Charlotte DALMONT
BAIONA
EL TREN DE ALTA VELOCIDAD EN EL ESTADO FRANCÉS

El informe oficial rechaza las líneas Burdeos-Toulouse y Burdeos-Dax

La comisión oficial encargada de evaluar el denominado Gran Proyecto Ferroviario del Sudoeste (GPSO) del Estado francés ha emitido un informe contrario. Desaconseja la alta velocidad entre Hendaia y Burdeos, señala los perjuicios mediambientales y alerta sobre el «efecto túnel» que perjudicaría a las zonas intermedias.

El Gran Proyecto ferroviario del Sudoeste (GPSO) del Estado francés ha recibido un dictamen desfavorable por parte de la comisión oficial encargada de su estudio, que se ha posicionado en contra de la declaración de utilidad pública para las líneas de gran velocidad Burdeos-Dax –que continuaría hasta Hendaia– y Burdeos-Toulouse.

La comisión encargada de la evaluación del GPSO fue remitido ayer al prefecto, quien, a su vez, lo envía a los ayuntamientos afectados por el proyecto y a la compañía ferroviaria SNCF para que presenten sus alegaciones. El informe recoge efectos negativos tanto en el aspecto medioambiental como en el desequilibrio territorial que provocaría y constata que no se han barajado alternativas.

El objetivo del texto, elaborado a finales de 2014 y dado a conocer ahora, era el de evaluar la pertinencia de la construcción de ambos trazados. La comisión reconoce aspectos positivos en la puesta en marcha de dos líneas que sumarían 360 kilómetros, entre las que cita el ahorro de tiempo, los retornos económicos para las grandes ciudades y la creación de empleo durante su construcción. Pero añade otros negativos.

Pérdida de flora y fauna

El informe considera, sin embargo, que algunos impactos ambientales, como la pérdida de fauna y flora que acarrearía, no han sido suficientemente tenidos en cuenta en el proyecto evaluado.

Victor Pachon, presidente del Colectivo de Asociaciones de Defensa del Medio Ambiente (CADE, por sus siglas en francés) estima que el informe «debilita» el proyecto, si bien no lo entierra, según indica a Mediabask La última palabra la tiene el Gobierno de París, que podría decretar la declaración de utilidad pública para salvar este rechazo. Por ello, Pachon mantiene una actitud prudente: «Se ha ganado una batalla, pero vamos a ver qué hace el Estado», señala.

Bernard Pere, presidente del Grupo Europa Ecología Les Verts en la región de Aquitania, entiende que la evaluación realizada debe servir para «hacer sonar el toque de difuntos para este proyecto» y aboga por  «recurrir a alternativas como la remodelación y modernización de los trazados existentes».

Además, la comisión señala que esta infraestructura favorecería la «metropolización» en detrimento de los poblaciones medianas y de las zonas rurales. Es el mismo denominado «efecto túnel» sobre el que recientemente alertaron dos expertos que comparecieron en la Cámara de Gasteiz para hablar sobre la «Y vasca».

En paralelo, el documento llega a la conclusión de que no se han contemplado suficientemente las alternativas existentes a la gran velocidad.

Este proyecto comenzó a debatirse en 2005, con un primer tramo entre Tours y Burdeos, desde donde nacerían dos ramales, uno hacia Toulouse y otro hasta Hendaia, conectado a su vez con la «Y vasca».

Para estos dos últimos trazados, para los que la fecha se ha ido retrasando –en octubre de 2013 se hablaba de 2024 para Burdeos-Toulouse y de 2027 para Burdeos-Dax–, el futuro es muy incierto. Y más después de este dictamen oficial negativo.

Financiación problemática

Las propias obras del tramo Tours-Burdeos no se están cumpliendo tal y como se proyectaron, a lo que se suma la dificultad para lograr las aportaciones económicas pedidas a determinadas instituciones locales.

Muchas instituciones rechazaron recortar sus presupuestos o incluso hipotecarlos durante décadas para finanzar la primesa fase del plan, la construcción del tramo Tours-Burdeos que definitivamente uniría la capital aquitana con París. Así, el proyecto no recibe financiación directa desde 2013, según reveló GARA recientemente.

El Consejo General de Pirineos Atlánticos y la aglomeración de Baionaldea (ACBA) no han aportado las partidas y la mancomunidad de Hego Lapurdi, a la que también se requirió para desembolsar dinero, nunca ha dedicado un euro para sufragar la construcción.