Mikel INSAUSTI
Drama judicial entre la corrección y el compromiso histórico

«Lasa eta Zabala»

Para hablar de «Lasa eta Zabala» no queda otro remedio que dejar constancia del vacío existente en el cine político dentro del Estado español, y es difícil sin una tradición previa sacar de la nada una película que exige tal grado de compromiso histórico. Ha habido que esperar largo tiempo en Euskal Herria para que esta película concreta sea una realidad, y solo cuando se ha dado la coyuntura más favorable para ello. Por lo tanto se tiene que notar a la fuerza una diferencia con el tipo de cine de este género que se viene haciendo en Irlanda, por ejemplo, desde décadas atrás.

De los tres largometrajes que ha hecho Pablo Malo, «Lasa eta Zabala» será seguramente el menos personal, ya que se trata de un drama judicial que busca la corrección en todos los sentidos. Da la sensación de que el cineasta donostiarra sea consciente de manejar un material ya lo suficientemente duro y mediático por sí mismo, como para permitirse echar más leña al fuego. Y de ahí que a lo largo de la narración muestre una contención muy autoexigida.

Las escenas de tortura y ejecución son de verdadero impacto, y tal vez se haya confiado en esa fuerza visual para no recargar otras partes de la reconstrucción argumental con más tensión. Aún así, el desarrollo del juicio no guarda relación con las secuelas sicológicas de tan cruentos hechos, o al menos con las reacciones emocionales que cabría esperar. El ambiente de la sala se hace algo distante, como si aquella tragedia se hubiera atemperado con el paso del tiempo. Esto supone que la perspectiva actual prima sobre la de época, y que el nivel de indignación ha sido rebajado.

Sobre las caracterizaciones es de reseñar que se ha buscado el parecido físico, lo que siempre es de gran ayuda para el espectador de cara a meterse en situación. Además, la mera decisión de conservar los nombres reales ya es un signo de valentía y de no esconder el bulto. El reparto coral funciona gracias a esa compartida fidelidad con las personas que protagonizaron una de las páginas más negras de nuestra historia, y que por fin una película hecha en Euskal Herria saca a la luz.