Iñaki Zaratiegi
Donostia
Elkarrizketa
Eliades Ochoa
Músico

«Me gradué en la universidad de la calle, la música me nace por instinto»

Estuvo en el embrión de la agrupación Buena Vista Social Club, fue su miembro más joven junto a maestros como Ibrahim Ferrer y Compay Segundo y le ha tocado asumir aquel emblemático legado musical cubano. Este sábado llega a Donostia en formato de sexteto para recrear los viejos sones santiagueros.

Eliades Ochoa.
Eliades Ochoa. (NAIZ)

Nació campesino en 1946, en Loma de la Avispa (Songo la Maya), como Eliades Ochoa Bustamante, se amamantó de guitarra guajira y tocó y pasó el sombrero de niño por las calles de Santiago de Cuba. Autodidacta como instrumentista, desarrolló una exitosa trayectoria con Conjunto Trinchera Agraria, Quinteto de la Trova, Septeto Típico Oriental y sobre todo Cuarteto Patria.

Ejecutante de un vibrante cancionero tradicional, el productor discográfico Nick Gold lo fichó en Londres para la agrupación Buena Vista Social Club. Un proyecto que contó con el guitarrista Ry Cooder y que se convirtió en éxito universal, reforzado por el documental que realizó Wim Wenders.

El veterano sonero ha ganado cinco premios Grammy Latinos, sigue girando por el mundo y recala hoy en Donostia, secundado por Jorge Maturell (percusión mayor), José Ángel Martínez (bajo), Eglis Ochoa (percusión menor, coros), Osnel Odit (guitarra segunda, coros) y Raony Sánchez (trompeta). Antes nos atiende por teléfono desde su casa en Madrid, simpático y escueto.

Buenos días, ¿se ha colado ya el café, encendido una plumilla y echado unos humos?

Ya todo eso ha pasado, sí. Todo en orden.

No para, ha realizado una gira por centroeuropea y ahora Donostia, Zaragoza, Barcelona…

Sí, vine ayer de Alemania tras pasar por Holanda, Bélgica… Me entienden en todos los lados porque la música es un idioma universal.

¿Eliades viene del griego? El apellido Ochoa es de raíz vasca.

No sé si es bíblico o viene de los griegos, los egipcios… No es muy común, pero me he encargado de darlo a conocer. Y Ochoa es de mi abuelo vasco. Trabajó en varios sitios y estando en de Galicia fue cuando emigró a Cuba.

Nació en pleno monte santiaguero. Su madre y padre, campesinos, tocaban la guitarra en casa y fue autodidacta.

Estábamos a 21 kilómetros de Santiago. Oí música desde pequeñito. Allá en los campos no había otra cosa que hacer: trabajar la tierra y oír música. Me gradué en la universidad de la calle, la música me nace del oído, por instinto.

Con solo seis años cantaba por los barrios de Santiago, pasando el sombrero.

Eso lo ha recogido la historia. Antes tocaba y pasaba el sombrero para poder vivir y ahora quiero vivir mucho tiempo para seguir tocando.

¿Los cubanos nacen ‘con la música en la sangre y sin problemas en la circulación’?

Es una isla pequeña que exporta música a todo el mundo. En cualquier esquina aparece alguien con un guaguancó, una comba, una rumba. En cualquier provincia hay agrupaciones de son, bolero, changüí, guaracha... Músicas que transmiten alegría e invitan al goce.

Renovó el sonido cubano con nuevas percusiones y recreó su modelo particular de guitarra.

Fue una creación buscando el sonido, las armonías del tres [guitarra cubana], experimentando con dos notas adicionales. Esa guitarra de ocho cuerdas suena a la vez como tres cubano y guitarra.

En los noventa el británico Nick Gold, de la discográfica World Circuit, le planteó hacer un disco en Cuba con músicos de Mali.

De ahí viene el Buenavista. Del convenio que habíamos hecho Nick Gold y yo de hacer una grabación con africanos. Pero no pudieron viajar por problemas de visados y salió la idea de Buenavista Social Club.

Nick Gold y socios llamaron a la vieja guardia: Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Rubén González, Omara Portuondo...

A todos esos y más que participaron. Yo ya estaba allí. Era el más joven, el nieto de todos aquellos viejecitos.

Grabaron en 1996 con el director Juan de Marcos González y el productor y guitarrista Ry Cooder. Resultó como una familia bien llevada.

Así quedó, como una gran familia entre todos. Y desde entonces, si hay que hablar de música cubana hay que hablar obligadamente de Buena Vista.

Han muerto ya Compay, Rubén, Ibrahim... Le llaman guardián del son y tras 60 años de andadura musical sigue con un repertorio sin grandes cambios.

Yo era como el niño de Buena Vista y me quedó la responsabilidad de cuidar de esa música porque la llevo dentro. Conservo temas que conocí cuando tenía seis o siete años. La gente me pide que interprete ‘Chan Chan’, ‘El carretero’… Son temas convertidos en un hito de la música cubana. Pero también hago canciones mías: ‘Ay mamá qué bueno’, ‘La curiosidad me mata’, los video clips que hice del último disco ‘Vamos a bailar un son’.

Es su disco número 25 y versiona ‘Como la nube se impone al sol’ con Pablo Milanés. ¿Qué ha pasado con los rumores sobre su muerte?

Eso es la gente hablando, alguien que no tiene que hablar y habla eso. Está en el hospital, tiene problemas de achaques, de los años, que ya tenemos unos cuantos, pero saldrá bien. Le deseo mucha salud a Pablito.

Usted tiene 76 años y parece que una salud sin mayores restricciones. Dice que de niño tomó mucha ‘leche de chiva o vaca, boniatos y carne sin contaminaciones’. ¿Serán la base de su buena salud?

Eso viene ya sembrado desde que uno era muy pequeño, claro. Allá en el campo el desayuno eran viandas con carne y leche de la teta de la vaca.

Y siempre coqueto, elegante, de negro, con su sombrero que solo se quita para colgarse la correa de la guitarra.

Así es. Tengo guardados sombreros de las décadas de 1960 y 1970. Algunos los usaba ya cuando trabajaba en el campo con mi papá. El sombrero es parte de la imagen que he creado. Como la ropa negra y las botas de charol.

Colecciona también guitarras, discos y otros objetos que ha ido guardando. ¿Le gustaría que hubiera en Cuba un museo de Buena Vista?

Sí, pero no pienso que se haga. Parece que nadie aprecia ese tipo de negocio.

Vive en Madrid, dice admirar a Rosalía y ha colaborado con C. Tangana o con la cantaora Argentina.

Admiro mucho a Rosalía y al che Tangana, como a muchos artistas que hacen la música bien hecha. Y me gusta que la juventud se fije en lo que hago. Las colaboraciones salen si hay afinidad musical. Con Tangana grabamos en el mismo estudio en el que hicimos el disco de Buena Vista. Allí me salieron los versos que canto en ‘Se están muriendo de envidia’.

Con las generaciones históricas ya en desaparición, ¿el son cubano tiene relevo?

Hay muchas agrupaciones haciendo son. Hay formatos pequeños que lo tocan en muchos lugares. Sextetos y cuartetos que lo hacen muy bien en academias y en sitios turísticos. Hay futuro.

¿Cómo está la situación artística y económica de la música en la isla? ¿La juventud está más en el reguetón o el trap?

Se hace también reguetón, claro, tiene su música y su público. Como la salsa. A mí eso no me da ni frío ni calor. Hay muchos jóvenes talentosos y siempre hay un público para todo tipo de música. La juventud debe tener espacio y expresarse como quiera. En lo económico, no sé qué decirte, pero se están haciendo cosas y están saliendo discos.

¿Se sigue manteniendo al margen en lo que se refiere a la situación política y social que se vive en la isla?

Yo digo cómo surgió ‘Chan Chan’, cómo hice ‘El puente de Tula’, cómo canté ‘Candela’ y cómo hicimos Buena Vista Social Club. Lo demás no me interesa. Cada cual a lo suyo. Quiero seguir llevando alegría a cualquier rincón en el mundo, es lo único que tengo para dar.

¿Le gustaría como recuerdo vital su cita ‘Me voy a vivir a la luna / ya tomé mis decisiones. / Solo volveré a la tierra / cuando me den vacaciones’.

Claro que sí, que la gente de pueblo, de cultura, de amigos, me recuerden como lo que soy. Pues a la luna yo me voy, sí.