IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Traducir

A lo largo de la Historia, la función del arte en la sociedad ha ido mutando con el desarrollo de los acontecimientos sociales. Con ello, el rol asumido por el artista se ha labrado como parte de un contexto cultural irrenunciable que define sus ámbitos de actuación. Si reducimos a la mínima expresión la creación contemporánea, encontramos una relación de la creación formal (objetos, piezas, cuadros...) y su vinculación con una base conceptual (narración, poética) que lo sustenta. Esta interdependencia es manejada por el proceso creativo y presentada en diferentes formatos (exposiciones, actuaciones...) que, a su vez, forman parte de un sistema –el sistema del arte– que asienta sus bases en un amplio abanico que abarca desde el ámbito institucional, el educativo o el mercantil. Con todo, podemos pensar en el arte como una acto de traducción, en el que un mensaje es re-codificado y trasladado a terrenos cuyo lenguaje permite la entrada del público que finaliza el esquema comunicativo. Tras todo lo anterior planteamos hoy tres reseñas cuyo lenguaje abarca un espectro demostrativo de las posibilidades que la contemporaneidad suscita.

El espacio de Kutxa, localizado en el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia, es el escenario donde podemos encontrar hasta el 5 de noviembre parte de la obra más icónica del fotógrafo Chema Madoz (Madrid, 1958). El que fuera Premio Nacional de Fotografía en el año 2000 y uno de los creadores más conocidos a nivel internacional, presenta a través de “Ars combinatoria” setenta imágenes en blanco y negro fieles al estilo que le ha hecho tan conocido. Su organización, con clara intención retrospectiva, propone un recorrido por diferentes años hasta culminar en un mosaico de portadas de prensa en las que la obra de Madoz ha sido protagonista. Quizás por la época en la que vivimos pareciera que estamos ante una exposición ya vista, en donde la originalidad del revelado debía carecer de importancia respecto a la trascendencia de cada una de las composiciones, más cercanas a la poesía que al mero registro. Esta condición es, sin duda, lo que hace tan importante el trabajo presente en la colección. Juegos visuales que han traspasado ámbitos de especialización y se han convertido en iconos reconocibles con un lugar propio en la cultura actual.

“Res-Incerta” es el título de la exposición de Nuria Pérez-Cárcamo (Gasteiz, 1994), una artista a la que conviene seguir los pasos y cuya obra se puede ver hasta el 12 de noviembre en el Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz. Con una presencia escultórica potente y un montaje en sala tremendamente sugerente, estamos ante una muestra concebida en su totalidad como un proyecto de instalación. Recortes, fotocopias, apuntes, libros o materiales de trabajo nos hablan sobre un proceso en el que subyacen los retazos de una reflexión sobre la creación y asimilación de imágenes que construyen nuestra percepción menos consciente.

Por otra parte, el 5 de noviembre es la fecha límite para disfrutar de la propuesta que el colectivo MAGMADAM realizó a inicios del setiembre pasado en el Gabinete Abstracto de la bilbaína Sala Rekalde. “Buscamos búnker” es una propuesta interactiva en la que nuestros cuerpos se empoderan como creadores de ondas sonoras capaces de influir en nuestra atmósfera más cercana. Como piezas únicas, efímeras e irrepetibles, nuestras creaciones activan un discurso que reivindica la acción como participación y la inmersión total en el espacio expositivo como requisito imprescindible para el funcionamiento de la pieza.