TERESA MOLERES
SORBURUA

A no olvidar en agosto

El mes de vacaciones por excelencia es propicio para no descuidar las labores de horticultura y dedicarle un rato a las recolecciones y podas. A partir de mediados de agosto hay que comenzar a recolectar los granos secos de caléndulas, nigelas, digitales, capuchinas, ancolies, ipomeas y guisantes de olor. Son las semillas para sembrar el próximo año, a coste cero. Los granos gruesos de capuchinas y guisantes de olor necesitan más tiempo de secado antes de guardarlos, por lo menos tres semanas.

Poda de cerezos. A los cerezos no les gusta la poda. Si esta es necesaria, la realizaremos en verano después de la recogida de la fruta, para evitar las secreciones de resina y favorecer una buena cicatrización. Se debe empezar por suprimir las ramas marchitas, las ramitas secas y los ramos florales atacados por la monilia, una enfermedad fúngica del cerezo que causa el desecamiento de los ramos florales. A continuación, se aclara la copa para airearla y rejuvenecer las ramas colgantes. Aunque se haga en verano, es necesario hacer esta poda con moderación.

Poda de la viña. Es esencial para obtener buenos frutos. Eliminad los brotes que aparecen a lo largo de la cepa o al lado de las ramas fructíferas. Suprimirlos apretando con el pulgar cuando están blandos, se rompen sin esfuerzo al ras de su nacimiento. Curiosamente, los pámpanos cortados de esta manera, al contrario que los cortados con podadora, no vuelven a salir.

Poda de la glicinia. Necesaria para que florezca de nuevo en septiembre. Tras la floración de primavera, eliminad las flores marchitas para que no produzcan semillas. Se acortan los tallos nuevos dejando solo 5 ó 6 hojas en cada rama. Es la manera de evitar que la planta se introduzca en los canalones o bajo las tejas. La poda principal de la glicinia se hace en invierno.

Bicarbonato para las frambuesas. A finales de este mes es el momento para la segunda recolecta de frambuesas y también es tiempo de tormentas. La lluvia caliente sobre las frambuesas las cubre de moho o podredumbre gris que ataca a la fruta madura. Al primer signo de esta enfermedad, retirad los frutos maduros para parar la infección y luego tratar el frutal con bicarbonato de sosa, 5 gramos por litro de agua con una pizca de arcilla verde. Es un tratamiento no tóxico y no altera el gusto de la cosecha siguiente.