco, el fin de semana pasado un paciente afectado por Covid19 ingresó en el Hospital de Baiona.

De los 764 test realizados en Pirineos Atlánticos entre el 17 y el 19 de julio solo 2 arrojaron diagnóstico positivo.

Desde el 24 de enero y hasta hoy ha habido 448 test positivos en el departamento, nada que ver con los 1.572 de Gironde (Burdeos).

En Pirineos Atlánticos el índice se sitúa en 0,7 y la tasa de positividad en 0,2.

Con todo, las autoridades sanitarias apelan a la prudenciam ya que el factor de la movilidad hace que todas las situaciones sean hoy terriblemente cambiantes.

Llamadas a SOS Médecins

Desde el fin de semana previo al 14 de julio la afluencia de visitantes es muy importante en Landas pero también en la costa labortana.

De hecho, la organización SOS Médecins constata «un aumento constante de las llamadas de personas que consultan por tener el temor a estar contagiadas» en estos últimos días.

«Ese aumento de consultas es más significativo en las zonas costeras, pero también en la capital», señala este organismo, lo que concuerda con el dato por encima del 1 que registran dos zonas del área de influencia de París como Île-de-France y Hauts-de-France.

El titular galo de Sanidad insiste en el mensaje de calma: «Estamos lejos de la segunda ola», asegura Véran. Entonces el índice de reproducción efectiva del virus se situó por encima del 3. Hoy se sitúa, tomando como referencia el conjunto hexagonal, en el 1,2.

En torno al 15% de los focos o brotes investigados tienen su origen en lo que se conoce como medio familiar ampliado (varios hogares concernidos), así como en «acontecimientos o encuentros temporales» que reúnen a un número más importante de personas.

Sin fallecidos desde el 28 de junio

El «factor vacacional» parece evidente si se mira con algo más de detenimiento la evolución en Nueva Aquitania, que la primera semana de julio registraba unos 40 nuevos casos cada semana.

La estadística hecha publica el 3 de julio situaba la tasa de incidencia en 0,8 casos por 100.000 habitantes, de acuerdo a los datos recopilados por la Agencia Regional de Salud (ARS) entre el 21 y el 28 de junio.

La tasa de test positivos era también relativamente baja (0,4%), pese a haberse realizado más de 12.500 pruebas PCR.

El 28 de junio figura como la fecha en que se registró el último fallecimiento por covid-19 en el Departamento de Pirineos Atlánticos (Euskal Herria y Bearn).

Con la llegada de julio algo ha cambiado en el paisaje vasco, y según apuntan las autoridades sanitarias, hay que tratar de que ello influya lo menos posible en la curva de contagios.

Para bien, y ojalá que no para mal, el verano todavía no ha entrado todavía en todo su apogeo. Toca cuidar y cuidarse.