Marian Azkarate
MISIÓN NEW HORIZONS

Diez cosas que debiéramos saber sobre Plutón

Le ha costado llegar nueve años y medio, y, de hecho, ha sido literalmente como lanzar una pelota al espacio más profundo. A pesar de todo, desde las 11:49 GMT del pasado martes 14 de julio, la sonda New Horizons de la NASA no ha parado de enviar a la Tierra información sorprendente sobre el alejado, helado y misterioso «planeta enano» llamado Plutón. ¿Pero, con la que está cayendo, es realmente necesario viajar a los gélidos confines del Sistema Solar?

Las primeras fotografías enviadas por la sonda New Horizons coparon las portadas de los principales medios y hacían presagiar un resurgimiento de la nostalgia por la época de oro de la exploración espacial. Sin embargo, las imagenes, por distintos factores, no se parecían a aquellas que nos llegaban por televisión en la época en blanco y negro; estas son en color, evidentemente, por aquello de que la tecnología ha avanzado una barbaridad –las detalladas imágenes de Plutón, llegadas a las pocas horas de enviarse, lo atestiguaban–, y, sobre todo, no estaban rodeadas por la solemnidad de aquellas conexiones con Cabo Cañaveral. Todo era más de «andar por casa», pero no hay que llevarse a engaño: alcanzar al remoto Cinturón de Kuiper era impensable hace algunos años. Se espera que Plutón, que orbita a una distancia de alrededor de 5.900 millones de kilómetros del Sol, ofrezca una visión más completa de una región completamente inexplorada. Viajemos al planeta más alejado de la Tierra en el Sistema Solar. Que la fuerza nos acompañe.

1 ¿Por qué han viajado hasta Plutón? Para empezar, este es el último de los nueve planetas «clásicos» que aún nos era desconocido, aunque tampoco es de extrañar porque está –según la posición de su órbita ovalada– entre 30 a 49 veces más lejos del Sol que la Tierra, lo que ha hecho muy difícil obtener detalles sobre este pequeño y frío cuerpo celeste, que, de hecho, fue descubierto en 1930. Tan lejos está, que ni siquiera el telescopio Hubble ha logrado obtener detalles. Así que la mejor manera que tenemos hoy día de descubrirlo es viajar hasta allí. La NASA se arroga así el tanto de convertir lo que era una imagen pixelada en un telescopio en algo real, con el potencial de revolucionar el concepto que tenemos de la arquitectura del sistema solar en el que vivimos. Así lo explica Adriana Ocampo Uría, geóloga planetaria colombiana y miembro de New Horizons: «Pensábamos que la molécula del agua no se podía encontrar después de Urano y Neptuno; Plutón está más lejos y el agua existe. La respuesta de cómo la molécula de agua se distribuyó en nuestro sistema solar es una gran incógnita, y este hallazgo nos está dando la pauta de cómo empezó la vida en el planeta Tierra. Lo interesante es que cada vez que estudiamos nuestro vecindario, aprendemos más sobre nuestro planeta. Gracias a la exploración del planeta Venus, se descubrió el efecto invernadero en la Tierra. Cuando se estudiaron los efectos climáticos de Venus se vio que habían gases de efecto invernadero que capturaban la energía solar y no la dejaban escapar. Aplicamos esos modelos en la Tierra y descubrimos el mismo efecto invernadero y allí empezó el estudio del cambio climático». 

2 ¿Quién lo descubrió? Observatorio Lowell, Flagstaff, Arizona. La tarde del 18 de febrero de 1930, Clyde Tombaugh operaba el estereocomparador, una máquina ruidosa que permite saltar adelante y atrás entre exposiciones prolongadas del cielo. Llevaba un año buscando el mundo perdido cuando, en unas fotos tomadas con seis días de diferencia durante el mes de enero, entre las miles de estrellas detectó un punto de luz pequeñito que no se estaba quieto. Tras semanas de seguimiento, el observatorio anunció el descubrimiento. Faltaba ponerle un nombre y una niña británica de 11 años propuso “Plutón”, por el dios romano del inframundo. Con el paso de los años, la masa estimada del planeta fue disminuyendo, hasta que de planeta bajó de categoría a «planeta enano».

3 ¿Dónde está y qué es el cinturón de Kuiper? Gerard Kuiper es el nombre del astrónomo holandés que, en 1951, sugirió la posibilidad de que algunos cometas tuvieran su origen en una región situada más allá de la órbita de Neptuno, constituida por cientos de objetos helados. Su teoría no se confirmó hasta 1992, porque estos objetos, de los que se piensa que son restos procedentes de la época en la que se formaron los planetas, son apenas perceptibles y se desplazan con gran lentitud. Tan lentos son que tardan siglos en completar una órbita en torno al Sol y la mayoría son pequeños, de unos 10 a 50 km de diámetro. El mayor sería Plutón... hasta que en 2005 le llegaron las rebajas: salió a escena Eris –al principio le llamaron Xena, por la princesa guerrera de la tele–, más grande y más alejado del Sol todavía que Plutón (97 veces la distancia entre el Sol y la Tierra), por lo que sería el lugar del Sistema Solar más lejano que se ha visto hasta la fecha. Al «pobre» Plutón le salió un competidor y un año más tarde la Unión Astronómica Internacional los clasificó a ambos de «planetas enanos». Pasó a Segunda división.

4 ¿Quién es el hombre que «mató» a Plutón? El vuelo de la sonda New Horizons ha renovado las peticiones para que Plutón sea «reinstaurado» en su lugar en la Primera división de los planetas. Aunque no opina lo mismo el doctor Mike Brown, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena (EE.UU.), a quien le encanta que lo cataloguen como «el hombre que mató a Plutón». De hecho, usa ese «título» en su página web y uno de sus libros se titula “Cómo maté a Plutón y por qué se lo merecía”. La categoría de Plutón estaba en entredicho desde que fuera descubierto el Cinturón de Kuiper y el golpe de gracia se lo dio el profesor Brown con el descubrimiento de Eris en 2005. «No existe otra forma de categorizar nuestro Sistema Solar que describiéndolo como uno conformado por ocho objetos dominantes en el cual están los planetas que todos conocemos. No está bien mantener a Plutón y clasificarlo como uno de los más grandes objetos celestes, porque no lo es. La gente que más escuchas hablando sobre reinstaurarlo son aquellos que están involucrados en New Horizons. Sería mucho mejor que asuman la realidad y que se alegren por el hecho de que están yendo a un nuevo tipo de objeto celeste en el Sistema Solar exterior».

5 ¿Qué hace y lleva la sonda? La New Horizons despegó el 19 de enero de 2006 de Cabo Cañaveral y es pequeña –«del tamaño de un piano de cola infantil», según Jim Green, director de Ciencias Planetarias de la NASA– y ultrarrápida. Alcanzó la Luna en solo nueve horas (es ocho veces más rápida que el programa Apolo) y, mientras atraviesa el sistema solar avanzando a un promedio de 1,6 millones de kilómetros al día, llegó a Júpiter al año siguiente. Usó la gravedad del planeta gigante como acelerador para ahorrarse casi cuatro años del tiempo total del viaje. Al alcanzar su objetivo, no se detuvo ni se posó sobre Plutón: lo sobrevoló a una velocidad de 50.000 km/h, la más rápida que haya alcanzado una sonda espacial, y durante dos horas tomó fotografías e hizo mediciones de Plutón y de sus cinco lunas. Al contrario de otras naves, que son alimentadas por radiación solar, esta va alimentada por un generador nuclear. Está diseñada para durar hasta finales de 2020 –luego quedará a la deriva hasta dejar el sistema solar– y lleva las instrucciones preprogramadas, debido a que hay una demora de alrededor de cuatro horas y media hasta que llega la señal a Plutón. En los próximos meses, los científicos decidirán el próximo objetivo de la sonda, que podrían ser Quoar, Eris, Makemake o Sedna, todos ellos en el Cinturón de Kuiper. Irá hacia allí con su carga científica... y otra que no lo es: un CD-ROM con 434.000 nombres de personas que respondieron a la llamada de «Envía tu nombre a Plutón», algunas monedas y parte de las cenizas de Clyde Tombaugh, el hombre que descubrió Plutón hace 85 años.

6 ¿Qué es lo que muestran las primeras fotos? La primera de las imágenes en alta resolución que llegó desde la sonda confirmaba lo que se creía: una cantidad impresionante de roca recubre la superficie del misterioso globo. Sin embargo, esa primera imagen HD revela además otra cosa, que es que Plutón cuenta con una cadena montañosa hecha totalmente de hielo. Algo así como un gigantesco glaciar con picos de 3.350 metros; no en vano las temperaturas en Plutón pueden llegar a cerca de 240 grados Celsius bajo cero. Las fotografías captadas por la New Horizons también permitieron determinar en un primer momento que la actividad geológica aún es permanente en el planeta y en sus principales satélites, Charon e Hydra. Es un planeta en formación, uno de las superficies más jóvenes halladas en el sistema solar. Aquí el hielo se comporta como rocas; es «hielo rocoso».

7 ¿Qué es lo que hemos aprendido de momento? Hará falta paciencia, porque de los 50 GB de datos que ya ha recolectado New Horizons solo ha podido enviar uno hasta el momento a la Tierra. La información llega con cuentagotas–de hecho, tardará unos 16 meses en llegar en su totalidad a la Tierra–, pero está siendo lo suficiente como para que haya empezado a romper esquemas entre los científicos. Por ejemplo, se piensa ahora que Plutón es un poco más grande de lo que pensábamos (2.370 kilómetros de diámetro), por lo que sería indiscutiblemente, de nuevo, el planeta enano más grande del sistema solar, más que Eris. Al margen de cuestiones de tamaño, se estima que Plutón es menos denso de lo que pensábamos y probablemente contiene más hielo bajo la superficie. De hecho, Plutón es tan frío que el nitrógeno que respiramos en la Tierra allí existe en forma de hielo. Los sensores han detectado una fina atmósfera de nitrógeno, unas corrientes de nitrógeno helado que corren sobre la superficie del planeta y forman un halo alrededor de él.

8 ¿Por qué Plutón no era como se lo esperaban? Las imágenes que han llegado muestran un territorio vasto, sin cráteres, que parece no tener más de 100 millones de años. Para ser un sistema solar de 4.500 millones de años, Plutón es prácticamente infantil. «Estoy completamente sorprendido», dice Alan Stern, director científico de la misión, un astrofísico cuya tenacidad con la exploración planetaria lo ha colocado en la lista de la revista “Time” de las cien personas más influyentes del mundo. «Escogimos un trozo de la imagen en la parte inferior izquierda del ‘corazón’ (una gran extensión de llanuras heladas) para analizarla en detalle, y eso ha sido como estar en una juguetería. Por ejemplo, estamos fascinados de ver que parte de esa superficie, que está cubierta de una delgada capa de hielos de nitrógeno, metano y dióxido de carbono, es lisa. Debería tener cráteres de impacto, porque Plutón es constantemente bombardeado por otros objetos, pero no los tiene. Eso significa que debe haber actividad geológica en el interior, que ha ido regenerando la superficie. También vemos montañas de hasta 3.500 metros de altura, y creemos que están hechas de roca y hielo de agua (H2O). Estamos muy seguros de que hay agua congelada en abundancia en Plutón». Por primera vez, sostiene Stern, «vemos un mundo helado que no está orbitando alrededor de un planeta gigante; todos los otros mundos gélidos que hemos visitado hasta ahora son lunas de planetas gigantes. Eso nos dice que un mundo pequeño no necesita estar al lado de otro grande para tener actividad por dentro. Es un descubrimiento importante, que mandará a los geofísicos a la mesa de trabajo a hacer borrón y cuenta nueva. La geología plutoniana es tan distinta y tan llena de variedad que no la podemos comparar con ningún otro planeta conocido».

9 ¿Mordor está en Plutón? Descubrir un lugar tiene también su otra parte divertida: bautizarlo. Gracias a los mapas que el equipo de New Horizons tiene previsto presentar a la Unión Astronómica Internacional –según las reglas de la IAU, deben de ser nombres mitológicos–- sabemos que han propuesto Cthulu regio y Balrog mácula, extrayéndolos de deidades de las novelas de clásicos del género fantástico como Lovecraft y JRR Tolkien. Para Caronte se han puesto algo más frikis, porque hay cráteres con nombres como Vader, Skywalker, Spock o Sirk, procedentes de series como “Star Wars”, “Star Trek” y películas como “Alien”. Por cierto, el terrible Mordor de “El señor de los anillos” es una mancha en la luna principal de Plutón.

10 ¿Por qué llegamos a Plutón pero no hemos vuelto a la Luna? La pregunta tiene su miga, cuando la Luna está unas 12.000 veces más cerca que Plutón (400.000 kilómetros frente a 6.000 millones de kilómetros, ahí es nada). La respuesta es el dinero, por supuesto. Una vez desaparecida la Unión Soviética, la carrera espacial de la NASA cayó en picado. Obama recortó en 2010 los presupuestos de la agencia, pero proyectos como New Horizons, parece que tendrán más salida, teniendo en cuenta además su repercusión. De todas maneras, los próximos años tendremos que estar atentos a otros proyectos, como la misión ExoMars, un programa conjunto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos que intentará contestar a la pregunta de si hay o hubo vida en Marte. El año que viene la ESA enviará una nave para tomar muestras de la atmósfera marciana y, en 2018, lanzará un vehículo de seis ruedas que puede perforar el suelo hasta dos metros de profundidad, a fin de buscar materia orgánica preservada de la intensa radiación que recibe su superficie. También con fecha de lanzamiento prevista para 2018, el Solar Orbiter (ESA) será el primero en llegar a la distancia más cercana al Sol, orbitando a tan solo 42 millones de kilómetros de la estrella. Allí, la intensidad de la radiación solar es 13 veces superior a la que llega a nuestro planeta, y las temperaturas pueden alcanzar los 520°C. Europeo es también el proyecto de enviar, en 2022, una nave al espacio para estudiar las lunas heladas de Júpiter. Y, para acabar, otro espectacular de la NASA: el plan de la Misión de Redirección de Asteroides (ARM, por sus siglas en inglés), que consiste en identificar, capturar y trasladar un asteroide a una órbita alrededor de la Luna para que astronautas en un futuro puedan acercarse y obtener muestras. La misión está aún en fase de planificación, pero si logra obtener financiación, se iniciará en 2020.